Ahora si es la última…
Ya parece un disco rayado pero desde que Steven Soderbergh anunció su retiro-pausa-descanso de las pantallas cada una de las seis cintas que ha venido realizando han sido catalogadas sin excepción como su ‘última pieza’; cada una de ellas The Informant!, Contagion, Haywire, Magic Mike, Side Effects y ahora Behind the Candelabra, directamente para TV en HBO, nos traen una cierta emoción, chispazos de la genialidad que le conocemos al realizador pero en todas también sin excepción un profundo sentimiento de cansancio.
Y ojo, así se diga que esta es la última peli, ya se prepara una serie -imaginamos que de HBO– llamada The Knick sobre el Hospital Knickerbocker en Nueva York donde Soderbergh será el director.
Behind the Candelabra es una biopic sobre Liberace, un pianista y cantante norteamericano de extraordinario y prodigioso desempeño; amante de lo pomposo, lo exuberante y claramente afeminado, Władziu Valentino Liberace quiso siempre ocultar sus apetitos sexuales y negó hasta el último momento su relación intima con varios de sus auxiliares.
Behind the Candelabra es una metáfora sobre ese candelabro que ponía en su piano como su rúbrica, tan característico de su estilo, así como, escondite también de muchos secretos; son menester de esta pieza los relacionados con Scott Thorson quien finalmente demandó al artista por la forma en que fueron cesados sus servicios.
Abominable, exótica, escandalosa, encandiladora y bien ejecutada, Soderbergh logra el mejor promedio -de sus últimas seis producciones- y ofrece uno de los mejores desempeños que le hayamos conocido tanto a Michael Douglas como a Matt Damon, que ya se alzan con sendos reconocimientos en el Gremio de Actores y en los Globo de Oro.