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Mies vailla menneisyyttä
Mies vailla menneisyyttä, o El Hombre Sin Pasado como la conocemos realmente, es una peli del mítico y finlandés director Aki Kaurismäki. Más allá de Noruega, más allá de Suecia queda Finlandia. Uno pensaría que todos estos nórdicos tienen un estándar de vida muy alto pero Kaurismäki logra ponernos en contexto con una sociedad sólida, equilibrada, sencilla y poco presuntuosa. Incluso las raíces indoeuropeas en su lingüística parecen demasiado diferentes y sin relación con las gérmanicas de Alemania, Noruega, Dinamarca o Suecia.
El Hombre Sin Pasado se presenta con un gran título digno de Los Hermanos Coen y es la historia de un elegante ciudadano, interpretado por Markku Peltola, que llega a una estación del tren, es asaltado, golpeado violentamente por unos malandros y abandonado a su destino. Al despertar se encuentra en una cama de un hospital, vendado como una momia, completamente amnésico, no tiene documentación y de milagro habla el idioma. Es dado de alta y se refugia en un depósito de chatarra en un cuarto, con un catre, una rockola y un perro. De ceros empieza su largo camino de reinvención en unas condiciones ascéticas que parecen no molestarle. Logra un trabajo, amigos y un nuevo traje pero ¿hasta dónde podrá llegar este hombre sin un pasado evidente? ¿Podría un ser humano olvidar su elegante apariencia de negocios, con portafolios y vestido de lujo y convertirse en una persona nueva? ¿Sin memoria en absoluto, un hombre actúa por bondad, principios y valores morales de manera innata o es parte de los recuerdos de lo que era en su pasado?
Bueno, esas son cuestiones que Kaurismäki astutamente nos resuelve en una agradable cinta costumbrista de casi dos horas. Su mayor valor como decía es la descripción folclórica de una sociedad tan desconocida para nosotros como para el mismísimo N.N. que acaba de despertarse en esa sala de hospital. Su narrativa es rica en esa teatralidad fría y acartonada que no es mas que el reflejo de esa sociedad golpeada por su geografía helada que hace a los hombres distantes pero generosos en aprietos. Tengo que ser sincero y decir que tuve que darle muchas oportunidades (demasiadas) para poderla terminar. La pasaron alguna vez en iSat y la tuve grabada desde entonces. Por momentos se me hizo un ladrillo donde no pasaba nada y es que se toma demasiado tiempo en desarrollar el planteamiento de la historia. Por momentos se me hizo similar a las historias de Kusturica por su cercanía folclórica pero a diferencia de lo que podría decir en Underground, los personajes de Kaurismäki no son caribeños, no se relacionan con nosotros en esa idiosincrasia. Por momentos la cinematografía era fría e insípida pero con el paso de las tomas logra uno encontrarle sentido y belleza a esa fotografía de Timo Salminen. Al lado de Markku Peltola actúa Kati Outinen y al lado de ellos dos un ejercito de actores, rico en colorido y particularidades muy especiales.
Logró ser nominada a los Oscar como mejor peli extranjera, Outinen logró mejor actriz en Cannes así como Gran Premio del Jurado y nominación de Palma de Oro para el realizador. En total veinte premios y veintiún nominaciones de festivales independientes haciéndola importante para la historia de la cinematografía. No se si aún la estén pasando en el canal pero si alguna vez se encuentran con ella, no se desanimen en el primer intento, denle una, dos y hasta tres oportunidades, realmente es bien interesante.
Underground
Esta es la tercera peli de Kusturica que me veo. Underground es de 1995, ganó Palma de Oro en Cannes e igualmente fue nominada en los César y en los Spirit por sus logros cinematográficos. Como les dije anteriormente estoy en una maratón con este serbio en vista que me topé con cinco de sus pelis en Cuevana, esta en particular me la recomendó Esteban Orozco porque la describía como un monstruo de peli y no podía estar más acertado.
Ya me voy acostumbrando a su comunicación, cada vez le cojo más ideas al aire y cada vez sus símbolos son más claros en la medida que recorro su cinematografía. Definitivamente, un ingrediente característico de Kusturica es el humor. Una peli sin exageraciones, sin personajes voluminosos y, como lo decía el buen amigo Juan Almonacid, sin su fijación con los animales no es una peli de Kusturica. Esta en particular, comparándola con Gata negra, gato blanco que me ví primero, tiene unos personajes peculiarmente pintorescos, héroes de la patria, folclóricos y con un elemento muy divertido: Los instrumentos de viento de metal. En algún momento entran a participar en la cinta pero de resto parecen una referencia directa de la farra y la borrachera. Encontrados en lugares poco usuales, siguiendo a los personajes por las tomas y saltando el eje cada vez que se lo permiten, no son más que la justificación de esta dulce metáfora (en Gata negra, Gato blanco de pronto también se recoge esta figura cuando por ejemplo el viejo cuelga a los músicos en un árbol y estos empiezan a tocar como si nada).
Sin embargo, Underground siendo una farsa no es una comedia como Gata negra, Gato blanco, es una trágica historia sobre el abuso de poder y la corrupción. Sobre los dolores de la segunda guerra mundial, su continuación no sólo en el periodo de Tito sino su decadencia y completa desfiguración en las guerras bálcanicas que dieron lugar a la miniaturización de la antigua Yugoslavia en Serbia, Bosnia, Bosnia-Herzegovina y Croacia. Es un clamor por los horrores de las tiranías-dictaduras y como la antigua Yugoslavia las sufrió desde la década de los 40’s. Se vale del cine mismo para narrarlo, la figura del uso de imágenes de archivo montándole secuencias filmadas por el realizador como vimos recientemente en The Unbearable Lightness of Being de Kaufman abundan de manera animada en el paso del tiempo o en otras escenas logra involucrar de la misma forma a su protagonista Marko con personajes y momentos históricos como bien lo hiciera Robert Zemeckis en Forrest Gump.
Muy dura pero a la vez muy esperanzadora y optimista, el pueblo bálcanico podrá sufrir lo que sea pero sus matrimonios, su música, sus bailes, su tradición es lo que lo salva y Kusturica está ahí para hacérselo recordar a la gente y al mundo. En muchas ocasiones me topo con unos personajes tan zafados, tan poco ortodoxos que un aire costeño colombiano pareciese que los rigiera. Son muy parecidos en esa idiosincrasia y por lo mismo se hacen tan cercanos. Esta peli imperdible.