No se si entré predispuesto a ver esta peli pero hacer una secuela de un clásico tan importante como de The Shining después de tantos años, me parecía un exabrupto. Podemos entender que Steven Spielberg haya dicho que, el recién fallecido, Kubrick le había comentado de un proyecto que la tecnología no le permitía desarrollar en su momento; era una trama de ciencia ficción y siempre discutimos que aunque bien hecha, le faltaba el picante del maestro para editar y terminar la historia; al final siempre pareció una pieza de Spielberg. Una trampa de taquilla bien ejecutada.
Doctor Sleep es una buena idea mal ejecutada. Reconozco que hay cosas interesantes al rememorar los corredores del Overlook Hotel pero todo el tema de los personajes con otros actores quita algo de mística; hubiera sido bonito toda la recreación con perfiles escondidos o sugeridos, con personajes insinuados y no una sensación barata de que no había el presupuesto para trabajar con los actores originales. De la misma idea, pasar de una delicada pieza de suspenso a una de terror y horror somete las herramientas, a clichés y hacia otra dirección; por no decir más, da mucha pena ajena con Ewan McGregor en los pedazos que su única salida fue la sobreactuación para solventar un duelo futil entre el bien y el mal, aterriza The Shining de una forma simplista y maniqueista que no tenía originalmente. Y finalmente, masticar toda la obra de Stephen King para explicar los detalles de la peli original creo que fue un disparo en el pie.
Rarísimo que le haya ido tan bien en crítica pero parece que no soy el único que piensa diferente; el descalabro en la taquilla es un recordatorio que no todos los reenlatados son buenos, que hay cosas que es mejor dejarlas en la estantería para recordarlas con el placer de la maestría con la que fueron ejecutadas. Sobre todo si son hechas por ese gran genio que fue Stanley Kubrick.