Hablando últimamente de grandes contadores de historias, se me atraviesa esta peli de Clint Eastwood que vi más o menos hace un año en cine. Recien la están rotando por HBO y me encantó repetirla. Es una gran peli, independiente de las excusas que se introdujeron para hacerla (Eastwood fue contratado en la segunda gran depresión automotriz de Estados Unidos para levantar el mercado y aunque la Chrysler estaba vulnerable venía de una gran alianza con la Daimler-Benz AG, entonces la producción decidió pujar por un modelo entrañable de la Ford pero en otras condiciones esta peli hubiera podido llamarse LeBaron o Cordoba).
El Torino fue una versión de lujo basada en el Ford Fairlane pero al principio fue visto como una subgama de este y fue sólo hasta 1971 que el Torino adquirió su verdadera posición en la historia automotriz. En 1976 agravada la crisis petrolera se descontinuó su producción. Fue tal vez esa la excusa para retomarla en este momento, recordarle al público norteamericano que en el pasado hubo también otras crisis pero que igual fueron superadas, una oportunidad de esperanza que Eastwood no dudó en tomar.
Digamos que la excusa incluso irrumpió en algunas partes del diálogo donde un viejo setentón, agrio y refunfuñón, ultra nacionalista que trabajó toda su vida en la Ford dice naturalmente “no podías haberte comprado una camioneta americana” mientras se aleja el logo de la Toyota Land Cruiser de su hijo, es casi imperceptible pero ahí está. Dos o tres alusiones más al carro y ya. Pasa a un segundo plano, no es lo importante, lo importante vuelve a ser este genio contador de historias y su viejo amargado de apariencia xenófoba.
Una gran peli con un final escalofriante, un empotramiento del héroe clásico, poderoso, noble, inteligente, lleno de sabiduría (incluso he escuchado que Eastwood sigue siendo súper sexy, no entiendo como un Dirty Harry de setenta años pueda ser sexy pero igual lo he escuchado). Una peli de referencia llena de nominaciones pero con pocos premios. para mí un clásico instantáneo.