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After Earth

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Debo reconocerlo, es posible que sea de los últimos que sigue admirando a M. Night Shyamalan. El director ha tenido reveses en taquilla y crítica pero no todas las piezas que han descalificado me parecen absoluta basura. Pero hay que reconocer también que en sus últimas dos salidas, las cosas no han salido muy bien que digamos.

Recapitulemos.

Shyamalan logra desarrollar uno de los thrillers de suspenso más interesantes de finales de los 90’s y le da un gran renombre a sus producciones de ahí en adelante. Hablamos de The Sixth Sense. Vienen posteriormente Unbreakable, Signs, The Village y aunque son geniales en narrativa y temática la crítica se enfrasca en la odiosa tendencia de compararlas constantemente con The Sixth Sense y eso perjudica sus intenciones. Luego vienen Lady in the Water y The Happening, que definen el punto entre sus fanáticos y sus disidentes; sin ser malas piezas es verdad que su calidad ha decaído y su narración se vuelve predecible por no decir obsoleta. Finalmente, The Last Airbender, un desatino que le costó taquilla, crédito y respeto. Por primera vez, se aparta de desarrollar una historia suya para realizar un proyecto de un tercero; lo peor es que es un vuelco hacia lo comercial de Hollywood y le estalló en la cara, quedando como un aficionado.

En After Earth vuelve a ser independiente pero curiosamente comparte créditos de escritura con Gary Whitta (The Book of Eli) y con Will Smith protagonista de la cinta. La historia es una road-movie dirigida a un público infantil que envuelve la relación fracturada entre un exigente padre y su hijo en crecimiento; tiene tonos sensibleros pero sigue siendo atractiva y cautivante. Hay planteamientos interesantes de ciencia ficción, como descubrir que La Tierra es una gran amenaza para la humanidad o la relación bestia-hombre completamente desnaturalizados el uno del otro, encontrando cercanías provocadoras en el instinto animal. Pero definitivamente lo más atractivo será para los fanáticos de Carl Sagan y Cosmos; se encuentran par elementos de su discurso en el cuál se definen los viajes intergalácticos, primero, con las formas de las naves -particularmente la mantarraya- y, segundo, los viajes a través de los “hoyos de gusano“. Sin embargo, todo se desluce con falencias en algunas escenografías que parecen muy postizas o el 3D del bestiario terrestre que es terrible -aunque no se puede descartar que Utah es un sueño, siempre parecerá alienígena y fue el perfecto escenario cuando se usó en esta peli-.

Supera en promedio a The Last Airbender -pero no por mucho. La verdad no parece una historia de Shyamalan. Por el contrario se le siente amedrentado por sus errores del pasado y permite demasiado espacio a Smith o Whitta para que definan la historia y sus detalles. El desenlace desentona con el resto de la historia.

¿Será cierto que las pelis de Shyamalan tienen un giro al final donde uno descubre que todo es una gran mediocridad? Estoy por creer que es cierto.

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Jeff, Who Lives at Home

Jay Duplass y Mark Duplass son un par de jóvenes realizadores norteamericanos que se han venido abriendo camino a punta de cortometrajes premiados por la crítica independiente. Han participado en Sundance, han sido reconocidos en los Spirit, ganaron un Oso de Plata y un Teddy en La Berlinale de 2005 por su corto The Intervention -que incluso los nominó a Oso de Oro en esa misma ocasión-.

Con Jason Segel y Ed Helms como protagonistas, Judy Greer como personaje de apoyo lo mínimo que uno puede suponer de Jeff, Who Lives at Home es que sea una comedia física del corte de Judd Apatow. Sabemos que Susan Sarandon se presta tanto para el drama como para cierto tipo de parodias entonces uno no se espera un drama indie como el que proponen los realizadores.

Al hablar de cine independiente, o siendo más precisos de drama en el cine independiente, no se puede clasificar categóricamente las pelis. Mientras en Hollywood si uno asiste a una comedia, de principio a fin le estarán botando chistes y chistes sin pausa, habrá algunos momentos románticos, algunas pausas y momentos de reflexión pero siempre la tónica es el chiste por el chiste. No es una queja. A veces mi única finalidad en una silla de una sala cualquiera es sentarme a reír, como quise hacer en 21 Jump Street o The Hangover. Lo mismo sucede con los thrillers, los dramas o los cintas de acción, Hollywood es suficientemente cuadrado como para que todas sus piezas se puedan poner en un anaquel perfectamente etiquetadas. En el cine independiente, por el contrario, se vive la vida naturalmente, si hay un drama aunque puede ser profundo y desgarrador pero puede coexistir con numerosos momentos cómicos que terminan siendo súper conmovedores y no por eso la cinta se vuelve una comedia. De la otra forma funciona igual, y sus comedias tienen tintes dramáticos con el desarrollo de sus personajes o la definición de las relaciones de estos dentro de un contexto. Sin dar muchos más rodeos, una cinta independiente tiene personajes reales que sufren, ríen y lloran como cualquiera de nosotros. Casi que para poder clasificarlas nos toca como el pobre señor Crick en Stranger Than Fiction quien con su libretica anota sus victorias y derrotas para determinar si una historia es una comedia o una tragedia. Sin embargo el truco no es infalible ya que a veces en las comedias independientes el protagonista como un ser humano real que es puede morir al final sin alterar el valor de la obra.

Para mi, esta peli es una «road movie» que nos cuenta como Jeff, Jason Segel, impresionado por Signs de M. Night Shyamalan emprende una aventura buscando a Kevin, resultado de una llamada equivocada. Los Duplass nos muestran un hombre de mediana edad, recluído en su sofa, sin ninguna aspiración personal, apenas bañado y vestido que se la pasa viendo TV. Una perfecta definición de un vago que levanta el teléfono y al escuchar Kevin decide de modo «shyamalanesco» definir ese día basado en ese objetivo de búsqueda. Ed Helms su hermano más centrado, con un negocio entremanos y un matrimonio aparentemente estable con Judy Greer parece que lee perfectamente a Jeff y está harto de tener que cuidar de él. El planteamiento termina con la aparición y conjugación de Susan Sarandon como la madre sobreprotectora que está cansada de ver cómo su hijo es un echado a perder que no es capaz siquiera de hacer bien un mandado. Encarga a Helms que lo supervise en una tarea simple que saben no puede realizar solo.

La trama se desarrolla tranquila y pausadamente. Agregando cada vez más información a cada una de las relaciones hasta que vamos sorprendiéndonos con cada eventualidad que se viene desarrollando. Me parece que la comedia desarrolla un drama delicado y muy sofisticado. No es un tema de grandes actuaciones sino de momentos muy bien narrados. La música es promedio, la fotografía y cámaras son promedio, el montaje propone una historia lineal sencilla pero la historia es genial. Sus ritmos, figuras y desarrollos desenvuelven un final perfecto y aunque la peli no ganó o fue reconocida en ningún festival o alguna ceremonia, como otras predecesoras de los hermanos Duplass, esta definitivamente es una cinta para no perderse y disfrutar.

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The Sixth Sense

The Sixth Sense es el final de la ópera prima de nuestro querido director M. Night Shyamalan, un director acostumbrado a escribir sus largos y a excepción de The Last Airbender, todas han rondado los límites del misterio, el suspenso y el thriller. La primera vez que la vi entendí que es una historia diseñada para su final, se había elaborado en torno a este punto un halo de misticismo, había una serie de personas que susurraban sus comentarios para no dañar la experiencia y sí hubiera sido un tanto desastroso haber sabido el final en la primera experiencia. Once, casi doce, años después me repito la peli porque la están pasando por HBO PLus y a pesar de saber el final siento que es una peli envolvente, impactante, asombrosa.

No pensaba así al principio. Entendía que era una buena obra pero desarrollar toda una historia entorno al final no me parecía tan divertido, pensaba que si la peli depende del desenlace y se lo cuentan se daña, era demasiado frágil para ser tan admirable. Y así de repente, para Shyamalan, The Sixth Sense se convirtió en su crítica más profunda, recuerdo que la gente decía de sus posteriores Unbreakable, Signs o The Village, que no le llegaba a la genialidad del director, yo me quedé inquieto y no sólo me vi Unbreakable, Signs o The Village me volví fanático de su estilo y admiré Lady in the Water, The Happening e incluso Devil (peli que escribiió pero no dirigió) y empecé a repetirme, una y otra vez, The Sixth Sense.

Lo primero que habría que decir es que es un thriller espectacular, me gustaría ver las primeras dos pelis porque me entra curiosidad de cómo serían y qué tanto aportaron a la grandeza de esta. Un psiquiatra de niños (Bruce Willis) frustra su carrera y se aisla al entender que no ha podido ayudar a uno de sus niños que se suicida en frente de sus ojos. Un caso psiquiátrico parecido se le atraviesa en su camino un año después, Cole Sear (Haley Joel Osment) un niño de nueve años que asegura escuchar voces, presenciar muertos e interactúa con ellos. Su patología es intensa y el psiquiatra parece ser su única y verdadera ayuda sin saber que el niño también es un eslabón en el entendimiento de su aislamiento

Los detalles de la historia son agradecidos con la trama y su desarrollo. Una magnífica pieza escrita pasada a la pantalla. Esto igual no hubiera sido posible si no hubiera habido una estricta dirección de actores, una acuciosa labor de registro de continuidad, un reparto con un desempeño impresionante (Willis no decepciona, Osment fue nominado al Oscar, Collette aterrizaba en Hollywood y demostraba sus excelentes pinitos dramáticos después de Muriel’s Wedding ). Si le sumamos la fotografía de su ya compañero inseparable Tak Fujimoto y la excelente composición de James Newton Howard esta peli no tiene pierdes y es una de mis favoritas del director. Bueno casi todas son favoritas menos Avatar :-/

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Devil

Devil pueda ser una peli que no vaya a sobresalir mucho en premios o incluso taquilla este año. Como ya sabíamos, es dirigida por John Erick y Drew Dowdle, hermanos que trabajaron sobre la historia creada y producida por M. Night Shyamalan.

Me la vi en cine recientemente y me gustó, tanto como fue dirigida como por lo bien desarrollado de la historia. Se siente muy bien el estilo de la narrativa de Shyamalan y tiene un giro divertido porque también se siente que no es dirigida por él. La peli empieza con una serie de tomas tenebrosas de Filadelfia giradas 180 grados: Todo lo que está arriba está abajo y todo lo de abajo está arriba. Al principio, uno entiende el truco que está filmado desde un helicóptero y no hay mayor problema, de pronto uno empieza a sentir unas vibraciones extrañas, bajos o chelos y cuando el objetivo de la cámara se empieza a acercar a los edificios, este los empieza a seguir generando un vacío indescriptible. Muy bien logrado. En general, muy buen montaje de Elliot Greenberg, muy buenas cámaras y muy buena fotografía a cargo Tak Fujimoto, parte sensible del equipo de Shyamalan que lo ha acompañado en The Sixth Sense, Signs y The Happening.

La historia es sencilla, un grupo de personas queda atrapado en un ascensor y empiezan a suceder hechos macabros inexplicables para ellos pero para los de afuera que los están vigilando, cada vez empieza a tener más sentido la conjetura que entre los atrapados está el diablo. Paso a paso, minuto a minuto, se empiezan a disminuir las posibilidades y los sospechosos son cada vez menos. Nos vemos envueltos en el ardid de Shyamalan y caemos en la cuenta de sus bases literarias, que al principio me parecía Sartre pero después tomó forma con Agatha Christie y And Then There Were None.

Espero haber dejado intacta la intriga y que la vean en cine, vale la pena. En mi caso, casi me muero del susto porque en medio de los relámpagos de la peli, el cine se quedó sin luz…

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