Biopic, Drama, Epochal, Folk, French Cinema, Indie, Martin Provost, Miguel Vaca, Movie, Vacacion

Séraphine

El cine francés no es mi favorito y a esta peli en particular fui a regañadientes porque llevaba un buen tiempo escogiendo autoritariamente las pelis y necesitaba un aire fresco. No me gusta el cine francés porque es demasiado dramático y se enreda en un análisis piscológico complejo donde generalmente las historias terminan con un final excesivamente inesperado o excesivamente inconcluso. Rescato del cinema francés a Patrice Leconte o Jean-Pierre Jeunet que nunca me han defraudado y mantienen un estilo original, honesto y muy diferente al de sus contemporáneos. En el pasado me gustaba mucho Luc Besson pero se volvió demasiado comercial y mi nivel de tolerancia llega a Jean-Jacques Annaud pero es de demasiados altibajos.

Esta peli tiene algo muy interesante para nuestro blog y es su género. Nunca habíamos hablado de las biografías o como mejor se le conocen en el mundo, las “biopics“. Es un género complicado. Es como ponerle la voz a La Pantera Rosa, Mafalda o Condorito siempre uno como espectador se imagina las cosas diferente y termina de alguna forma traicionado. Hay miles de ejemplos del porqué a las biopics se les considera un género de segunda mano pero bien realizadas y audazmente desarrolladas se vuelven piezas muy interesantes. Un ejemplo es Amadeus, del cual ya hablamos en este blog y que le significó a Milos Forman su segundo Oscar como director y a F. Murray Abraham mejor actor secundario.

Séraphine Louis o Séraphine de Senlis es un personaje artístico e histórico, autodidacta en su arte y de alguna forma líder en el movimiento de los primitivos modernos. Compleja, delirante e demente. Una artista de principios del siglo XX que murió en la humildad de un asilo mental pero su fama le sobrevino un par de años después.

No la conocía en absoluto. Pero la peli me la presentó de una forma tan natural y sencilla que me conmovió. Investigué todo el día que pude su obra, sus trazos, su mirada.

Martin Provost un gran director. Con esta peli no logró llevarse un César como mejor director pero de resto arrasó completamente con mejor actriz principal, mejor película, mejor guión original, mejor cinematografía… En fin, una peli imperdible.

La peli como decía en un principio es muy francesa, con una actuación impresionante de Yolande Moreau como la artista a quien recordamos por su papel en papel de Le fabuleux destin d’Amélie Poulain. Sumado a esto, la peli es costumbrista, profundamente sensible y muy romantica. Pero es honesta y nunca traiciona su estilo. Lo que más me encantó fue su final donde en un plano de casi un minuto y medio se entiende la verdadera visión contemplativa de la artista.

Imperdible.

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Das weisse Band

A pesar de su deeeeeeeeeeensa narración Das weisse Band de Michael Haneke me pareció una peli supremamente interesante. Después de verla en cine y anonadado por su temática puse el título de la obra en el blog para dejar la entrada lista, guardé y me fui a dormir. Cuando reflexioné quise saber qué decía el título original y lo traduje: “Das weisse Band – Eine deutsche Kindergeschichte” significa literalmente “La cinta blanca – Una historia de niños alemanes“.

¡Por dios!
¡Qué título tan bravo!

En fin entenderán de lo que les hablo apenas vean la peli pero lo que si quiero dejar claro es que el director nos quiere avisar algo mucho antes de que entremos a verla, incluso es un “¡Achtung! Diesses ist eine deutsche kindergeschichte“. Ni crean que se hablar alemán estoy jugando a traducir frases con un diccionario cualquiera.

Una de las grandes genialidades de la pieza es que no tiene música en absoluto, no se que tipo de micrófonos haya usado pero el único audio son los sonidos de los primeros planos de los personajes donde se resalta el vuelo de las moscas circundantes, las respiraciones apretadas, los llantos, los golpes, la barbaridad y al final aparecen los créditos sin una sóla nota que los acompañe como queriendo decir que lo más podrido de la putrefacción misma es callarla y esconderla.

Y pudiera seguir con muchas facetas de la peli que me fascinaron desde el reparto (alcanzo a descubrir dos caras conocidas el barón interpretado por Ulrich Tukur que lo recuerdo de Das Leben der Anderen, el pastor interpretado por Burghart Klaußner como el juez en The Reader y todos los niños), su escogencia donde esas caras ajadas, adustas, abnegadas, conformes de los campesinos del barón son más que dicientes sobre la opresión de ese pequeño pueblo, el vestuario, el diseño de producción que acompaña elocuentemente a estos personajes, en fin, podría seguir pero hay dos detalles que me parecen los más destacados, la fotografía y las cámaras.

Obviamente, el director tiene mucho que ver pero la cinematografía a cargo de Christian Berger es realmente algo inquietante. Primero, el blanco y negro, muy contrastado con unos negros profundos y unos blancos enceguecedores, casi no hay grises, alertando de una sociedad maniqueista que sólo ve el bien y el mal como eventos divinos, como única respuesta a la forma de vida, tanto que sus gamas intermedias son imperdonablemente humanas y por lo tanto indignas. Lo segundo los encuadres dentro de esta fotografía resaltan mucho; las cámaras en los interiores de las casas empiezan a enmarcar cuadrados perfectos, neuróticos, psicorrígidos y xenofóbicos cuadrados que aparecen constantemente como silenciosos protagonistas, una metáfora sin duda de sus juicios cerrados y filosofía parroquial.

¡Impresionante!

Esta peli sólo confirma lo que hemos venido estudiando en este blog durante un buen tiempo ya, un director que es el mismo escritor de una pieza cinematográfica siempre tendrá poder y autonomía sobre su obra, aunque cuando esta inquietante idea del director viene de una cabeza como la de Haneke (realizador al que cada día me voy acercando más), el neo-expresionismo alemán (o nuevo cinema alemán como quieran llamarlo) es aún más perturbador y grandioso.

Nota personal: En ausencia de Herzog, Wenders o Fassbinder, Haneke se plantea como una opción fresca, perturbadora, inquietante, divertida para ir a cine. Eso si, este cine no es para todo el mundo; planos contemplativos, de un minuto de duración, de un paisaje en un plano abierto pueden acabar la paciencia de muchos o el cansancio de otros. Por mi lado, recuerdo mis días de universidad y esa misma contemplación se convirtieron en estados de paz y relajación.

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