Esas pelis contemplativas, de grandes planos generales extendidos más de la cuenta a lo que estamos acostumbrados en la proyección de la sala, muy costumbristas y con fotografía de muy alta calidad me encantan -recuerden que me crié con Wenders y Herzog en la universidad-.
Meek’s Cutoff de Kelly Reichardt fue una de tantas pelis que vi anunciada en San Francisco y que no tuve oportunidad de atender allá. Tenía muchas ganas de verla y gracias al Festival 4mas1 logré hacerlo.
Es la historia de una caravana en una travesía por Oregon, que se apartó de una aún más grande, buscando pastos más abundantes mucho más al sur. Situada a finales del siglo XIX, se enmarca una odisea relativamente plana donde los partidarios de esta decisión, gracias a la escasez de agua, los largos recorridos a través del desierto, empiezan a estar en desacuerdo con su líder Stephen Meek, interpretado Bruce Greenwood (Super 8, Star Trek) oculto en una desordenada melena y una larga barba. Meek responsable del atajo, es obstinado y prepotente, es incapaz de pedir ayuda o de reconocerla en ningún momento. Las tribulaciones de las familias que lo acompañan terminan cediendo ante la llegada de un aborigen que posiblemente tiene mejor ubicación o por lo menos conocimiento de la ya escasa agua. La falta de fe de sus seguidores atenta contra el comando de Meek, el gran problema es la comunicación entre estas dos culturas tan inclinadas a no comunicarse, como lo eran los inmigrantes y los nativos de toda la extensión de Norteamérica.
La peli tiene una excelente fotografía, es costumbrista y contemplativa pero a diferencia de los grandes directores del neoexpresionismo alemán padece de una falta de contenido o significado. Es más una bella expresión cinematográfica en la estética de esta peli. A mi parecer una mecha quemada de Michelle Williams (Blue Valentine, Shutter Island) y Paul Dano (There Will Be Blood, Little Miss Sunshine) que toman muy en serio sus decisiones de producción y aunque la cinta de Reichardt está volcada completamente al género independiente que les apasiona, el alcance al final no es el mejor logrado.
La peli logró mejor producción en los Spirit y también participó oficialmente en La Biennale de 2010 donde aruño el premio SIGNIS para su directora. Gracias a MUBI y el Festival 4mas1 podemos observarla hasta hoy.