Andrew Niccol no es un mal director, de hecho tiene un par de buenas pelis que figuran muy bien en este blog como Gattaca o Lord of War. Le gusta escribir y de hecho es bien reconocido en Hollywood por eso. Fue escritor-director de las anteriormente nombradas y ayudó a Spielberg con The Terminal y a Peter Weir con The Truman Show. Su visión futurista es hermosa con esa aproximación a la sofisticación y a la vez rudeza de los años 50’s. La primera vez que la vimos funcionó muy bien en Gattaca y en esta cinta funciona muy bien gracias al veterano Roger Deakins amuleto de suerte y garantía de calidad de los Hermanos Coen.
La historia trata sobre un mundo cercano donde se descubre que se puede comprar la vida y la juventud. El dinero se vuelven minutos, horas, meses, años y se vuelve tan importante que sobrepasa todas las divisas, emergiendo un nuevo sistema mercantilista por encima de toda moral, que llega incluso a los límites de la esclavitud y la barbarie cuando se vive al límite o se comienza a pelear por veinte minutos de vida. En este mundo aparece Justin Timberlake como Will Salas quien siendo un buen samaritano, viviendo de día en día, logra capturar cien años de vida de un millonario que se acerca a los suburbios. Salas con este nuevo crédito se adentra al centro de la ciudad donde disfruta de los nuevos lujos de un buen bueno, una buena comida y una buena cama. La sofisticación de este mundo no obnubila a Salas sino hasta que se encuentra con Sylvia Weis interpretada por Amanda Seyfried.
Digamos que la peli tiene un buen planteamiento y que incluso el nudo es interesante. Timberlake tiene ese carisma especial que nos enloquece cuando hace comedia en SNL al lado de Andy Samberg o algo de drama como lo vimos en The Social Network. Ahora desafía nuestra empatía con un héroe de acción, pobre en desarrollo y con una historia muy acartonada. Lo que era una buena historia de ciencia ficción, se vuelve una aburrida y predecible historia de amor. Vale la pena verla en casa despojados de cualquier presión. Es entretenida y al parecer Cillian Murphy, que no decepciona como antagónico, se comió el cuento que era una peli fantástica y no bajó el ritmo poniéndole picantico a la trama y a su desenlace. De resto es entretenida, aunque si es un poco raro ver una peli “sin adultos” pero es un gran punto en la visión de Niccol.
Cuando salió en cartelera me llamó cero la atención, verla. Ahora confirmo lo que pensaba y espero que el realizador se reivindique con nosotros con ese thriller de suspenso que ya empezó producción The Host