Canadians, David Cronenberg, Exploitation, Gore, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, Serie B, Thriller, Vacacion, World

Cosmopolis

cosmopolis

El maestro David Cronenberg vuelve a la serie B, en un cuasi thriller de ciencia ficción e independiente. Centrados anacrónicamente en Nueva York, Cronenberg y sus canadienses amigos –Howard Shore, Peter Suschitzky y Ronald Sanders– nos cuentan la historia de un distópico futuro donde un joven empresario ha logrado descifrar mediante un método profundamente acertado y millonésicamente detallado del sistema de la economía del mundo.

Cosmopolis es una larga y oscura carrera hacia ningún lado, donde no pasa nada y donde lo único interesante es la visión del Duque. Cada vez que se escucha de una producción que lo involucre me lleno de ansiedad y espero una pieza maestra pero últimamente siento que no llena mis expectativas, o peor que está perdiendo el toque. Sálvemos al maestro y digamos que no comprendí completamente la pieza, al igual que A Dangerous Method y Naked Lunch. Digamos que es un poco inconsistente, y así como realiza pelis geniales como Eastern Promises o A History of Violence, a veces sus versiones son tan personales que sólo él las entiende. Me gusta cuando en sus historias algo sucede, un hombre ve afectado su estatu quo cuando se revela su pasado, un hombre abandona su implacable actuación cuando se involucran inocentes en su fuego vengador o un hombre acepta su destino cuando su cuerpo se transforma en una mosca.

La primera vez que supe de Cosmopolis fue en el Hollywood News Report, en agosto del año pasado, mucho después de Cannes, y aparecía Robert Pattinson diciendo que cuando obtuvo el libreto, tuvo esa rara sensación de no poder dejar de leerlo y quiso participar a toda costa. Cronenberg, por su cuenta, no habló mucho de la relación entre él, la peli y Pattinson pero seguro le pareció divertido tener alguien que empujara comercialmente el proyecto. Uno de mis grandes problemas con Cosmopolis, muy diferente a A Dangerous Method, es que no hay liderazgo en la actuación de Pattinson. Este joven actor pertenece a la generación de Kristen Stewart, Taylor Lautner, Alex Pettyfer o inclsuo Las gemelas Olsen; no sabe actuar, se aprende sus líneas rigurosamente pero no ofrece tono en sus personajes y lo más grave daña todo a su alrededor. En Cosmopolis, Pattinson está rodeado de grandes actores que devuelven grandes desempeños: Juliette Binoche, Samantha Morton y Paul Giamatti. Jay Baruchel comparte una escena con él, y en serio, se siente más apatía, confusión y desesperación que en todo lo recitado por el británico. En algún momento me dió la sensación que El Duque se burlaba del jovencito de manera muy pícara; parecía una broma pesada para que todo aquel que pasaba frente a él, elaborara un excelente ejercicio, le diera una lección de histrionismo y desapareciera. El mismo Kevin Durand que es un peón de las producciones de bajo presupuesto, no lo estaba haciendo mal pero cuando logra su pico de actuación –¡bum!– desaparece. Es como que Cronenberg le estuviera diciendo: «¡Usted es muy mal actor! ¡Reivindíquese! ¡Aprenda!».

Cosmopolis es como un cuerpo de un paciente comatoso que entra en «línea mortal» y necesita reanimación con electrochoques. Finalmente, justo a la hora de estar viendo la peli llega la anhelada conmoción y parece que todo mejora pero -extendiendo la metáfora del comatoso- el pulso recuperado es débil y es innegable su muerte. La crítica afirma que Cronenberg es increíblemente fiel a la novela de Don DeLillo, el problema dicen es que la novela es pésima y no se explican para que pierde su tiempo y energías elucubrando alrededor de ella. Yo no le pierdo fe al maestro y sus capacidades de dirección, su narración es muy buena y sus temas increíbles. Con esta yo pasaría la página esperando su próximo proyecto y me llevaría la cita del poeta polaco, Zbigniew Herbert, como lo más rescatable de la pieza.

Standard
3D, Action, Adventure, Andrew Stanton, Comic, Epic, Exploitation, Fantasia, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Romance, Sci-Fi, Serie B, Thriller, Vacacion

John Carter

Es curioso pero si me pongo a pensarlo bien, Edgar Rice Burroughs es uno de mis grandes héroes. Por un lado era capaz de fascinar a mis abuelos con Tarzan, luego a mis tíos y mi con sus fantasías sobre Barsoom para luego en la universidad a través de un gran maestro, como lo es David Izquierdo en Anatomía Artística, aprenderme todos los músculos, todos los huesos y como dibujar todas las partes del cuerpo con su libro de cómo dibujar a Tarzan.

De chiquito me encantaban las aventuras de ciencia ficción. No era el más fanático pero tenía estos libros de aerografía con los paisajes más fantásticos de los paisajes de Burroughs y los cuidaba con mucho recelo. Luego con el tiempo los fui olvidando y pasé a leer más sobre Asterix, Mortadelo y Filemón, Batman, Spider-Man hasta simplemente olvidar por completo estas historias. Incluso no caí en cuenta de John Carter en cine y ¡menos en IMAX! Me arrepiento muchísimo.

Andrew Stanton gran escritor y director de Pixar, ha ganado dos Oscar por Finding Nemo y WALL·E pero es el pilar creativo desde Toy Story hasta Toy Story 3 y eso envuelve muchas grandes piezas animadas dentro de la compañía. De la misma forma en que muchos animadores en el pasado han querido buscar su espacio en la acción hollywoodense, Stanton aceptó un ofrecimiento de Disney para dirigir su primera gran peli de acción y aventuras afuera de las mesas de luz y el 3D. El reto era pasar al celuloide la serie Barsoom de Edgar Rice Burroughs mediante dos historias básicas, A Princess of Mars y John Carter of Mars -que no fue escrita precisamente por Burroughs sino por su hijo-. Para este motivo se le unieron al equipo de escritura Mark Andrews y nada más ni nada menos que el señor Michael Chabon (The Mysteries of Pittsburgh, Wonder Boys), uno de mis autores favoritos contemporáneos.

¿Qué pudo haber salido mal?
¿Por qué John Carter le fue tan mal en taquilla y tan mal con la crítica?

Revisando la peli, es una historia sencilla para niños con mucha fantasía y aventuras, vaqueros, marcianos, adrenalina y buen ritmo. Además las actuaciones de Taylor Kitsch y Lynn Collins estuvieron a la altura del gran reparto que redondean Samantha Morton, Willem Dafoe, Mark Strong, Ciarán Hinds y Bryan Cranston entre muchos más. Nunca puede uno definir la fórmula secreta para saber qué va a ser exitoso o no, o qué le va a gustar a un niño y qué otra cosa va a odiar. He presenciado adefesios estructurales llenos de personajes estereotipados y parece encantarle a este público. Por mi parte estuve muy emocionado, acababa de hacer un largo viaje por los desiertos de Nevada y Utah para luego reconocerlos en la pantalla de mi computador. Fue éxtasis. La fotografía es impecable y amigos me dijeron que en IMAX fue espectacular.

No lo entiendo. Hay teorías de mala promoción, otras de conspiración y boicot contra Stanton para que no se alejara de la familia Pixar y aunque todo suena tan desfachatado el director después de este gran paso en falso, vuelve arrepentido y dócil a escribir Monsters University, la segunda parte de Monsters Inc. y a escribir-dirigir Finding Nemo 2. De lo que si se puede estar claro es que Stanton no supo manejar una pieza de alto presupuesto y buscó consejos donde no debía, errores que le costaron caro a la producción, al estudio y, finalmente, terminaron prolongando una fecha de salida que termina por apagar la expectativa del público. En el balance, John Carter queda confinada como otra cinta de ciencia ficción que no vió los laureles del éxito.

Standard
Auteur, Charlie Kaufman, Drama, Epic, Folk, Indie, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Thriller, Vacacion

Synecdoche, New York

Sinécdoque es una palabra adulta que entendí por primera vez con Palencia, mi profesor de literatura en quinto bachillerato, y significa a nivel metafórico nombrar al todo con la extensión de la parte, pero es mucho más claro con un ejemplo; blandir los aceros en el campo de batalla o izar los colores son dos formas claras de sinécdoque para referirse a las espadas o las banderas respectivamente.

De alguna forma la sinécdoque me parece pretenciosa e intelectualoide. No me gusta. Cuando escribo trato de no usar el tropo. Me parece que es una vuelta innecesaria que no permite el rápido entendimiento del mensaje, sin embargo, en poesía y alguna prosa, he visto que usada bien permite releer o mejor reinterpretar los significados de de los símbolos nombrados.

Charlie Kaufman nos trae una sinécdoque bastante estrafalaria y divertida. Una extensión de la historia de un escritor de teatro que en realidad contempla y describe Nueva York hasta lograr alterar la misma cotidianidad neoyorquina.

Muy interesante.

Kaufman es conocido por ser el autor de las historias más psicodélicas de Hollywood en los últimos tiempos, de participar en los proyectos más creativos y de ser parte del equipo de los directores independientes más reconocidos como Spike Jonze (que esta vez lo acompaña como socio en la producción de esta pieza) o Michel Gondry. Sin embargo, imaginarlo como escritor-director es algo que no se nos pasaba por la cabeza hasta que en 2008 cuando escribió y dirigió Synecdoche, New York, un juego divertido que permite contemplar nuestro entorno como la creación literaria de alguien más que se lo imaginó de esa forma.

La peli no llegó a Bogotá comercialmente, supe que la habían traído a Pereira por un festival de cine pero no más. Una amiga me la recomendó y aqui estoy escribiendo sobre ella. No le fue mal a nivel de reconocimientos mejor producción de diseño en Los Angeles para Mark Friedberg, mejor ópera prima y mejor reparto (director Kaufman, director de reparto Jeanne McCarthy y actuando Hope Davis, Philip Seymour Hoffman, Jennifer Jason Leigh, Catherine Keener, Samantha Morton, Tom Noonan, Emily Watson, Dianne Wiest y Michelle Williams) en Los Spirit (además de nominado a mejor guión), nominado a la Palma de Oro en Cannes y nominado como mejor guión también en Chicago.

La peli la tengo en mi compu y tengo ganas de echarle una segunda revisada para ver que detalles. Por ahora, vamos a ver si Kaufman se anima a otra cosa loca y ver en qué dimensiones se atreve a hacerla.

Standard