Brit, Exploitation, Film Noir, Folk, Gangster, Hollywood, Indie, Miguel Vaca, Movie, Romance, Serie B, Storytelling, Thriller, Tony Scott, Vacacion, World

True Romance

True-Romance

Hace pocos días, decíamos que Stoker fue la última cinta producida por Tony Scott y pues hablando de él, porqué no evocar un par de proyectos más del productor y realizador.

Siempre recordaré que Scott empezó su carrera con una de las pelis más impresionantes de mi niñez, The Hunger. Una historia de vampirismo ambientada en un clima muy cercano a la cinematografía de Blade Runner -dirigida por su hermano- donde se siente el paso del tiempo a través del moho y el polvo acumulados en grandes espacios con poca luz. Además el gusto por intercalar planos generales con primerísimos planos siempre fueron motivos de fascinación en las pelis de los hermanos Scott.

Al entrar a la universidad, después de dejarme el pelo largo y eventualmente hacerme nudos en él, la gente me decía que me parecía a Gary Oldman, Drexl Spivey en True Romance. Al escuchar esto, agachaba la cabeza un poco, me limpiaba la garganta y, generalmente, cambiaba de tema. Podría entenderse que el asunto me molestaba pero contrario a ello, sentía una especie de orgullo porque desde tiempo atrás mi admiración por el actor inglés era grande. Sin embargo, también relucía un sentimiento de pena porque no había visto aún la cinta. Me puse en la tarea de buscarla, y entre más lo hacía, parecía que más se me escabullía. No había en ese entonces, «torrents», «wishlists» de Amazon y lo peor es que nunca estaba disponible en los Betatonios de la esquina. Finalmente, fue quedando relegada en un rinconcito de mi mente y sólo volvió a brillar cuando nos enteramos de la muerte del director el año pasado. Volví a buscarla, estuve dispuesto a comprarla por Amazon pero la verdad estaba carísima y no sabía si valía la pena, hasta que por fin Cuevana la indexó y pude verla.

True Romance no parece una peli típica de Tony Scott. El realizador y productor gustaba más de las cintas de acción donde prevalece el héroe clásico que demuestra sus capacidades en el pico más alto de la trama o aquellas donde sobrecogido por todos los avatares del destino debe rehacerse o redefinirse. Tony Scott ejemplifica mejor esto con su portafolio siendo director de Top Gun, Days of Thunder, The Last Boy Scout o Unstoppable, por un lado, y Revenge, Crimson Tide, Enemy of the State, Domino o Deja Vu, por el otro. Tanto True Romance como The Hunger parecen pausas o pequeños paréntesis de su esparcimiento.

True Romance es una historia «pulp» donde se mezclan varios subgéneros del cine como, la serie B, los detectives, los policiás, los gangsters, el romance y el thriller. No por casualidad su escritor es Quentin Tarantino. Tarantino para 1992 había escrito tres guiones en Hollywood y había llamado la atención de la crítica por Reservoir Dogs al ganar un Spirit, ser la estrella en el Festival de Sitges y ser nominado en Sundance. Tony Scott, era ya un gran director-productor de renombre en la industria y quiso trabajar sobre el guión del joven sureño. No lo hizo mal, a mi parecer. True Romance es la historia de un vendedor de comics en Detroit (Christian Slater) que en el día de su cumpleaños se enamora de una acompañante (Patricia Arquette) y de cómo se ve envuelto en un rollo de narcóticos neoyorquinos, con la mafia de Nueva Jersey detrás. Las líneas de diálogo tienen mucho para exprimir, las constantes alusiones al cine, a Mr. Majestyk de Charles Bronson y especialmente a Sonny Chiba, fueron muy divertidas, claramente refieren el bagaje cinematográfico que tuvo Tarantino como empleado de una videotienda. Muchas de las conversaciones fueron reeditadas después en Pulp Fiction como por ejemplo cuando Jules (Samuel L. Jackson) pregunta al principio de la peli “…a qué se parece Marsellus Wallace?” (What does Marsellus Wallace look like?), esa línea (y las siguientes) la dice casi calcada Christian Slater en el diner a Michael Rapaport.

En casi todas las historias de Tarantino, se necesita de un despliegue importante de actores para desarrollar todos los personajes que dan forma al argumento. Curiosamente, su labor no funciona como contador de historias coral porque dichos roles tienen un tiempo de exposición limitado y nunca más vuelven a aparecer en la trama. True Romance no es la excepción, para lo cual simplemente se puede revisar el reparto: Christian Slater, Patricia Arquette, Dennis Hopper, Gary Oldman, Brad Pitt, Christopher Walken, Bronson Pinchot, Samuel L. Jackson, Michael Rapaport, Saul Rubinek, Conchata Ferrell, James Gandolfini, Anna Levine, Victor Argo, Chris Penn, Tom Sizemore, Kevin Corrigan siendo tal vez la figura más interesante Val Kilmer como el mentor que evoca a Elvis Prestley.

El ejercicio de interpretar a Tarantino resultó muy bien. Scott logra darle connotaciones «shakespearianas», gracias en parte a la cinematografía de Jeffrey L. Kimball y la música original de Hans Zimmer pero más que nada porque sigue siendo sencillamente una peli de Scott. Tarantino después vendería los derechos de Natural Born Killers a Oliver Stone, y aunque a mi personalmente me pareció una de las últimas grandes piezas relevantes del director, Tarantino la odiaría con todo su ser y decidiría que de ahí en adelante dirigiría cada uno de sus guiones.

En esencia, Quentin Tarantino es escritor y escuchando sus últimas declaraciones donde anuncia su retiro, no le vendría nada mal a su estilo dedicarse a escribir y que otros reinterpreten sus líneas. Claramente, sus piezas se han vuelta una mezcolanza repetitiva sin mucha originalidad o sorpresa.

Nota personal. Tarantino profundo admirador de Sonny Chiba, lo trae a trabajar en Kill Bill como el gran maestro de Hattori Hanzo hacedor de legendarios sables.

Standard
Action, Carlos Moreno, Colombia, Exploitation, Folk, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Romance, Storytelling, Thriller, Vacacion, War, World

El cartel de los sapos

Motivado por la dirección de Carlos Moreno, me fui a ver El cartel de los sapos. Básicamente, es un thriller de acción basado en los relatos de Andres López, alias “Florecita“, un narcotraficante perteneciente al Cartel del Norte del Valle que durante su encierro en Estados Unidos escribió la novela que da origen a la serie de TV y a esta peli.

A Carlos Moreno lo conocemos por Todos Tus Muertos y por Perro Come Perro excelentes piezas del cine colombiano que concursaron oficialmente en Sundance logrando gestar un puesto de reconocimiento en Salt Lake City. En el cine independiente Moreno parece tener muy clara su visión del cine con historias alrededor de la violencia matizadas con su perspectiva muy particular. Moreno respira Valle del Cauca y se siente en cada una de sus escenas, en cada uno de sus personajes. Por lo mismo, si había una peli comercial que él debía hacer era esta, una cosmogonía de uno de los carteles de más rápida ascendencia y de más brutal reconocimiento. Es muy difícil comparar la cinta con otra en el ámbito colombiano porque son muy pocas las que logran adquirir el tono, la calidad y la dinámica de una súper produción bien hecha en todos los sentidos. La referencia obligada es obviamente Saluda al Diablo de mi Parte pero El Diablo es más un thriller de suspenso con escenas de acción. Por mi parte, creo que están a la misma altura y aunque difieren un poco en actuación, factura y narración El cartel de los sapos logra mostrarse más madura y mejor narrada.

Manolo Cardona interpreta a Martin ‘Fresita’ González (Florecita), uno de los lugartenientes del Cartel del Norte del Valle que desde chiquito se alió en negocios turbios con Pepe ‘Grillo’ Cadena (Fernando Henao), hermano de uno de los cabecillas más importantes del Cartel de Cali, Óscar Cadena (Orlando Henao). Fresita y Pepe ascendieron en la organización, asumiendo riesgos que otros no querían hacer enfrentando, por ejemplo, a otros carteles como los de Medellín y Los Mexicanos (no me queda claro si Los Mexicanos representaban el Cartel de Tijuana o el de Juarez pero si era una organización prestigiosa que controlaba las principales rutas de entrada a Estados Unidos). Cuando los hermanos Villegas (Los Rodríguez Orejuela) pactan con el gobierno nacional la desarticulación del Cartel de Cali, Fresita y Pepe ven una oportunidad de negocio muy grande y empiezan a organizar sus propias encomiendas patrocinadas por el incipiente Cartel del Norte del Valle y se volvieron pieza fundamental de la distribución entre Colombia, México y Estados Unidos.

El cartel de los sapos es el nombre que ajusta Andres López en la novela cuando relaciona a todos los capos del narcotráfico que se apresuraron en colaborar con la DEA para rebaja de penas en sus procesos de Estados Unidos. La pieza cinematográfica, así sea una nueva apología a las drogas y la violencia, tiene su valor en su fundamento histórico que por primera vez vemos de manera cohesionada y entretenida en una peli que llama la atención por su gran carga de acción. Aunque la mayor parte del reparto viene de la serie de TV, es decir, que ya tienen estudiado su papel y no hay mucho más que Moreno pueda aportar, el trabajo de Manolo Cardona como narrador es muy deficiente, al carecer de tono y timbre. Sin embargo en momento claves logra extraer de sus líneas mucho drama y empata sus falencias. De resto me parece un grupo de actores muy sólido, incluso con Diego Cadavid que es el que se roba el espectáculo la mayor parte del tiempo. Cuando empecé a ver la serie de TV, uno de los personajes que más me llamaba la atención era Guadaña interpretado por Julián Arango, mientras en su papel de Sofía y el Terco le criticábamos su falta de compromiso con el personaje del camionero, aquí como Guadaña infunde miedo y oscuridad con un balance sano de humor. Juan Carlos Arango, César Mora, Luis Fernando Montoya, Santiago Moure, Waldo Urrego redondean el gran desempeño al lado de Tom Sizemore y Fernando Solórzano, otra vez personificando a un gran capo caleño. En cualto al papel de Robinson Díaz interpretando a Milton ‘el Cabo’ Jiménez (Wílber Alirio Varela) se entiende que se quería mostrar a alguien despreciable y de principios borrosos, se entiende que la personificación en TV debe ser más llamativa y espectacular pero a nivel de maquillaje lo que ganaron con Guadaña lo dañan completamente con El Cabo; aunque el maquillaje está bien hecho, la exageración del bigote no esconde más que otra payasada del actor y el desarrollo del personaje queda nulo en lo inverosímil de su apariencia.

Me divertí mucho con la peli, no lo puedo negar. El trabajo del guión y la improvisación de algunas líneas son muy buenas, los apodos trastocados roban sonrisas muy fácil -por ejemplo apodo real “Chupeta” apodo ficticio “Pirulo“-, las escenas de acción y persecución en serio están muy bien logradas y, finalmente, Moreno es un gran contador de historias que sin mucho margen logra meterle algo de su estilo a la pieza.

En sus pelis estábamos acostumbrados a Superlitio en la banda sonora pero el testimonio fue bien recibido por Diva Gash, ChocQuibTown y Bomba Estéreo. No fueron vinculados al proyecto tampoco Káren Martínez que es remplazada con prestancia por Juanita Acosta y Álvaro Rodríguez que hace falta en las pelis de Moreno. Se extraña, pero sólo un poco, a Diego F. Jiménez que también era un personaje importante en el equipo de producción de Moreno pero el trabajo de cinematografía de Mateo Londoño sumado imagino a la dirección del mismo Moreno lograron darle esa atmósfera caleña que se siente destilaba cada cuadro de la cinta de Jiménez.

La gran noticia es que esta es la producción seleccionada para representar a Colombia en los Oscar del próximo año. Felicitaciones a Carlos Moreno como director, a todo su equipo de producción, al reparto y a Manolo Cardona que con su empresa 11:11 Films ha logrado constituirse como una gran promotora del cine nacional.

Standard