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Snowpiercer

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Si hay algo impresionante en esta cinta de Bong Joon-ho es el maquillaje y la dirección de arte. El coreano a quien conocemos por Tokio! y Madeo se tomó muy en serio este ítem en su primer paso hacia la industria hollywoodense. El destellante reparto liderado por Chris Evans, Jamie Bell, Tilda Swinton, John Hurt, Ed Harris, Octavia Spencer, Song Kang-ho, Ko Ah-sung, Ewen Bremner y la fugaz Alison Pill aparecen en pantalla completamente irreconocibles gracias al excelente trabajo de Gabriela Polakova como maquilladora y las adiciones protésicas de Matthew Smith.

Snowpiercer es una historia de ciencia ficción a bordo de un colosal tren que en un ininterrumpido viaje atraviesa al mundo, constantemente, todos los años. Su misión cinética es no permitir que sus tripulantes se congelen; décadas atrás, infructuosos intentos de la humanidad por detener el calentamiento global trajeron un perpetuo invierno que prácticamente acabó con la población, restando sólo los pasajeros del «Snowpiercer» como cariñosamente llamaron la bestia creada por Wilford, Ed Harris; Wilford había previsto el congelamiento de la Tierra y se había apresurado a construir un tren que en medio de su movimiento permitiera un espacio de albergue y amparo.

Pero no todo es color de rosas dentro del tren. Wilford en su idealización también diseñó clases sociales y zonas estratificadas para esas clases sociales dentro del tren lo que genera múltiples contradicciones en su discurso liberador. La perspectiva de Joon-ho se ve desde el punto de vista de los más marginados que están sometidos a todos los vejámenes imaginados como rendirse a tener que entregar sus hijos a cierta edad para la explotación del tren o la invariable rutina de comer diariamente proteínas prefabricadas en una desagradable presentación gelatinosa. Esto conlleva a la muchedumbre a sublevarse y tratar de tomar las riendas del tren para tratar de sobrevivir donde antes muchos estérilmente fallaron.

Snowpiercer está basada en una novela francesa llamada Le Transperceneige de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette, y aunque no podemos determinar la fidelidad a la fuente, se siente un ritmo narrativo literario bastante consistente pero también un poco desnaturalizado del formato cinematográfico. Los capítulos son extensos, cíclicos y muy descriptivos; la revolución de Curtis toma demasiado tiempo antes de que llegue a algún término y mientras en algunos tramos es dinámica y coherente, estaciones pausadas para comer sushi simplemente hacen el montaje irrelevante.

Recién hablábamos del desempeño de Ed Harris en Sweetwater, que sin ser mediocre si fue muy pobre; en Snowpiercer, Harris se encuentra en su método, en su zona de confort, definiendo un personaje aristocrático, autoritario y con agendas oscuras en sus planes. Harris logra salvarse de Sweetwater con este papel, sobre todo halado por las sendas presentaciones de John Hurt, Ewen Bremmer y Tilda Swinton que no falla: qué señora actriz. El libreto se queda corto no en desarrollo, sino en mejores desenlaces para algunos personajes y se nota en los vacíos que dejan sus ausencias a medida que avanzan en el tren; Snowpiercer adolece de un exceso de puntos focales y un sólo receptor, como lo es Chris Evans que, personalmente, siento le queda grande el papel.

Veremos qué sucede con la escena coreana en Hollywood. Snowpiercer resultó ser muy promedio a pesar de las grandes expectativas y de los geniales aportes visuales. En este duelo, Park Chan-wook con Stoker sigue liderando su paso al cine occidental por sobre Bong Joon-ho y The Last Stand respectivo debut de Kim Jee-woon.

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The Last Stand

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Por fin me pude ver esta peli de Kim Jee-woon, una peli que no duró mucho en cartelera y que desafortunadamente me perdí en salas.

Mi gran interés fue que retornaba a la pantalla grande Arnold Schwarzenegger después de su pausa política, al haber sido elegido como gobernador del estado de California, aparte que me gustaron mucho las dos pelis que me he visto del director, Janghwa, Hongryeon (Cuento de dos hermanas) y Joheunnom nabbeunnom isanghannom (El bueno, el malo y el raro). The Governator, como se le conocía a Schwarzenegger, realizó dos papeles secundarios con su amigo Stallone en sus Expendables y cedió los derechos de explotación de su imagen en Terminator Salvation para la cuarta versión de Terminator. Aparte de eso, se dedicó muy juicioso a su carrera como gobernador y a la reconquista de su mujer -porque en algún momento llegaron a separarse, por sus acciones políticas- lo cual no le permitió mucho más tiempo en proyectos cinematográficos. Sin contar, The Expendables y siendo este su prime proyecto, Schwarzenegger no pierde tiempo y en un afán casi maniático ya tiene dos proyectos en posproducción (Escape Plan y Ten), uno en preproducción (Captive), uno rumorado (Terminator V) y tres más anunciados (Triplets, The Legend of Conan y Unknown Soldier). Es decir, vamos a tener Governator para rato.

Al igual que Park Chan-wook con Stoker, The Last Stand es la primera pieza de Kim Jee-woon en inglés. Hollywood refresca su industria con talento extranjero y estos dos no son los únicos ejemplos, Bong Joon-ho también reconocido director de thrillers coreano prepara una increíble historia de ciencia ficción llamada Snowpiercer, de la cual recomiendo ver sus avances inmediatamente.

The Last Stand es al parecer la más frívola de las tres (Stoker, The Last Stand y Snowpiercer). Una historia de explotación, con Schwarzenegger como último recurso, lleno de escenas acción pura y líneas únicas de humor típicas y envidiables de cualquier Expendable. Lo que pasa es que siendo una peli de acción es ciento por ciento entretenida. Arnold Schwarzenegger interpreta a un alguacil que se alejó de la escena de Los Ángeles por su extrema violencia y se refugió en Sommerton, un pueblito calmado y olvidado de Arizona. Sus ayudantes no tienen toda su experiencia y capacidades lo cual pone en aprietos al alguacil que se preocupa demasiado por ellos. Un preso de alta seguridad se fuga de Las Vegas y planea cruzar la frontera justo a la altura de Sommerton. Es un despiadado criminal que no logra ser capturado por todos los federales que están detrás de él. Todas las esperanzas recaen entonces sobre Schwarzenegger y todos los incompetentes que se le suman.

La estética del coreano reina perfectamente y la narración es muy atractiva. The Last Stand se presenta evidentemente como un western donde Schwarzenegger conoce perfectamente sus ritmos como eje de acción pero debió ser muy atractivo para él enfrentarse a un género como este por primera vez en su carrera. Al lado de él, aparecen Forest Whitaker, Johnny Knoxville, Rodrigo Santoro, Peter Stormare, Luis Guzmán, Harry Dean Stanton, Jaimie Alexander, Christiana Leucas, Genesis Rodriguez y Eduardo Noriega como el gran capo mexicano. Un gran reparto que redondea la idea de buen esparcimiento que asegura la producción.

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