Action, Auteur, Bong Joon-ho, Epochal, Exploitation, Hollywood, Indie, Internet, 한국영화, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, Storytelling, Sukiyaki Western, Vacacion, Western, World

Snowpiercer

snowpiercer

Si hay algo impresionante en esta cinta de Bong Joon-ho es el maquillaje y la dirección de arte. El coreano a quien conocemos por Tokio! y Madeo se tomó muy en serio este ítem en su primer paso hacia la industria hollywoodense. El destellante reparto liderado por Chris Evans, Jamie Bell, Tilda Swinton, John Hurt, Ed Harris, Octavia Spencer, Song Kang-ho, Ko Ah-sung, Ewen Bremner y la fugaz Alison Pill aparecen en pantalla completamente irreconocibles gracias al excelente trabajo de Gabriela Polakova como maquilladora y las adiciones protésicas de Matthew Smith.

Snowpiercer es una historia de ciencia ficción a bordo de un colosal tren que en un ininterrumpido viaje atraviesa al mundo, constantemente, todos los años. Su misión cinética es no permitir que sus tripulantes se congelen; décadas atrás, infructuosos intentos de la humanidad por detener el calentamiento global trajeron un perpetuo invierno que prácticamente acabó con la población, restando sólo los pasajeros del «Snowpiercer» como cariñosamente llamaron la bestia creada por Wilford, Ed Harris; Wilford había previsto el congelamiento de la Tierra y se había apresurado a construir un tren que en medio de su movimiento permitiera un espacio de albergue y amparo.

Pero no todo es color de rosas dentro del tren. Wilford en su idealización también diseñó clases sociales y zonas estratificadas para esas clases sociales dentro del tren lo que genera múltiples contradicciones en su discurso liberador. La perspectiva de Joon-ho se ve desde el punto de vista de los más marginados que están sometidos a todos los vejámenes imaginados como rendirse a tener que entregar sus hijos a cierta edad para la explotación del tren o la invariable rutina de comer diariamente proteínas prefabricadas en una desagradable presentación gelatinosa. Esto conlleva a la muchedumbre a sublevarse y tratar de tomar las riendas del tren para tratar de sobrevivir donde antes muchos estérilmente fallaron.

Snowpiercer está basada en una novela francesa llamada Le Transperceneige de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette, y aunque no podemos determinar la fidelidad a la fuente, se siente un ritmo narrativo literario bastante consistente pero también un poco desnaturalizado del formato cinematográfico. Los capítulos son extensos, cíclicos y muy descriptivos; la revolución de Curtis toma demasiado tiempo antes de que llegue a algún término y mientras en algunos tramos es dinámica y coherente, estaciones pausadas para comer sushi simplemente hacen el montaje irrelevante.

Recién hablábamos del desempeño de Ed Harris en Sweetwater, que sin ser mediocre si fue muy pobre; en Snowpiercer, Harris se encuentra en su método, en su zona de confort, definiendo un personaje aristocrático, autoritario y con agendas oscuras en sus planes. Harris logra salvarse de Sweetwater con este papel, sobre todo halado por las sendas presentaciones de John Hurt, Ewen Bremmer y Tilda Swinton que no falla: qué señora actriz. El libreto se queda corto no en desarrollo, sino en mejores desenlaces para algunos personajes y se nota en los vacíos que dejan sus ausencias a medida que avanzan en el tren; Snowpiercer adolece de un exceso de puntos focales y un sólo receptor, como lo es Chris Evans que, personalmente, siento le queda grande el papel.

Veremos qué sucede con la escena coreana en Hollywood. Snowpiercer resultó ser muy promedio a pesar de las grandes expectativas y de los geniales aportes visuales. En este duelo, Park Chan-wook con Stoker sigue liderando su paso al cine occidental por sobre Bong Joon-ho y The Last Stand respectivo debut de Kim Jee-woon.

Standard
Adventure, Animation, Comedy, Emo, Hollywood, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Romance, Vacacion

13 horas de viaje en avión

Uno sobrevive trece horas de viaje sin problema. Yo hice parada estratégica de dos horas para hacer la conexión pero incluso si hubieran sido las trece horas de chorro no hubiera pasado nada. Venía hablando con una japonesa que desde Detroit hasta su Tokio natal, se iba a echar veintidós horas (la parada de ella iba a ser de un día en San Francisco pero después desde allí hasta Tokio eran catorce horas seguidas). La intención de esta entrada no es sin embargo de la duración de un viaje sino lo tortuoso que son las pelis que pasan en estos viajes.

Lo primero es que si a usted le gusta ver cine en los aviones no debe elegir a American Airlines como su transportadora. No sólo es barato a nivel de servicio de vuelo, aún posee monitores de tubo colocados en los corredores del avión. Había un aeromozo de 1,85 o 1,90 mts y este pobre señor caminaba por el corredor dánbose unos tiestazos durísimos con estos artefactos, que eran de pantalla pequeña, máximo catorce pulgadas, pero su envergadura era bastante más grande, no estaban bien calibrados y parecía que la imagen no era digital sino tal vez proveniente de un VHS (por el ruido que ofrecía).

En fin, si a usted le gusta cine, y el sonido de los audífonos no es el correcto, la imagen es deficiente, mejor lleve un libro del cual se hayan basado para hacer una peli y tal vez le vaya mejor, mucho mejor.

Mi primera peli fue Gulliver’s Travels de Rob Letterman. Una de las peores cintas que he visto de Jack Black y no lo digo sólo yo, el año pasado fue nominado como peor actor en los Razzie. Una aproximación ridícula a la novela de fantasía de Jonathan Swift que me acuerdo haber leído en el colegio con buen interés y algo de ansiedad pero que en la cinta fue desvirtuada completamente con los ajustes que se le hicieron a nuestra contemporaneidad. Balance, mal por Black, mal por Amanda Peet, mal por Billy Connolly, mal por Chris O’Dowd, muy regular por Emily Blunt (muy bonita pero no es garantía de diversión) y muy mal por la historia. Que desastre es este director Letterman, su archivo deja mucho que desear Shark Tale, Monsters vs Aliens y ahora esta, para mi son tres ponches y ya debería estar fuera pero Hollywood es así y requiere de este tipo de directores necesitados que harían cualquier cosa con tal de no quedarse sin trabajo. Que nos ampare el altísimo con su siguiente producto.

Si Gulliver’s estuvo mal, mi segunda tanda no fue mejor. Country Strong de Shana Feste una directora bien joven que nos trae su segundo trabajo de la mano de Gwyneth Paltrow, Tim McGraw y el joven hijo de Flynn en Tron, Garrett Hedlund. Un triángulo amoroso de unos cantantes de música country que tratan de sacar adelante la venida a menos carrera de Paltrow. Aburrida, lastimera, sin giros narrativos, un desastre completo aunque logró nominaciones importantes en los Globo y en los Oscar por su composición de música original. Lo mismo pareciera que en su afán por no quedarse quietos ciertos directores aceptan lo que sea. Pensé que era una producción era de la Paltrow ya que a veces los actores empiezan a producir su trabajo con tal de no quedarse quietos pero no para sorpresa mía la producción estuvo a cargo de Tobey Maguire.

Ambos largometrajes son mediocres y no logran una buena calificación, ni siquiera combinándolas. La teoría de la sinergía dice que la unión de las partes es más grande que la suma independiente de cada una de ellas, en este caso parece que la unión de las pelis da un resultado incluso peor.

Standard
3D, Animation, Auteur, Bong Joon-ho, Comedy, Drama, Folk, French Cinema, Indie, 한국영화, Leos Carax, Michel Gondry, Miguel Vaca, Movie, Short Film, Storytelling, Vacacion, World

Tokio!

Tokio! es la producción conjunta de tres directores en un proyecto urbano sobre la capital nipona divido en tres segmentos.

El primer segmento es dirigido por Michel Gondry y se titula Interior Design, una bella metáfora que escribió al lado de Gabrielle Bell en la cual afirma que una mujer sin aspiraciones es como una silla vacía pero que incluso una silla vacía tiene a alguien que la complemente y la haga feliz. Es un poco simplista la afirmación pero hay que ver el corto fabulesco con el estilo al que nos tiene acostumbrados Gondry, que sin repetirse nos hace conmover dentro de una historia cotidiana.

El arte, al igual que las cámaras, pudieran ser muy sencillos pero le transmiten ese aire de interioridad que la hacen tan especial.

El segundo segmento se titula Merde y es dirigido por Leos Carax un director de alguna forma desconocido en nuestro medio pero de una mediana trascendencia en el campo filmográfico siendo este su octavo proyecto. Merde es otra metáfora un poco más grotesca, menos directa sobre la inmundicia que corrompe el mundo actual y de como esta inmundicia nos está consumiendo poco a poco, darnos cuenta de ella no es lo único que debemos hacer y tratar de extirparla de la sociedad no es la salida pues su propagación es inminente.

Un tanto surreal, Carax aturde con imágenes fuertes y deja una sensación de impotencia con un mensaje bastante interesante. La fotografía igualmente es más agresiva pero la narración no es tan buena.

El tercer, y último segmento se titula Shaking Tokyo y es dirigido por Joon-ho Bong, director de origen koreano. Y es de lejos la mejor pieza de los tres. A pesar de que la industria filmográfica koreana sea tan pequeña y la mayoría de los directores se conozcan unos a otros, y donde de lo que he podido observar la mayoría se dedica al gore, al terror o al suspenso, esta peli de Joon-ho Bong es realmente hermosa en su carácter costumbrista. Una parafernalia contemplativa de lo difícil que es ser tolerante, de lo difícil de ser un ser humano que se tiene que relacionar con el mundo exterior, con el resto de personas pero igual lo difícil que es la soledad. Su mensaje no sólo es conmovedor, es arriesgado, es revolucionario e inspirador.

Toda la producción estuvo a cargo de Anne Pernod-Sawada, Masa Sawada y Michiko Yoshitake y para cada director fue adjudicado un equipo especial; para Merde, cinematografía estuvo a cargo de Caroline Champetier, montaje Nelly Quettier, música Byung-woo Lee y diseño de producción Mitsuo Harada; para Interior Design, cinematografía estuvo a cargo de Jun Fukumoto , montaje Nelly Quettier, música Étienne Charry y diseño de producción Hiroshi Hayashida ; para Shaking Tokyo, cinematografía estuvo a cargo de Masami Inomoto , montaje Nelly Quettier, música Byung-woo Lee y diseño de producción Toshihiro Isomi

En este momento la peli la están rotando por Cinemax y la verdad vale la pena verla.

Standard