Cuando dejo grabada una peli en Cinemax, aparte de disfrutar la pieza que dejé grabada me encanta ver los cortos de lo que se viene. Si uno ve La piel que habito le anuncian Tuan yuan, ganadora de mejor guión en la Berlinale, que a su vez anuncia la mexicana Somos lo que hay, que a su vez anuncia la brasilera Trabalhar Cansa, que a su vez anuncia la británica Four Lions y así uno puede irse poniendo al día en lo que se refiere a cine independiente y festivales.
Cuando vi por primera vez los cortos de Four Lions pensé que iba a ser una cinta que abordaba el terrorismo desde una perspectiva muy dramática o desde el sentimentalismo ordinario. Pero al final del corto decía comedia. Me intrigó. La busqué. La grabé. Me sorprendió.
Four Lions dirigida por Christopher Morris es todo lo contrario a lo que hemos visto sobre terrorismo en cine. Es una historia políticamente incorrecta, aguda, de un humor negro impresionante y que hipnotiza con cada línea de diálogo que nos va dando su equipo de escritura (Jesse Armstrong, Sam Bain, Simon Blackwell y el mismo Morris). La sátira trata sobre una célula terrorista de cuatro pakistaníes establecida en Londres que aspiran a ser mujadines demostrando su honor en una inmolación. La historia se centra en Omar (Riz Ahmed) que lidera la célula como la mente más crítica frente al ocidentalismo infiel y el imperialismo. Omar se prepara con Waj (Kayvan Novak) para recibir órdenes del comando central en un campo de entrenamiento en el desierto pakistaní pero todo sale mal y deben salir huyendo a improvisar por si mismos un plan de ataque terrorista. Por su parte, Barry (Nigel Lindsay) y Faisal (Adeel Akhtar) esperan noticias de Omar pero Barry está muy resentido porque quedó aislado del plan de entrenamiento y emprende el reclutamiento de Hassan (Arsher Ali) para atacar una mezquita.
Mediante el absurdo dos críticas importantes se hacen evidentes. La primera es que el fanatismo y fundamentalismo va transformando a las personas en ignorantes. Digamos que los cuatro pintorescos terroristas parecen adolescentes inmaduros pero la aparición de Hassan en medio de un auditorio con una arenga incendiaria en contra del prejuicio racista es un discurso inteligente con por lo menos algo de elaboración -y que a la postre le valió su cupo en la célula-; el desarrollo del personaje de Hassan es impecable porque a medida que se va comprometiendo con la causa yihadista de «Los Cuatro Leones» sus errores aumentan y su audacia desaparece.
La otra gran crítica que aparece en la historia es que las causas que ennoblecen a los suicidas se van disolviendo en sus propios cuestionamientos. La continuación de un ataque terrorista ad portas de realizarse es una gran de cadena de manipulaciones que justifican sus actos no de la forma más congruente o acertada. La historia de Omar y su familia es muy loca, transforman la realidad de su núcleo familiar gracias a la firme creencia de sus actos que llenan de orgullo a todos sus integrantes. En momentos de duda siempre aparece alguien supuestamente más cuerdo o más calmo que los convence de continuar “sonriendo” hasta encontrar el paraíso.
Siento de Morris que fue muy arriesgado al hacer esta peli porque de alguna forma está ridiculizando a los fundamentalistas sin atacar directamente una etnia o algo por el estilo. No se queda sólo con la historia de los árabes su crítica podría llegar a cuestionar autogolpes o teorías de conspiración más grandes en los Estados Unidos después de los eventos del 11 de Septiembre. Con una comedia negra muy inteligentemente critica el terrorismo y su falta de razón. Morris es conocido por sus apariciones en The IT Crowd con esa agresividad y virulencia que expone su cara pero es mucho más reconocido por sus artículos denunciando el racismo en el Reino Unido. Con Four Lions debuta como escritor-director y logra ser reconocido en los BAFTA’s así como grandes nominaciones en Sundance, Chicago, los British y el mismo gremio de escritores británico.
La cinta la recomiendo mucho y la están rotando ahora mismo en Cinemax.