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Underground

Esta es la tercera peli de Kusturica que me veo. Underground es de 1995, ganó Palma de Oro en Cannes e igualmente fue nominada en los César y en los Spirit por sus logros cinematográficos. Como les dije anteriormente estoy en una maratón con este serbio en vista que me topé con cinco de sus pelis en Cuevana, esta en particular me la recomendó Esteban Orozco porque la describía como un monstruo de peli y no podía estar más acertado.

Ya me voy acostumbrando a su comunicación, cada vez le cojo más ideas al aire y cada vez sus símbolos son más claros en la medida que recorro su cinematografía. Definitivamente, un ingrediente característico de Kusturica es el humor. Una peli sin exageraciones, sin personajes voluminosos y, como lo decía el buen amigo Juan Almonacid, sin su fijación con los animales no es una peli de Kusturica. Esta en particular, comparándola con Gata negra, gato blanco que me ví primero, tiene unos personajes peculiarmente pintorescos, héroes de la patria, folclóricos y con un elemento muy divertido: Los instrumentos de viento de metal. En algún momento entran a participar en la cinta pero de resto parecen una referencia directa de la farra y la borrachera. Encontrados en lugares poco usuales, siguiendo a los personajes por las tomas y saltando el eje cada vez que se lo permiten, no son más que la justificación de esta dulce metáfora (en Gata negra, Gato blanco de pronto también se recoge esta figura cuando por ejemplo el viejo cuelga a los músicos en un árbol y estos empiezan a tocar como si nada).

Sin embargo, Underground siendo una farsa no es una comedia como Gata negra, Gato blanco, es una trágica historia sobre el abuso de poder y la corrupción. Sobre los dolores de la segunda guerra mundial, su continuación no sólo en el periodo de Tito sino su decadencia y completa desfiguración en las guerras bálcanicas que dieron lugar a la miniaturización de la antigua Yugoslavia en Serbia, Bosnia, Bosnia-Herzegovina y Croacia. Es un clamor por los horrores de las tiranías-dictaduras y como la antigua Yugoslavia las sufrió desde la década de los 40’s. Se vale del cine mismo para narrarlo, la figura del uso de imágenes de archivo montándole secuencias filmadas por el realizador como vimos recientemente en The Unbearable Lightness of Being de Kaufman abundan de manera animada en el paso del tiempo o en otras escenas logra involucrar de la misma forma a su protagonista Marko con personajes y momentos históricos como bien lo hiciera Robert Zemeckis en Forrest Gump.

Muy dura pero a la vez muy esperanzadora y optimista, el pueblo bálcanico podrá sufrir lo que sea pero sus matrimonios, su música, sus bailes, su tradición es lo que lo salva y Kusturica está ahí para hacérselo recordar a la gente y al mundo. En muchas ocasiones me topo con unos personajes tan zafados, tan poco ortodoxos que un aire costeño colombiano pareciese que los rigiera. Son muy parecidos en esa idiosincrasia y por lo mismo se hacen tan cercanos. Esta peli imperdible.

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The Unbearable Lightness of Being

Nunca fui muy fanático de Milan Kundera. A pesar de que casi tengo todas sus novelas siempre las empezaba y las dejaba a medio terminar por la densidad de su narración y la sobrellevaba trascendentalidad de sus historias. Nunca lograba entenderlas demasiado y abandonaba los libros casi que sin excepción. Puedo decir entonces que nunca terminé una obra de Kundera, no se si eso me haga más respetable o un tanto menos fiable pero el caso es que siempre busqué encontrarme con una peli que rodara una de sus novelas para por lo menos ver en qué terminaba alguna de ellas. Por eso desde que supe supe su existencia, busqué tantas veces en videotiendas este filme de Philip Kaufman de 1988.

Un gran reparto liderado por Daniel Day-Lewis a quien acompañan Lena Olin y una Juliette Binoche jovencita y deliciosa. La historia se centra en un doctor checo llamado Tomáš e interpretado por Day-Lewis que intenta ponerle límites a sus aventuras sexuales con una joven que conoció y que le pide una relación monogámica. Más allá de la simple historia Kundera, y en este caso, Kaufman ponen en competencia dos aspectos esenciales para la vida de estos personajes la libertina vida del bomemio y la tranquila esperanza del checo. Kundera fue uno de tantos que huyó a Francia, Suiza y Alemania huyendo del régimen socialista impartido por la antigua Unión Soviética. La insoportable levedad del ser puede ser la justificación de esta salida forzosa. Una historia que podría enmarcar el porqué aguantó tanto tiempo en Checa (el régimen se instauró muy temprano en 1946 y fue ocupada en 1968 por los soviéticos; tan sólo hasta 1975 Kundera no aguanta más y huye) y el porqué de su huída. Cuando uno está en frente de una novela hay un personaje especial que hace del escritor y es el que se lleva el protagonismo. Siempre pensé que Tomáš era Kundera pero con esta peli cai en la cuenta que la figura de Sabina, aquella que fue la única que entendió al doctor, aquella que no soportó el régimen y se refugió en Suiza y luego a Estados Unidos, es la verdadera consciencia de Kundera, el bohemio que no dio tregua y que quiso seguir sus raíces bohemias, sus fuertes principios, seduciendo de a poco su naturaleza checa.

Hace poco descubrí que el matrimonio monogámico es una invención realmente reciente y burguesa. El espíritu libertino, mujeriego y alcohólico (sobretodo del bohemio) es característico de una generación de artistas que vivieron su exilio a principios del siglo XX en París, pero que igual continuaron en la perpetuación de ese romanticismo francés hasta la generación del verano del amor muy entrados los años 60’s. Esta peli confronta dos estados del ser humano la felicidad y la soledad, ya habíamos dicho la monogamia y la prluralidad de amantes, la levedad y el peso de la vida, las raíces bucólicas y el arte metropolitano. No se Kundera pero por lo menos Kaufman no le apunta a satanizar ninguno de los aspectos enfrentados, cada uno hará su propio vínculo para encontrar su propia verdad y su propia tranquilidad, quisiera pensar que de pronto soy feliz, bucólico y pesado pero quién sabe, de pronto estoy completamente equivocado.

Definitivamente me hacía mucha falta esta peli y quería por primera vez terminar una historia de Kundera. Tiene características muy bonitas y una narración clásica de autor. En la invación soviética, por ejemplo, la mezcla de imágenes de archivo con propias de Kaufman me pareció una chispa de grata genialidad de Sven Nykvist como cinematógrafo y Vivien Hillgrove como editora o al final el juego de tiempos, un detalle de fina coquetería. A la peli no le fue nada mal, fue nominada a los Oscar por mejor guión adaptado y como mejor cinematografía pero igual los BAFTA, Boston y los Spirits reconocieron este esfuerzo con sus respectivos premios así como Boston también reconoció a Day-Lewis como mejor actor.

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