Esta peli fue todo lo que esperé, un drama bien desarrolladito, en ascuas cocinándose lentamente; sin embargo calificarla como comedia independiente no está tan descachado y fue una grata sorpresa. Me reí mucho, pasé un tiempo agradable y toparse con una peli de buena calidad siempre será un momento invaluable. Thomas McCarthy repite de nuevo con un largo excelente, ya nos había cautivado con The Station Agent (o como la llamabamos mis amigos, «El Enano Feliz») y aunque The Visitor no fue tan buena su calidad es innegable.
La historia de esta Win Win podría ser una trama cualquiera de superación personal, pero una de las lecciones más duras que recibe el personaje que interpreta Paul Giamatti, de su más joven maestro, es que todas esas teorías de lo «importante no es ganar sino participar» son basura comparada con la máxime del largo «si uno quiere ganar, no puede perderlo todo» y ahí radica el momento crítico para pellizcarse y tomar decisiones. Vladimir Nabokov lo redondea un poco diciendo que la vida se hace de oportunidades y la esperanza es la sensación infinita de que las oportunidades seguirán pasando, no aprovechar las oportunidades será una cuestión momentánea, de segundos tal vez, que podrá afectar dramáticamente la vida de cada persona, porque las oportunidades no se repiten completamente iguales.
Me ví esta peli en un cine independiente a unas cuadras de la casa donde me hospedaba no por ser pretencioso sino porque McCarthy a pesar de ser reconocido como un actor de la industria es un realizador muy indie logra establecer un gran mercado donde su peli estuvo expuesta casi un mes en la ciudad, con una audiencia muy buena. Impresionante y qué buen el apoyo el que recibe. Acaba de lanzarse en cartelera, no ha recibido por lo mismo ninguna nominación y la verdad a nivel de actuación no creo que logre nada significativo sin embargo ya empezó su ronda en Sydney veremos cómo le va; Giamatti haciendo lo suyo, un poco gracioso, un poco repetido, medianamente desenvuelto en un norteamericano tratando de salir adelante en un país en crisis, Bobby Cannavale (segunda peli con el director) y Jeffrey Tambor, aportan distensión a la historia, buenas actuaciones de Burt Young, Melanie Lynskey y Margo Martindale. De pronto el reparto se luce con Amy Ryan que explota con fuerza en el nudo de la historia y la agradable sorpresa de Alex Shaffer que empieza su carrera actoral con un excelente desempeño.
La peli me conmovió seguramente porque se involucró la historia con la mala comunicación entre un hijo y una mamá disfuncional. Temas que bien tratados siguen robándome lágrimas al final de las funciones 🙂