Emo, Exploitation, Folk, Hollywood, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Robert Lorentz, Vacacion

Trouble with the Curve

trouble_with_the_curve
Trouble with the Curve es la típica peli de Clint Eastwood pero se nota que no la dirige él mismo. Es dirigida por Robert Lorentz un «eastwoodiano» criado en el seno de Absolute Power, Mystic River y Million Dollar Baby siempre como segundo al mando o asistente. Además de producirle una gran cantidad de cintas a Clint Eastwood pareciese que que el actor -y maestro- le estuviera devolviendo un favor con el guiño de actuar en su ópera prima. Su desempeño como protagonista es excelente y cuadra dentro de las pelis para fanáticos de Eastwood -el detalle de la retrospectiva con el uso de imágenes de archivo de Dirty Harry es un detalle de fina coquetería resultado de la empatía de estos amigos-.

Lorentz no llega, sin embargo, a su primera cinta como un director inocente y mantiene en control todo su equipo; desde Tom Stern en la fotografía o Joel Cox y Gary Roach en el montaje, hasta el reparto mismo que redondea nada más y nada menos que Amy Adams, Justin Timbarlake, Matthew Lillard, Robert Patrick y John Goodman.

Es una buena experiencia aunque la peli termine siendo promedio. Una buena historia con un giro melodramático predecible pero que indudablemente nos hace un nudo en la garganta gracias a la encantadora actuación de Eastwood.

Standard
Actor, Auteur, Biopic, Clint Eastwood, Drama, Epochal, Exploitation, Folk, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Romance, Storytelling, Vacacion

J. Edgar

En los Oscar me parecía extraño que no hubieran nominado sino en mejor partitura original a Tintin y de alguna manera tenía una justificación dentro del poder judío que rodea a La Academia -por todo lo que ya hemos discutido-. Ahora bien, blanquear de las categorías mejor actor principal, mejor maquillaje, mejor producción de diseño y mejor dirección a J. Edgar, la última peli del maestro Clint Eastwood, es simplemente desconcertante -haciendo el ejercicio juicioso, se nota que en cada una de esas categorías hay uno o dos nominados que sobran y no entiendo aún el desplante-. La cinta ha sido maltratada por toda la crítica tanto en los Oscar, los BAFTA’s y los Spirit Awards si acaso recibió menciones en los Globo y los SAG’s de este año. En Colombia, la baja pomposidad de la peli puso en el oprobio sus proyecciones y los que quisimos verla tuvimos que hacerlo lejos de las zonas a las que estamos acostumbrados como si fuera una advertencia de que no iba a durar mucho en cartelera.

No quiero extenderme demasiado. Sólo quiero dedicarme a dos puntos claves en los cuales se entiende porqué esta pieza se mereció más apoyo de la crítica y porqué vale la pena ir a verla en salas -si es que se logra, los horarios y las locaciones no ayudan en absoluto-.

La dirección de Eastwood no sólo es impecable -como lo acotaba el amigo Onemandarino– es fiel a esas calidades que nos encantan de su realización calma pero sincopada, amena pero contemplativa. Su amigo de equipo, Tom Stern, nos proporciona una cinematografía poco saturada ambientada impecablemente por James J. Murakami y ambos nos llevan como en un «waltz» por varias épocas de la biografía de John Edgar Hoover, fundador de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y su director por casi cincuenta años; en donde cautivó secretos y archivos súper sensibles para la estabilidad del pueblo norteamericano. Sus secretos mismos fueron guardados con tanto recelo que tan sólo hoy en día, gracias a la pieza de Eastwood, podemos con asombro apreciar. No es para nada un ultraje o un vilipendio aprochando que no se puede defender, Eastwood narra una historia sencilla de un hombre que se aferró a sus ideales por encima de cualquier persona amada, incluso por encima de si mismo. Su carácter sobrepasó seis presidentes y durante su mando logró establecer un sistema de seguridad e investigación orgullo de cada ciudadano estadounidense.

Es posible que digamos, qué molestia otra vez Eastwood nominado por su dirección pero es que es sencillamente merecido y su ausencia un agravio contra el hecho de hacer cine.

Leonardo DiCaprio, es sencillamente el actor contemporáneo más grande y pareciera no tener un sólo rival en nuestros días. Dándose una libertad bajo el mando de su amigo y director Martin Scorsese, se une en esta peli al maestro Eastwood con una madurez y un dominio de todo elemento que provoca escalofríos. Sólo él pudo hacer creíble este ir y venir en los tiempos de la historia. Sólo él con esa magnífica dicción y ese encantador tono podría haberle dado vida al Hoover joven, de mediana edad y entrado en años con tanta facilidad y con tan buen desempeño. Sólo el podría haberse camuflado entre la intrepidez, la soberbia y la vulnerabilidad de este personaje que hubiera podido ser fácil para otro actor gracias al magnífico trabajo de maquillaje de Sian Grigg pero que en DiCaprio gracias a su mirada, sus posiciones, sus ademanes y, de nuevo, su voz podría no haber estado nunca y su personaje permanecer intacto en desarrollo. Es una lástima su ausencia en los Oscar pero, desde ya, J. Edgar se perfila para mí como una de sus mejores actuaciones a lo largo de su carrera.

Aparte de su maquillaje, su dirección de arte, su diseño de producción, su montaje, su edición, su realización y su reparto, la peli tal vez desentona en su parte musical. No porque no sea acorde, no porque sea burda, por el contrario Eastwood con ese piano melancólico acompaña muy bien la historia pero es tan melodioso, tan acaramelado, tan zalamero que empalaga algunos momentos cruciales de la cinta. Sin embargo no justifica por encima de todos su logros su aislamiento.

Nota personal. Entra a mi colección de interpretaciones de Richard Nixon, Christopher Shyer, al lado de Robert Wisden (Watchmen), Frank Langella (Frost/Nixon) o Anthony Hopkins (Nixon); Shyer tiene un desempeño sencillo, divertido, muy corto que no le da mucho tiempo de desarrollo para compararlo con Langella o Hopkins pero válido al fin y al cabo.

Standard