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Trance

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Debo empezar reconociendo que soy admirador moderado de Danny Boyle, que he visto todo su portafolio -con excepción de una o dos pelis que simplemente se me escaparon- y que casi todo me ha encantado. Diciendo esto puedo afirmar tranquilamente que la que menos me ha gustado es Slumdog Millionaire, en principio porque su visión épica del anti-héroe se veía contaminada por cierta sensiblería pero puede ser posible que también haya sido por toda la parafernalia de las ceremonias que simplemente afectó mi percepción de la pieza. 127 Hours me gustó bastante, concursó en las mismas ceremonias, con las mismas posibilidades y no tuve los mismos problemas que con Slumdog, lo que me hace pensar que la peli si tiene algo que no soporto.

Trance es un thriller de suspenso, del subgénero del robo (heist movie), muy diferente a lo que venía realizando el director, que logra una buena factura y un promedio aceptable dentro de ese portafolio del que veníamos hablando. James McAvoy interpreta a Simon, un empleado de una firma de subastas en Londres, tipo Sotheby’s, que vende obras de arte en un espacio con una percepción de seguridad muy alto. Simon se ve envuelto en el robo de Vuelo de Brujas de Goya, perpetrado por Vincent Cassel y trata de seguir el protocolo que le han enseñado a manejar dentro de la firma para no arriesgar su vida, sin embargo, ve la posibilidad de inhabilitar a Cassel con un arma de electrochoques que finalmente no logra su efecto. Cassel molesto por la picazón causada por el arma, se voltea y le da un cachazo con el arma a Simon y lo deja inconsciente.

La banda de ladrones ya reunida en su guarida, abre el empaque de la obra y encuentra que sólo está el marco; alguien había cortado el lienzo antes de que lo tomara Cassel y se había salido con la suya. Simon es secuestrado por la banda y torturado para que de el paradero de la obra pero el golpe recibido por el arma ha borrado su memoria y no recuerda nada en absoluto. Cassel es entonces aconsejado para que use hipnosis, ya que ni medicamentos o terapias funcionan realmente con la amnesia. Vuelo de Brujas es comparada entonces con La Tormenta sobre el Mar de Galilea de Rembrandt, que permanece perdida después de su robo en 1990, para proveernos un hermoso giro al final del segundo acto y darnos pistas del desenlace de la cinta.

Boyle rememora la forma en que se hacían los robos anteriormente no sólo para crear contexto sino además para generar una declaración importante con su peli. Varios artistas contemporáneos como Guy Ritchie, Matthew Vaughn o Jonathan Glazer afirman que sus inspiraciones provienen de grandes pelis de capos y gángsteres londinenses de mediados de los 70’s. Boyle no se queda sólo en esta apreciación sino que se apropia de un discurso en contra de las historias “amigables para la familia” que han acabado con el concepto de pelis para adultos, cuyo pináculo se vivió en esa década. Ya no existen en el cine los dilemas adultos, los temas, la violencia o la sexualidad de dichas historias, por el contrario, el género de adultos se volvió sinónimo de porno, la violencia o el sexo son ahora gratuitos y lo más grave es que los argumentos se volvieron poco subversivos. Lo que antes uno encontraba en cines es más fácil verlo en TV, hoy en día, lo que define una inversión de los papeles muy grave para el director que opina que esto irá acabando con la actitud de ir a una sala a sorprenderse o extasiarse con grandes tramas y con complejidades que lo sienten a uno a reflexionar.

Más allá de su gran discurso y las grandes escenas de desnudos que esta cinta ofrece, Boyle no logra controlar su trompo y los constantes giros en los que nos vemos envueltos como espectadores. El realizador juega con su estética de una forma muy entretenida, el reparto provee grandes desempeños pero lamentablemente poco a poco nos va perdiendo y quedamos en algún momento pensando en esto o lo otro, casi que llegando a una resolución del conflicto de manera absurda y traída de los cabellos.

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Ami Canaan Mann, Folk, Hollywood, Indie, Miguel Vaca, Movie, Thriller, Vacacion

The Texas Killing Fields

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Ami Canaan Mann es una chica en Hollywood que ha logrado sobrevivir siendo todera en todos los campos técnicos de la producción, tanto para cine como para TV. The Texas Killing Fields, es una producción de su padre Michael Mann y es la primera pieza de su ópera prima que logra desarrollar de manera independiente con un reparto lleno de estrellas. En principio, el proyecto lo iba a dirigir Danny Boyle pero este se apartó de la producción porque le pareció demasiado oscura para poder filmarse.

Aunque su promedio es bien flojo, en parte por los desempeños de Sam Worthington y Jeffrey Dean MorganWorthington actuando muy plano y Morgan muy forzado y poco creíble- la cinta sobresale precisamente por las actuaciones de Chloë Grace Moretz, Stephen Graham y Jessica Chastain. Sorprende de Chastain que, así lidere el reparto (The Tree of Life, The Debt) o tenga pequeñas líneas en el guión (The Help, Take Shelter), se tome tan en serio sus papeles y los haga relucir. En esta pieza en particular Chastain interpreta a una desesperada y frustrada detective que no logra desenredar su caso y pide ayuda a la pareja de su ex-esposo. Su papel logró llamar la atención en La Biennale de 2011 y logró reconocimientos en San Diego, Los Angeles, Ohio y Austin por su excelencia.

El problema grande de la peli es la inexperiencia de Mann y la incapacidad de dirección de su reparto, que no entendió el sentido de la pieza, se sobreactuó o se extralimitó pero pocas veces fueron todos realmente armoniosos. Esta inexperiencia además permite que la cinta se vuelva predecible y por lo tanto el impacto de la historia disminuye con el paso de los fotogramas.

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