Es bien sabido que Soderbergh es un realizador querido en este blog. Su anuncio de retiro después de Behind the Candelabra -una peli directamente para TV gracias a la producción de HBO– fue un golpe duro del que apenas nos estamos recuperando. Sin embargo, y a pesar de toda la estima y admiración por el director hay que considerar que Side Effects es de sus piezas menos sobresalientes de toda su carrera -casi insuficiente para todo a lo que nos tiene acostumbrados-.
Tres pilares sostienen esta peli. El gran trabajo de cinematografía que es sencillamente deslumbrante y gran rúbrica del trabajo de Soderbergh; la partitura original confeccionada por Thomas Newman, el mismo compositor de los thrillers Skyfall, The Adjustment Bureau o Road to Perdition -de la que me estaba leyendo la novela hace poco y me pareció súper entretenida-; y, obvio, la dirección. Un gran trabajo de dirección para la realización de la pieza, un gran trabajo de actores y una narración impecable en el montaje y la cinematografía (como dato curioso, Peter Andrews y Mary Ann Bernard, editor y directora de fotografía respectivamente, son seudónimos del director que se ha encargado de estos aspectos en sus filmes desde Schizopolis).
Side Effects cuenta la historia de Emily (Rooney Mara), que está alterada por el regreso de su marido (Channing Tatum) después de un gran periodo en la cárcel. Quiere ayudarlo, servirle de apoyo pero eso le causa un profundo estrés en su vida personal que la desmorona. Estrella su carro contra un muro de concreto donde se salva de milagro y es cuando se topa con el doctor Banks (Jude Law), un psiquiatra de turno en el hospital que la hospeda después del accidente. La intención del doctor es hospitalizarla si encuentra rasgos de depresión en Emily que le hayan provocado deseos de hacerse daño pero ella audazmente negocia con el doctor unas sesiones terapéuticas con tal de zafarse del problema y no molestar a su esposo, ni afectar su trabajo. Después de un par de visitas, con el doctor Banks, Emily prueba con Zoloft, Prozac, Wellbutrin, Effexor como antidepresivos pero parecen no funcionarle. Banks intenta entrevistándose con la doctora Victoria Siebert (Catherine Zeta-Jones), su previa terapeuta, para entender más de su historia clínica y acaba recetándole Ablixa, una droga experimental que termina por darle a Emily lo que quiere pero desencadena una serie de efectos secundarios que desequilibran por completo las existencias de todos alrededor de Emily.
Por un lado, como les decía Side Effects es exquisita estéticamente y es un placer verla. Por el otro, Scott Z. Burns creador del guión, nos propone una historia lenta, sin mayor pasión y lo peor es que su desenlace es engañoso, no del todo creíble y muy enredado. Burns ha trabajado en varias ocasiones con Soderbergh pero en sus dos últimos trabajos nos dejó el mismo sinsabor. La diferencia con Contagion es que el resultado final fue mejor desarrollado, tiene una transformación del género de terror a un suspenso inquietante bastante agradable.
Soderbergh parece ya cansado y sin motivación para nadar en contra de la corriente. Ojalá en serio su Behind the Candelabra sea la vuelta a la cumbre para lograr una despedida triunfal como se la merece.