El cine francés no es mi favorito y a esta peli en particular fui a regañadientes porque llevaba un buen tiempo escogiendo autoritariamente las pelis y necesitaba un aire fresco. No me gusta el cine francés porque es demasiado dramático y se enreda en un análisis piscológico complejo donde generalmente las historias terminan con un final excesivamente inesperado o excesivamente inconcluso. Rescato del cinema francés a Patrice Leconte o Jean-Pierre Jeunet que nunca me han defraudado y mantienen un estilo original, honesto y muy diferente al de sus contemporáneos. En el pasado me gustaba mucho Luc Besson pero se volvió demasiado comercial y mi nivel de tolerancia llega a Jean-Jacques Annaud pero es de demasiados altibajos.
Esta peli tiene algo muy interesante para nuestro blog y es su género. Nunca habíamos hablado de las biografías o como mejor se le conocen en el mundo, las “biopics“. Es un género complicado. Es como ponerle la voz a La Pantera Rosa, Mafalda o Condorito siempre uno como espectador se imagina las cosas diferente y termina de alguna forma traicionado. Hay miles de ejemplos del porqué a las biopics se les considera un género de segunda mano pero bien realizadas y audazmente desarrolladas se vuelven piezas muy interesantes. Un ejemplo es Amadeus, del cual ya hablamos en este blog y que le significó a Milos Forman su segundo Oscar como director y a F. Murray Abraham mejor actor secundario.
Séraphine Louis o Séraphine de Senlis es un personaje artístico e histórico, autodidacta en su arte y de alguna forma líder en el movimiento de los primitivos modernos. Compleja, delirante e demente. Una artista de principios del siglo XX que murió en la humildad de un asilo mental pero su fama le sobrevino un par de años después.
No la conocía en absoluto. Pero la peli me la presentó de una forma tan natural y sencilla que me conmovió. Investigué todo el día que pude su obra, sus trazos, su mirada.
Martin Provost un gran director. Con esta peli no logró llevarse un César como mejor director pero de resto arrasó completamente con mejor actriz principal, mejor película, mejor guión original, mejor cinematografía… En fin, una peli imperdible.
La peli como decía en un principio es muy francesa, con una actuación impresionante de Yolande Moreau como la artista a quien recordamos por su papel en papel de Le fabuleux destin d’Amélie Poulain. Sumado a esto, la peli es costumbrista, profundamente sensible y muy romantica. Pero es honesta y nunca traiciona su estilo. Lo que más me encantó fue su final donde en un plano de casi un minuto y medio se entiende la verdadera visión contemplativa de la artista.
Imperdible.