The Grey es la última peli de Joe Carnahan, joven director que se ha hecho su fama gracias a Smokin’ Aces, Narc y The A-Team. Todas cintas de explotación, con algo de drama y mucha acción. La están rotando en nuestra cartelera local y aunque Liam Neeson después de Taken, Wrath of the Titans/Clash of the Titans o Unknown nos provee mucha incertidumbre sobre la calidad de sus proyectos, The Grey con Carnahan asegura entretenimiento.
La pieza inicia con un discurso de un mercenario a sueldo muy común, reflexionando sobre su pasado y con mucho remordimiento sobre sus pecados. Una profunda culpa lo sobrecoge cuando recuerda a su esposa a quien le dedica una carta. Carnahan nos explica que su trabajo es cuidar a unos trabajadores en una planta de extración petrolífera en un ambiente inhóspito de Alaska matando lobos que puedan atacar a los trabajadores y que en el vuelo de embarque para transportarlos de regreso ocurre un siniestro que termina con la aeronave esparcida en medio de la nada, rodeada de sólo nieve.
Liam Neeson, repite con el director (ya había trabajado en The A-Team como Anibal Smith), se vuelve el líder de este grupo de sobrevivientes que buscan resguardarse del frío, el hambre y una manada de lobos que los ha encontrado.
Me gustó el humor manejado planteando que no va a ser una historia de zombis, hombres-lobo o demás temas sobrenaturales a los que nos ha acostumbrado últimamente Hollywood. Tampoco es Alive una típica historia de supervivencia donde cada uno está preocupado por saber quién es el siguiente en morir. Es una peli sencilla de terror muy bien elaborado. Las escenas de tensión y suspenso son escalofriantes, pero como historia de resistencia y conservación, rápidamente se entiende la lógica de que el grupo se va ir deteriorando y disminuyendo en número. Como tal se vuelve monótona y se siente que el tema y la forma de explorar las motivaciones de los protagonistas ya lo habíamos visto antes en otras cintas más exitosas como The Edge de Lee Tamahori con Anthony Hopkins y Alec Baldwin. Me gusta el giro que le da esta cinta al final de la historia para definir el rebaño, su líder, las amenazas y las acciones a tomar para que persistan como grupo unido. Dicho giro termina diferenciándola de The Edge y El Oso pero no la salva. Me divertí viéndola pero es supremamente predecible, lo que le va quitando ritmo y termina siendo un poco aburrida.
Carnahan es un gran director. Me encantaron las escenas melancólicas como retrospectivas del personaje de Liam Neeson y me sorprendió mucho su forma de combinarlas con la realidad con figuras muy cercanas al estilo de Michel Gondry. La fotografía de Masanobu Takayanagi en esas tomas y en las caminatas mientras el grupo de Neeson es perseguido es espectacular y muy bien trabajada. También me encantó la mezcla de sonido (Keith Elliott), la música original (Marc Streitenfeld) y todo el montaje de Roger Barton y Jason Hellmann que finalmente hacen que la cinta sea refinada en ciertas partes de la historia y se vean como chispazos de genialidad y buen entretenimiento.
Estos momentos se destacan muy bien en cine pero no deja de ser una cinta para un domingo de desparche.