Biopic, Drama, Hollywood, Internet, Miguel Vaca, Netflix, Storytelling, Suspense, Thriller, TV, Vacacion

Unbelievable

La historia se basa en hechos de la vida real y en el aclamado artículo de Ken Armstrong y T. Christian Miller, ‘An Unbelievable Story of Rape‘. Luego de que el artículo tuviera eco en Los Pullitzer’s, en podcasts y toda clase de medios a lo largo de Estados Unidos, tres personas se interesaron en crear una serie de TV: Susannah Grant, Ayelet Waldman y Michael Chabon. Cuando leía libros, Michael Chabon era de mis autores favoritos; después entró a Hollywood a desarrollar guiones y pues unos salieron bien otros no tanto pero básicamente desde John Carter (2012) no sabíamos nada de él. Siete años después sale con este proyecto desgarrador y quedamos gratamente sorprendidos de sentirnos sobrecogidos otra vez.

Es cruda. Es un tango. Por un lado en el episodio 1 nos rompe el corazón la primera chica; nadie le cree, es hostigada por la policía y decide doble-declarar que su testimonio fue falso e inventado para no sentir más el acoso del estado; su desarrollo es agobiante hasta el último episodio. En estos últimos meses he devorado series policiacas, con sentido detectivesco. Ya había dicho en Messiah que me encantaba Bron/Broen, The Killing, Borgen, The Fall, Ófærð/Trapped, Grenseland/Borderliner, Border Town/Sorjonen, Karppi/Deadwind, Hinterland. Sin embargo, no había visto una serie donde el centro de atención fuera tan poco centrado en el atacante sino más bien en las víctimas y en el desarrollo de la investigación por parte de los detectives y los agentes a cargo.

Unbelievable es una serie que empieza inspeccionando varios casos de violación de extraño procedimiento. Absolutamente minuciosos, prolijos e higiénicos, tanto que parecen invención de las víctimas. Hasta que se convierte en la persecución de un sólo depredador. Un violador serial.

Además de la intriga que es impresionante, hay un trabajo para desenmascarar el patriarcado. Parece contenido revelador pero en el mismo corte avance se encuentra. La primera chica es entrevistada por hombres que aunque se muestran profesionales y de buena voluntad, ejecutan sus prejuicios al fin y al cabo; coercionan a la víctima, sus familiares, sus amigos y sus consejeros que finalmente le dan la espalda para vivenciar el más grande de los infiernos. Inmediatamente después -segundo episodio-, a la detective Karen Duvall le es encargado el caso de una violación que por contraste, por tono, por dirección, los espectadores evidenciamos las diferencias de que un caso sea tratado por hombres o por mujeres conscientes de la situación para la víctima e implicándose más que en su obligación como servidores de la ley como defensoras de género.

Es tiempo de presentar, a mi parecer, a la gran responsable de esta pieza audiovisual que no es nadie menos que Lisa Cholodenko ¿Se acuerdan? Lisa Cholodenko escritora y directora de The Kids Are All Right, drama dentro de un grupo familiar de dos madres, una pareja de hijos y un exmarido que llega a revolver inocentemente el avispero. Cholodenko no dirigió toda la miniserie, dirigió precisamente los de mayor intensidad y que requerían mayor tacto (los tres primeros). Nos hace sentir desazón, al avanzar entre los episodios, una sensación de clamor por la primera chica porque el contraste es cada vez más duro, entre más avanza la investigación en Colorado, más se hunde la chica de Washington. Sentimos asco por los sospechosos porque sin tener que ser los posibles culpables son repugnantes hay unos que son apuestos, adinerados, privilegiados y con sentido de vía libre para hacer lo que quieran porque la ley no los tocan; otros son conscientes de que sus amigos en las altas esferas los protegen y la ley no los tocan; y finalmente, hay otros que sus faltas son menores, ofensivas, pero menores y no hay forma que la ley los vaya a tocar. Ese es el acierto que se gana con Cholodenko, un respeto expreso por la situación y la validación de las víctimas como tal. Luego, ella y Chabon se vuelven productores ejecutivos y aseguran que la serie mantenga su calidad hasta el último respiro del fin de la temporada.

La tenía en mi lista de Netflix pero me tocó subirle prioridad porque no sólo estuvo nominada a los Globo de Oro de este año, también amasa nominaciones en los próximos SAG, Los Broadcasts y los del Gremio de Escritores. Es una serie que uno no querría perderse. Tal vez lo último que me faltaría por anotar es que aparte de Kaitlyn Dever que protagoniza la serie como Marie Adler de una forma brutal -pónganle ojo a esta chica- y Toni Collette que parece la experimentada veterana, mentor y líder de las escenas, me parece que sobresale mucho Merritt Wever; y Wever sobresale sobre todo porque justo la veíamos en Marriage Story como la hermana insegura, descontrolada versus la poderosa fiera que es aquí, una habilidosa e ingeniosa investigadora pero más que nada una persona cuya función es ser empática con cada víctima para triple-checar cada proceso, cada paso y así honrar su dignidad; fantástica actriz, le voy a poner también un pin para seguirle su carrera.

Nota personal. El tema es sensible y delicado; lo que menos quiero es sonar condescendiente o desconsiderado porque si algo puedo decir completamente seguro es que me encantó la serie, me encantó el formato, me encantó la narración. Curiosamente, esta serie me ha tocado mucho de manera personal pero también me ha hecho explorar temas para muchos superficiales como puede serlo Batman. Sí, el encapuchado. He pensado mucho en él, de cómo se nos da por sentado que es el mejor detective ¿Realmente lo es? En los cómix por la forma en que se desarrolla su literatura y la amplia gama de atención que le brindamos, a cada página y a cada capítulo, pues uno si ve un investigador detrás de cada caso; digamos que si uno lee el artículo de Armstrong o Miller suena a un titular de una agencia de noticias, no sentí esa genialidad periodística o por lo menos no la encontré, de pronto el libro es otra cosa; ya cuando uno ve toda la serie se hace evidente que un equipo con más recursos puede ayudar más, una sola persona no va a resolver un caso complejo a menos que que sea eficiente, minuciosa y casi que adicta al trabajo. Tanto que me pone a pensar, más allá de los crímenes y las violaciones, en todo el empeño que se puso para demostrar como es que se lleva una investigación en un proceso deductivo. No quiero sonar frívolo y quisisera no ofender a nadie -o por lo menos tratar de no hacerlo- para brindar mi experiencia y conocimiento sobre esta serie. Y parte de ese conocimiento es evaluar de manera transversal otros medios y otras propuestas. DC acaba de dar un golpe en la mesa y volvió a sentar el tono de cómo se puede hacer una peli de un cómic desde otra perspectiva con Joker. Ahora se prepara para relanzar la franquicia de Batman; Matt Reeves dice que va a explorar el sentido detectivesco adentro del cómic ¿No es acaso una oportunidad grandísima de hacer algo completamente diferente como esta Unbelievable o True Detective?

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The Messiah

Está complicada la cosa de ponerse al día con los nominados (al Globo de Oro) en esta temporada de premios que se nos viene, si aparte de que son muchas piezas por resolver, aún tenemos tantos pendientes. Justito antes de que me enterara de la susodicha -y primera- lista, me había empezado a ver The Messiah; una producción de Netflix que me aconsejó el algoritmo porque me encantan las intrigas, las teorías de conspiración, los espías y las series policiacas -eso se nota en que en el centro de este blog aparecen series como Bron/Broen, The Killing, Borgen, The Fall, Marcella, Happy Valley, Ófærð/Trapped, Grenseland/Borderliner, Border Town/Sorjonen, Karppi/Deadwind, Hinterland y obviamente por eso cabe también Homeland y True Detective-.

The Messiah es interesante a nivel narrativo en gran parte porque la mayoría de los episodios son dirigidos por el espectacular James McTeigue -la mano derecha de Las Hermanas Wachowski mucho antes de que Tom Tykver tomara su lugar- y supo interponer una rúbrica de thriller de acción a cada uno de los episodios de los que fue responsable. Para que recordemos rápidamente, los primeros trabajos del australiano se remontan al equipo de producción de The Matrix, luego le es confiado el proyecto más reluciente de su carrera como lo es V For Vendetta y finalmente se aisla en una cadena de errorcitos de serie B no muy conocidos -más allá de The Raven que logró algo de eco en críticas y taquilla-; vuelve con Las Wachowski con Sense8 y parece que hubiera renacido porque inmediatamente del revuelo de la serie ahonda en The Messiah que de verdad me parece muy interesante.

Más allá de las caricaturas de Porta dos Fundos, de Monty Phyton y súper alejado de cualquier serie de Semana Santa que tratan de hablar con una verdad absoluta sobre el fenómeno de Jesús de Nazareth, The Messiah es algo más cercano a American Jesus de Mark Millar. Michael Petroni crea una serie tipo Homeland, desonvolviéndose en Cisjordania con la idea del surgimiento de un nuevo profeta, un nuevo profeta muy revolucionario que ya con sólo anotar en su discurso que “Toda La Arabia debe volver a unirse” es por sí mismo un tema suficientemente incendiario y peligroso para Los Francos y Cruzados contemporáneos. La historia empieza a seguir sus pasos por Siria, Irán, Jordania, Israel y finalmente nos lleva a un cacerío en Texas, Estados Unidos. Sólo una vez Petroni muestra lo que parece ser un milagro del «Mesías» (e incluso en ese momento no es del todo claro y evidente) porque de resto todo parece creación de la histeria colectiva o la sugestión misma de los protagonistas.

Ritmo impecable, notas relacionadas con El Corán, La Biblia y La Torá, lenguas inexorablemente diferentes a lo que estamos acostumbrados a oír, personajes cautivantes y una historia sin muchos huecos hacen de The Messiah, repito, muy interesante de revisar. Si se lo piensan un poco incluso puede ser una «road-movie», con un inicio geográfico, un recorrido, un destino y un aprendizaje. Al finalizar, los diez episodios de su primera temporada, me queda la sensación que incluso el centro más atractivo de la trama no es el peregrino que agolpa todos los lentes sino sus discípulos; no estoy revelando nada en absoluto pero échenle ojo, si se atreven a ver esta serie, a «Los Apóstoles» de la serie pues creo que tienen mucho para desarrollar en una segunda o tercera temporada.

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Bron|Broen

Bron|Broen

Muchas cosas pueden suceder en una serie de TV en su primera temporada. No se puede generalizar, ni sacar conclusiones porque en La Segunda puede todo terminar de una forma contraria, para bien o para mal. Por lo mismo, generalmente se espera a ver las posteriores etapas en las series antes de comentar o hacer una entrada; por eso, de pronto no hay nada escrito en el blog aún sobre True Detective, Ray Donovan, Masters of Sex, Hannibal o Les Revenants (The Returned) –serie que pronto saca su versión estadounidense en AXN llamada Resurrection–.

En cuanto a cinematografía danesa, en el blog hemos alimentado una afición poderosa con nombres como Mads Matthiesen, Nicolas Winding Refn, Thomas Vinterberg y Lars von Trier. Lo interesante es que también nos hemos acercado a esta cinematografía gracias a sus audiovisuales para TV –y no estamos hablando de Riget (The Kingdom) la serie de TV realizada por Von Trier porque aún no la hemos visto–; nos referimos a que de manera indirecta seguimos Forbrydelsen, la serie policiaca cocreada y coescrita por Søren Sveistrup y Veena Sud que vió cómo su éxito se apoderó de Dinamarca, Alemania, el Reino Unido y se transformó en The Killing en Estados Unidos, donde ya con cuatro exitosas temporadas Veena Sud terminó escribiendo y produciendo la serie, adaptando un nuevo ambiente, parecido al danés pero en Seattle.

Ahora llega esta Bron|Broen (Bridge|Puente) donde reconocemos la técnica y la narrativa danesa, esta vez coproducidos por los noruegos y los suecos.

Bron|Broen es también una serie policiaca, empieza en el puente que une Copenhague (Dinamarca) con Malmo (Suecia) cuando es dejado un cuerpo en la mitad del puente, justo entre las jurisdicciones de sus dos cuerpos policiacos. Se desarrolla una pequeña trama alrededor de quién debe hacerse cargo del asunto pero, poco a poco, Saga Norén (Sofia Helin), una oficial del cuerpo de policía sueco, se va asiendo al cargo de directora de la investigación mientras Martin Rohde (Kim Bodnia), su compañero danés, sigue sus órdenes mientras trata de entender cómo funcionan las cosas al otro lado del puente. –Martin Rohde se nos hace conocido gracias a que Kim Bodnia quien lo interpreta es protagonista de Pusher, ópera prima de Nicolas Winding Refn–.

Al igual que The Killing, los escritores nos describen un ambiente coral, esta vez entre Copenhague y Malmo. A medida que avanza la investigación, saltamos de sospechoso en sospechoso hasta que conducidos por el suspenso del thriller, la historia desencadena en un vertiginoso y duro final de temporada.

Es entretenida. Tiene cosas imperdonables en una producción de tan alto presupuesto como son los errores de continuidad pero es entretenida. Por otro lado, la fotografía, el vestuario, la utilería, la ambientación musical, la dirección de reparto, todo es exquisito y muy bien logrado. El ritmo es agradable pero a medida que avanza todo se va volviendo demasiado conveniente y las situaciones o empiezan a encajar perfectamente como piezas de un rompecabezas que alguien ya sabe como armar o por el contrario quedan sueltas, perdidas, como hilos sueltos que nadie va a conectar. Decepciones parecidas a las que nos enfrentamos en el final de la segunda temporada de The Killing. La segunda temporada, es mucho más interesante y aunque el ambiente coral persiste en la investigación, quisiéramos pensar que en algún momento todo se va a hilvanar y no volveremos a caer en la resolución de un caso, gracias a la conveniencia, el peculiar talento y la química entre Saga y Martin.

Como es un juego danés coproducido por los suecos y los noruegos, más allá del cine, más allá de las actuaciones y el guión, es súper interesante cómo se ven cada uno de los extremos del puente. Por un lado los daneses perciben a los suecos, como autómatas casi insensibles con muchos problemas para relacionarse con otros; claramente, Saga tiene un nivel de autismo que le permite aprovechar su no-empatía con otros humanos para que la investigación avance más eficientemente; de cierta forma Saga es muy parecida a Data de Star Trek que investiga las sensibilidades y existencialismo humano desde su naturaleza esquizoide. Por el otro, los suecos ven a los daneses desordenados, vulnerables y deficientes; Martin se deja llevar por sus sentimientos, se sorprende y se divierte con las ocurrencias de Saga pero no toma decisiones muy racionalmente, nada es demasiado serio; tiene un matrimonio con cuatro hijos y como no puede negarse a tener relaciones con su mujer ni tampoco a usar condón se práctica una vasectomía pero justo antes de hacerla deja embarazada a su mujer con mellizos y le es infiel con otra mujer sólo porque sintió una conexión con ella. Bron|Broen es un balance de estos dos personajes, extrapolados y casi caricaturizados, que nos permiten explorar las idiosincracias de dos culturas muy diferentes entre ellas pero que vulgarmente clasificamos como nórdicas, en un genérico demasiado condescendiente.

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Series más destacadas 2012 (III)

[Continúa]

Sigamos con el balance de las series hasta ahora. No voy a hacer muy extensa esta reseña -que ya es bastante vasta- y voy a dedicarme a The Big C, Mad Men, Breaking Bad, Wilfred, The Killing, The Walking Dead, Game of Thrones y Homeland. Podrán no ser las favoritas de todos nosotros pero debemos reconocer que están en la tendencia, tienen una calidad de producción muy alta y si les dimos una oportunidad quedamos atrapados con ellas.

The Big C es una de las series que más me conmovió el año pasado por su frescura, su posición frente al cáncer y el personaje de Laura Linney. Linney es una hermosísima mujer aterrizando en sus 60’s sin pena ni gloria, es un monstruo de La Academia y ya ha logrado tres nominaciones a la estatuilla -que injustamente le han quitado- y dos Globo de Oro -uno precisamente por su papel en esta serie-. La primera temporada tuvo un conmovedor argumento con esta mujer decidiendo vivir tranquilamente; agobiada por la muerte de su vecina, y amiga, cambia de posición y quiere un tratamiento de curación, así su fase de la enfermedad esté muy avanzada. En la segunda temporada, cambia de doctor y empieza un tratamiento con un procedimiento con el que apenas se está experimentando. En esta nueva experiencia, llegan al reparto Alan Alda y Hugh Dancy quienes acompañan a Oliver Platt, Gabriel Basso, John Benjamin Hickey, Gabourey Sidibe, Phyllis Somerville, Cynthia Nixon y Reid Scott. Uno debe hacerse a la idea de que la temática de la serie -a pesar de lo festiva y optimista que pueda llegar a ser la hermosa presentación de la serie- es sobre muerte y cáncer; el problema es que uno como espectador crea un vínculo fuerte con los personajes y la despedida de cada uno de ellos es muy dolorosa. En esta segunda temporada no se desentona un tris. Linney sigue siendo encantadora pero su personaje va teniendo sus altas y sus bajas, lo que implica un desarrollo más profundo del personaje el cual logra impecablemente. La expectativa de la tercera temporada es miedosa. Finalmente, ¿Cathy caerá en su lucha por sobrevivir o habrá realmente esperanzas de recuperación?

Mad Men resistió el levantamiento de sus escritores. Después de un año y medio volvió con la quinta temporada de esta maravillosa serie, en un tono casi de añejamiento. Todos los actores en perfecta armonía con sus personajes y en equilibrio de guión o historias. Más ocurrente, más dramática y más cruda llegando a los confines más inesperados de este pequeño universo al final de los 50’s y principios de los 60’s. Muchos personajes no fueron tan protagonistas en esta temporada, como Peggy (Elisabeth Moss) o Betty Francis -antes Betty Draper– (January Jones), esto le dio un impulso adicional a otros personajes que brillaron con luz propia. Mi favorito Roger Sterling (John Slattery), un poco más pícaro, más sucio, siempre muy elegante y sofisticado pero con unos giros increíbles que evidenciaron su vulnerabilidad a flor de piel. Obviamente, Jon Hamm no desentona y nos deja en ascuas para una siguiente y muy esperada sexta temporada.

Hay unos que dicen que Breaking Bad es la serie que diseña la tendencia en TV de estos primeros años del siglo XXI, suena exagerado pero creo que no están del todo equivocados. Turbulenta, mundana, excelentemente narrada y con unos personajes muy crudos, Breaking Bad redefine los estándares de las series dramáticas. El papel del profesor de química interpretado por Bryan Cranston será recordado hasta el día de su muerte, gracias a ese perverso juego de los guionistas de la serie con los sentimientos y moral de los espectadores. Primero nos presentan un hombre sencillo y bueno. Padre de familia y amoroso que se convierte en un anti-héroe al tratar de protegerla sobre cualquier riesgo que pueda amenazarlos en su ausencia. Luego se vuelve un ser corrupto por la ambición, el poder y el dinero que ha desarrollado en su lucha. Y luego, volverse un monstruo al que su mujer le teme y sus hijos desconocen. Por su lado, Aaron “Pinkman-bitch” Paul, su «yang», siempre fue torpe, ignorante pero un hombre leal al equipo. Sus errores y torpezas enfrascaban al “Señor White” en unos dilemas ético-morales muy fuertes pero ambos de una u otra forma lograron sacarlos adelante en la industria de la metanfetamina, por eso muchas veces pensamos que el Señor White debía librarse de él para poder sobrevivir. En esta quinta temporada -continuando el curso de la cuarta- Jesse va limpiando sus adicciones, es reconocido por su lealtad y trata de librarse de este negocio que tantas penas le ha causado. Nos gobierna la incertidumbre del «mid-season» (que es una pausa en la mitad de temporada), y esperamos el desenlace con gran ansiedad y profundo temor. No sabemos qué pueda suceder en los últimos capítulos y si habrá una nueva temporada: Los creadores y productores han manifestado en varias oportunidades que la serie comenzó con una premisa, la muerte de Walter White y que por respeto a sus fanáticos así debería continuar. Entonces ¿va a morir? ¿Cuándo? ¿Cómo? Me declaro completamente adicto a la serie.

Una de las grandes sorpresas del año pasado fue Wilfred. Una creación surrealista y delirante de Jason Gann que empezó originalmente en su natal Australia y luego a través de FOX y FX desarrolló de nuevo en Estados Unidos, esta vez de la mano de Elijah Wood. El planteamiento es sencillo. Wood que interpreta a Ryan, es un abogado independiente, joven y emprendedor. En una de sus crisis bipolares y existencialistas decide suicidarse en una ingesta descomunal de pastillas que no causan el efecto deseado. De alguna retorcida forma, algo se activa en la mente de Ryan y puede ver al perro de la vecina como un ser humanizado. Wilfred es la mascota de la hermosa Jenna (Fiona Gubelmann) quien, en la primera temporada, se vuelve su amor platónico. La segunda temporada no es tan extraordinaria y regular como su antecesora. No es consistente y cuando nos entregan un buen capítulo, el siguiente es un ladrillo mortal. Sin embargo, en este balance, los episodios sobresalientes son grotescamente divertidos y desquiciadamente hilarantes. Nos dejamos llevar por la vulgaridad de este maldito perro juzgándolo como un ser humano pero después nos hacen caer en la cuenta de nuestros propios delirios y reconocemos que es tan sólo un perro. Esta temporada nos trajo a Amanda interpretada por Allison Mack, una carga equilibradora en el corazón de Ryan que lo asienta en el mundo real y le permite desarrollar sus amorosos sentimientos. Sin embargo, al mismo tiempo Amanda le permite descubrir raíces de una sicosis más profunda en su niñez que nos intriga hasta el final de la temporada. Ya está confirmado el tercer lanzamiento de la serie y aunque ansío verlo le deseo mejor rigurosidad en los guiones y mayor consistencia, de pronto aprovechando mucho más la genialidad de David Zuckerman (The Fresh Prince of Bel-Air, Family Guy) que realmente ha puesto los puntos sobre las íes y ha desarrollado capítulos excelentes a lo largo de ambas temporadas.

The Killing es la adaptación estadounidense de la serie danesa Forbrydelsen. Un thriller de suspenso sobre el extraño asesinato de una joven involucrada en un juego de intereses privados y gubernamentales. Aunque estuve muy emocionado la mayor parte de la primera temporada siempre renegué que su final no trajera una resolución completa al misterio. Predije que si el interés era pasar de culpable en culpable, de temporada en temporada, iba a ser una latosa tarea cada vez que viera un episodio de la serie. La segunda temporada no sólo cambió mi perspectiva sino que me enamoró por completo y aunque su final trajo la resolución al caso pareciera que no está cerrado del todo y que hay mucho más por develar en la investigación. Su final es abierto, la agente Sarah Linden accede a otra investigación y no sabemos si habrá más crímenes, más casos, más investigaciones, más relaciones con el caso de los Larsen o si incluso habrá una tercera temporada.

The Walking Dead, finalmente, logró aprobar el examen y triunfó sobre la crítica de cómo una serie sobre zombis podría lograr su camino e identidad en el formato de TV. Frank Darabont fue el que se atrevió basado en la reconocida novela gráfica y en este momento observamos su tercera temporada. Atrincherados en una cárcel que se ganaron a pulso, los protegidos por el comisario Rick por fin logran tener algo de calma y paz. Sin embargo no muy lejos las amenazas logran acecharlos y nuevas sorpresas de la historia como la aparición de Merle -hernano de Daryl que apareció en la primera temporada-, el fin de la separación de Andrea y su vigilante Michonne, etcétera, logran cautivar el interés de los fanáticos. Por mi lado el cambio de tono de drama de catástrofe a uno más «gore» y sangriento me tiene fascinado. Eso y el interactuar de los personajes ha logrado cautivar toda mi atención. Las relaciones y nuevos personajes así como la salida de otros han mantenido muy alta la tensión de la trama y en algunos casos nos ha dejado sin aliento y boquiabiertos con los giros que tiene la historia. Se avecina un final, un poco predecible, pero increíble. Es imperdible.

La gran diva de las series tiene nombre propio y se llama Game of Thrones de HBO. Yo la veo y la sigo. No soy fanático ni me parece nada del otro mundo. Rescato la gran producción, la coherencia de sus historias -basadas en la serie de novelas A Song of Ice and Fire de George R.R. Martin– y lo atractivo del cuento. No es excelente pero es bien, es fácil dejarse deslumbrar por “la serie con mayor producción” en la historia de la TV. El fanatismo de sus seguidores hace que se sobrevalore su calidad pero sobre todo que se asegure un par de temporadas más mientras se desenreda toda la cosmogonía.

Finalmente, Homeland. Al igual que Wilfred, la segunda temporada no ha resultado tan buena como la primera. Muchos hablan de acartonamiento, cliché o material trillado; otros hablan de personajes desbalanceados o incluso empiezan a rechazar el personaje principal de Claire Danes, Carrie Mathison. Por mi lado siento que empezó muy bien con la situación en el Líbano y la frustrante posición de Carrie después de su desenlace en la primera temporada pero de alguna forma si se empantanó con el atentado que quiere realizar Abu Nazir en territorio estadounidense porque se fueron cerrando los caminos y la historia que parecía tan interesante ahora es demasiado parecida a 24 con Jack Bauer. Es innegable que Claire Danes está haciendo un trabajo impecable, con su Globo de Oro y su Emmy, Daines es favorita al lado de Laura Linney y Jessica Lange en loa próxima ceremonia de los Golden Globes, a realizarse imaginamos que en enero del próximo año. Para los que nunca vieron la primera temporada, es fácil ponerse al día. Su estructura es de doce capítulos y apenas se está cerrando la segunda temporada. Homeland es el costumbrismo usado por los agentes estadounidenses para hablar de toda la estructura de seguridad nacional. La serie como tal está enfocada en un grupo de la CIA que practica labores de inteligencia contra acciones terroristas. Abu Nazir es la metáfora directa para unir a los fundamentalistas de Medio Oriente en un sólo personaje como en su momento pudieron ser Osama Bin Laden, Muammar Gaddafi o incluso Rabah Muhanna y Mahmoud Abbas, hoy en día. Por lo mismo, para poder tener un imaginario global Nazir comparte una figura bastante estereotipada que en contraste con el resto de la serie hace que pierda credibilidad. A falta de un capítulo para su cierre de temporada la tensión es alta y el clímax es álgido dejando, a pesar de todo, un buen balance de esta serie de acción y drama.

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Homeland

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Homeland


Aunque se vinieron grandes y esperadas temporadas de Mad Men, Breaking Bad y hasta Wilfred, les cuento que hay que guardar un tiempo para revisar la segunda temporada de The Killing y repasar la primera temporada de Homeland.

Claire Danes quien se está convirtiendo en la reina de los Globo de Oro (lleva tres galardones conseguidos por sus interpretaciones en My So-Called Life, Temple Grandin y Homeland), se destaca y arrolla a su competencia con actuaciones a veces un tanto perturbadoras pero sobre todo arriesgadas. Asistir una interpretación de Danes en uno de sus papeles es además garantía de su originalidad pues sus roles no se repiten con facilidad y su creatividad para abordarlo es genial.

Homeland es una serie que habla de intrigas, teorías de conspiración tiene mucho drama y una buena dosis de acción. Basada en los eventos del 11 de septiembre y de cómo afectaron los fundamentos de los centros de inteligencia norteamericana, se aborda la problemática de un eventual nuevo atentado por parte de Al-Qaeda.

Danes interpreta a un agente de la C.I.A. con una patología complicada de desórdenes emocionales controlados con Clonazepan; una droga que debe mantener en bajo perfil para no quemarse y posteriormente hundirse en la burocracia de Langley. Algunas veces, sus teorías son apreciadas en La Agencia pero otras veces son tan descabelladas que no hay siquiera forma de discutirlas, lo cual le proporciona un cierto nivel de frustración tanto al personaje como al espectador mismo que a medida que avanza la historia se va haciendo cómplice de Danes. Su único aliado es Mandi Patinkin (Dead Like Me) que interpreta a Saul Berenson el agente que la formó y entrenó pero incluso él puede ser juzgado por nosotros como una ficha más dentro de los conspiradores alrededor.

Hace unas semanas atrás empecé a verla y sencillamente la devoré de principio a fin. No le di descanso y al final en su último capítulo quedé atrapado para su segunda temporada. El capítulo #6, The Good Soldier, es tan bueno que incluso ganó mejor guión para una serie dramática en los premios del gremio de escritores el año pasado. Hay que ponerse juiciosos con Mad Men y su nueva quinta temporada porque siempre nos sorprende gratamente, Breaking Bad que ya ha anunciado su desenlace final y en los intermedios ver de qué forma no perderse la exquisita segunda temporada de The Killing que empezó muy bien y este nuevo thriller que nos trae Showtime/FX en su primera temporada -para los que aún no la han visto-.

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Auteur, Bong Joon-ho, Drama, Film Noir, Folk, Indie, 한국영화, Miguel Vaca, Storytelling, Suspense, Thriller, Vacacion, World

Salinui Chueok

Salinui Chueok (Memories of Murder) de Bong Joon-ho es un thriller de suspenso sobre la búsqueda de un asesino en serie en la Corea (del Sur) de los 80’s. En pleno conflicto social, mientras se desata una especie de guerra civil en el país, una provincia lidia con un caso donde un asesino ha matado, por el momento, tres mujeres. La inexperta, desordenada y desobligante policía no sabe qué hacer, ha interrogado varios posibles responsables pero entran en un vicio de tortura y manipulación de los hechos desesperados por su incapacidad que a la postre sólo genera más vacíos. En medio del proceso, llega un inspector de la capital, con mucha más experiencia y con una perspectiva más analítica de la situación. Ambos brazos de la ley, se enfrentan cada uno por sus medios a las pistas y el público se pierde en la incertidumbre de tampoco saber quién podrá resolver el caso.

Salinui Chueok no sólo me llega como recomendación de Rafa Puyana en Su Ciclo sino que además la crítica de Tokio, San Sebastían y Turín la aclaman como un thriller muy impactante y a Bong Joon-ho como un naciente talento de esta camada de autores coreanos. Dentro del género es clásico el seguimiento de las pistas, el compromiso del público intentando saber cuál es el siguiente asesinato o quién podría ser la siguiente víctima. Sin embargo Joon-ho aprovecha la realidad de ese momento, y aunque la crisis social no es la protagonista, se hace una crítica mucho más profunda a la corrupción del sistema y la barbarie de una fuerza policiaca con demasiado poder. Las torturas no tienen límites, la policía no tiene un ente que la controle y mientras en la historia se busca un verdadero culpable queda en vilo la posibilidad de muchos casos que fueron acomodados tan sólo para lograr resultados en un papel a costa de inocentes.

La peli está llena de detalles increíbles. El público no se involucra en el caso de manera fortuita. Por un lado, obviamente hay un acompañamiento clásico de tono con la música creada por el japonés Tarô Iwashiro quien delicadamente nos permite permanecer en vilo con sencillos silencios cuando se siguen las pistas o en completa tensión con una perfecta orquestación cuando se persiguen a los sospechosos. Sin embargo, pensaría yo que el toque de genialidad va de la mano de Kim Hyung-ku como director de fotografía y cámaras como también de Kim Sun-min como editor. Ambos desarrollan una pieza compleja llena de simbologías y detalles narrativos que de otra forma plantearían a Salinui Chueok como una pieza más. La forma de unir las pistas, la frustración de la investigación, los primeros indicios de un camino correcto o las pequeñas pinceladas del marco socio-geográfico es gracias a este par.

El filme es imposible no vincularlo con otras piezas policiacas. A mi me recordó The Killing, Akmareul boatda y Män som hatar kvinnor por el ritmo y a Se7en por el contraste de perfiles policiacos. No es un thriller de acción por el contrario es exquisito como thriller de suspenso muy recomendado para referencias del cine coreano y del mismo género. Joon-ho no sólo es un gran director sino que tiene la capacidad de crear esa doble narrativa con el fuerte contenido de un tema como un asesino en serie contrastado con un delicado humor negro sin olvidarse de describir casi de manera costumbrista su entorno coreano.

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The Killing

AMC es una sigla para American Movie Classics que es una cadena ochentera de TV estadounidense dedicada mayormente a pasar pelis clásicas cercanas a los 50’s o antes además de una mínima cantidad de material original. A partir de 2002 tomó una nueva dirección mostrando una nueva gama de pelis mezclando su parrilla con unas piezas más contemporáneas y agregando publicidad para mantener el negocio.

Su primer gran logro se logró con la serie Mad Men cuya trama se relaciona con unos publicistas de mediados de los años 50’s muy acorde con su perfil de rotación cinematográfico original y su revuelo en los Globo y los Emmy los puso en el mapa, sin embargo, fue Breaking Bad, otra súper serie de carácter dramático sobre un profesor de química en secundaria que es diagnósticado con cáncer y emprende una carrera espeluznante como cocinero de metanfetaminas, la que verdaderamente le dió estatus a AMC pues la serie fue rechazada antes por Showtime, HBO y finalmente fue de nuevo alabada en los Globo y los Emmy por su fuerte temática y sus excelentes actuaciones.

Además de estas dos series de lujo, en este momento están produciendo la segunda temporada de The Walking Dead serie creada por Frank Darabond basada en una serie de novelas gráficas de zombies y su nuevo anuncio es The Killing.

The Killing es la primera producción de AMC que no es completamente original, se basa en la serie danesa Forbrydelsen (The Crime) que causó mucho revuelo en algunos sectores de la BBC y que ahora la cadena norteamericana trata de re-enlatar. Aunque sus productores ejecutivos sean los mismos creadores de Forbrydelsen no deja de molestar esa actitud desafortunada de Hollywood de hacer suya la historia audiovisual. Ahora bien ya he visto la premiere de la serie (el piloto y su segundo capítulo muy a lo que nos tiene acostumbrados AMC) y otros varios capítulos donde se logra entrar en una narración interesante pero me queda un sin sabor de saber en qué se diferenciaría esta serie de cualquier otra policiaca, es más, cuál va a ser el atractivo para ver esta serie en vez de Law & Order, Cold Case o el mismo Castle donde se arma una trama general pero el ritmo está dado por los casos y su resolución al final de cada capítulo.

Esta es una crítica que ya se ha extendido incluso a pelis como por ejemplo X-Files donde siendo serie, su largometraje fue simplemente la extensión de un gran capítulo que no tenía diferencia o aporte alguno de haberlo visto en un formato más corto. AMC no ha defraudado aún pero el nivel está puesto muy alto y The Killing parece en primera instancia no lograr las expectativas. De nuevo quisiera esperar hasta el final de la temporada y comienzo de la segunda para ver si no termina siendo una columna de humo como The Event de Universal.

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