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Total Recall

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Con el estreno de Total Recall de Len Wiseman el año pasado, se preparó una nueva edición en alta definición de la cinta original de Paul Verhoeven. Dicha edición salió al mercado con el nombre de Total Recall Mind-Bending Edition que adquirí en Blu-Ray hace unas semanas por Amazon. La peli viene obviamente en una mejor resolución de 1080p pero además viene remasterizada con mejor audio y limpieza de imagen. Una excelente experiencia para un excelente clásico.

We Can Remember It for You Wholesale es un cuento publicado en la revista The Magazine of Fantasy & Science Fiction por Philip K. Dick en 1966. Los derechos de la historia los compraron Dan O’Bannon y Ronald Shusett a finales de los 70’s pero el proyecto fue perdiendo interés cuando se dedicaron a escribir el guión de Alien de Scott y nadie lograba apoyarlos para realizar la cinta. Vincularon al proyecto a Dino De Laurentiis a mediados de los 80’s pero el productor venía ya con ideas preconcebidas, como la inclusión de Richard Dreyfuss o Patrick Swayze como protagonistas, que terminaron por fatigar aún más la producción. Ambos actores se apartaron en su momento del proyecto mientras que Arnold Schwarzenegger estaba loco por participar pero De Laurentiis varias veces le afirmó que no quería verlo actuando en la cinta. Al igual que los actores, varios directores pasaron al frente para liderar la producción, entre ellos David Cronenberg que por fin le dio un poco de orden a todo, definiendo la línea de la peli y también vetando a Schwarzenegger de la producción -pobre Arnie-. El gran aporte del Duque fue sentar a O’Bannon y Shusett y hacerles entender que la peli no podía llamarse Raiders of the Lost Ark goes to Mars; los escritores estaban empecinados en apalancar el reciente éxito de la cinta de Spielberg, jugando con su nombre como se venía haciendo en las cintas de explotación desde los años 40. Cronenberg fue el que los convenció de llamar la peli Total Recall, poner a William Hurt de protagonista e incluir los benditos mutantes que tanto nos hicieron falta en la versión del año pasado. El problema fue que a partir de ese momento, entre Cronenberg, O’Bannon y Shusett redactaron doce borradores del guión y con ninguno estuvieron satisfechos, hasta que por fin Cronenberg también pierde la calma y abandona el proyecto, después de un largo año de trabajo. Este fue el punto donde De Laurentiis también llenó su copa y decidió irse. Estratégicamente, Schwarzenegger, que estaba muy pendiente de todo alrededor del proyecto, convenció a Mario Kassar de comprar los derechos de producción a DEL (el estudio de filmación de De Laurentiis), poner a Paul Verhoeven de director y, con ellos al mando, postularse de nuevo como protagonista, en lo que todos estaban más que sintonizados.

El guión ya iba por su cuadragésimo segundo borrador y aún no tenían definido el tercer acto. Verhoeven igual de estratega que Arnie, aprovechó el momento para definir el papel del antagónico (Ronny Cox como Vilos Cohaagen), contratar a su equipo de producción y definir el final de la peli que tanto nos gusta, y del que hablaremos más adelante. La producción se transladó a México para apropiarse de las locaciones del metro, el Zócalo y los Estudios de Churubusco. Como dato curioso la inclusión de William Sandell como director de producción y Rob Bottin como director de efectos especiales llevó a cabo el uso de miniaturas muy bien plasmadas gracias a Jost Vacano como director de fotografía; el éxito rotundo en las taquillas de la cinta marcó un record en los anales de Hollywood que puso a Total Recall como el primer rompe-taquillas que en gran parte usó miniaturas en vez de imaginería creada por computador -sólo la secuencia de rayos x en el terminal fue hecha con este tipo de tecnología-.

Nada que hacer. La peli es excelente. Se nota el gran gran aporte de dos grandes de la serie b, como lo son El Duque David Cronenberg y Paul Verhoeven. Por su parte, Cronenberg tuvo la parte más dura porque se sentó por primera vez con los escritores y los sacó de su obstinado capricho, dio un giro creativo a la producción y desarrolló una de las historias más fantásticas de los 80’s. -En este punto no logro imaginarme a este par de escritores sentados con Ridley Scottt haciendo Alien, me da como pena ajena-. Verhoeven, por el otro lado, logró enfocarse en la emoción de la historia y redondear el cuento de ciencia ficción en una también grandiosa peli de acción. Siento que la cinta envejece bien, se nota el arcaísmo de algunos efectos especiales pero más que torpes se sienten con un colorcillo de vendimia, con un tufillo añejo que la hacen muy divertida. Ronny Cox, Sharon Stone y el mismo Schwarzenegger son garantías de entretenimiento pero la carga dramática se la lleva sin duda el gran Michael Ironside. Su personaje destilaba envidia, furia y frustración; odiaba Hauser tanto como odiaba a Quaid y para mi su desempeño es el que hace que la historia tenga tanta química y cohesión.

En 1990 cuando me vi esta peli, tenía trece años y la vi con mi papá en algún cinema del centro de la ciudad -pero si mal no recuerdo, tal vez fue en alguno de los Cines de Granahorrar-. Mi papá salió furioso y a regañadientes me instó a que no lo volviera a sacar “para ver este tipo de basura“; estaba petrificado con la asfixia de Marte, obviamente se quedó en las secuencias de acción y todo le pareció un hueso. Mi impresión por el contrario fue tremenda. Schwarzenegger era mi héroe total al final de los 80’s, los efectos eran maravillosos, las secuencias de asfixia me sacaron la risa a carcajadas, los mutantes eran geniales y la historia épica me tenía emocionadísimo. El juego de qué es mentira y qué es verdad, qué es ilusión y qué es realidad también me dejó pensativo pero debo reconocer que no me acuerdo de haber pensado que el fundido a blanco del final de la peli me evocara una cuestión adicional. Verhoeven le aportó más secuencias de fantasías a la pieza, contraatacando al espectador cada vez que se cuestionaba la realidad; las pesadillas, los hologramas y por supuesto el final es obra de él. No sabemos si Quaid se va a despertar, ni tampoco si lo hace como quién lo haría, un gran misterio en un final abierto que también se perdió en la versión de Wiseman.

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Total Recall

Quiero defender esta peli porque no es tan mala como la crítica la ha calificado pero si tiene sus errorcitos fundamentales que hacen ver la obra de Paul Verhoeven mucho más grandiosa. Y el gran problema es finalmente ese, Len Wiseman amparado por el estudio adoctrinó al equipo de producción en que esta versión, su versión de We Can Remember It for You Wholesale de Philip K. Dick, no es un relanzamiento de la producción de 1990.

Si no es así porqué se llama igual. Es una estupidez pero el cuento no se llama de esa forma, la cinta original literalmente casi se llama Raiders of the Lost Ark goes to Mars gracias a que los dueños de los derechos, Ronald Shusett y Don O’Bannon querían apalancarse a éxitos taquilleros del momento, debido a que gran parte de la serie B lo hacía de esa forma; Paul Verhoeven no fue la primera opción como director, en realidad fue El Barón de la serie B, el señor David Cronenberg; fue Cronenberg quien quiso hacer un esfuerzo más creativo con el nuevo título llevándolo hacia los fundamentos del terror -al final Cronenberg se fue a realizar The Fly y gracias a Schwarzenegger, Verhoeven entra al proyecto-. De esta forma llamar de nuevo la cinta de 2012 Total Recall es simplemente decir que se evoca la parte creativa más fundamental de sus creadores en los 90’s.

Ahora bien si no es una versión de Verhoeven, porqué los personajes se llaman igual. Dick en el cuento llama a su personaje principal Doug Quail, Verhoeven lo llama Quaid y Wiseman lo mantiene. Separarse de la versión era tan sencillo como renombrar todo (o por lo menos) gran parte del juego de personajes. Pero es entendible que sea difícil sacar nombres más sonoros que Vilos Cohaagen, Melina o Carl Hauser.

Tantas similitudes ponen en duda la honestidad de la cinta y sus empantanados intentos por diferenciarla en la historia terminan por hundir el proyecto. Al final si es una versión. No importa lo que digan Jessica Biel, Colin Farrell o el mismo Wiseman. Ahora bien, el espectador que no conoce la historia se pierde en un mar de demasiadas complejidades, de ubicación y de trama; es interesante el giro que le dan a la historia con la Unión Federada de Britania, La Colonia y La Caída pero los recurrentes viajes, los cambios de uso horario y climas confunden demasiado.

Por el otro lado, el que conoce la historia, se la pasa comparándola todo el tiempo, es en ese ejercicio en el que se hace gratificante la experiencia. La historia es interesante y las referencias a la versión de Verhoeven la hacen más entretenida por ejemplo la famosa señora robusta del sector de inmigración.

Es cierto, Wiseman no es un gran director y esta definitivamente no era su historia así lo haya intentado lo más que pudo. Su error, y qué pena sonar tan repetitivo, fue no sacar una versión original, una versión suya del tema, al final reconocemos el paisaje de Blade Runner (muy interesante por cierto pero no es original), los robots tenían una apariencia muy muy parecida a I, Robot y a los clones del Episodio I de Star Wars, los carros y autopistas se parecen a Minority Report y algunas escenas mostrando Britania parecían calcadas de Coruscant también de la primera trilogía de Star Wars. Biel, Farrell y Kate Beckinsale hacen un súper esfuerzo para que todo salga bien pero también lo hizo Andrew Garfield en The Amazing Spider-Man y eso no niega que al final se sienta forzada. Rescato muchísimo la idea de unir los papeles de Lori (Sharon Stone) y Richter (Michael Ironside) porque aportan cierta incertidumbre al personaje de Beckinsale pero hubiera podido ser mucho más rico en este tipo de recreaciones. A nivel de reparto, y suena muy extraño, el lunar es Bryan Cranston. Todo es posible en el cine pero el acento californiano no le permite o por lo menos le quita credibilidad al personaje que es casi un primer ministro inglés. Su desfachatez, su vulgaridad y su peluca mal acomodada hacen de Vilos Cohaagen el peor papel de su historia.

Yo no la calificaría de genial como su predecesora pero tampoco diría que no es divertida o entretenida. Eso sí habiendo sido testigo presencial de Tron, Total Recall, Batman y ahora RoboCop (que también se viene su relanzamiento) me sentí muy extraño, no deja uno de empezar a sentir que los años han venido pasado y que ya no es uno el mismo de antes 😉

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Total Recall

Hace tanto tiempo quería escribir sobre Total Recall que ya no me acuerdo de todo lo que quería decir. Lo primero, así como me encantaban las pelis de Arnold Schwarzenegger también me encantaban las pelis de Paul Verhoeven quien para mi es el maestro de la Serie B.

A Verhoeven se le suma RoboCop de 1987, Basic Instinct de 1992 (donde ahora que lo pienso Sharon Stone se hace su actriz fetiche), el descalabro de Showgirls de 1995 y Starship Troopers de 1997. Sinceramente, aunque uno no debe esperar mucho de una peli de bajo de presupuesto la fanaticada me alcanzó hasta aquí, Hollow Man de 2000 con Elizabeth Shue, Kevin Bacon y Josh Brolin me pareció un verdadero fiasco.

La genialidad de Total Recall se resume en un buen reparto liderado por Schwarzenegger, Sharon Stone y Michael Ironside ( un protagonista sobresaliente de las pelis de Serie B); y una buena historia basada en un cuento de Philip K. Dick quien a diferencia de Asimov que es el rey de las novelas de ciencia ficción sobre robots, Dick entabla problemas sociales con los esquizoides que son personas con problemas de identidad que no logran recordar sus orígenes y los transforma en protagonistas del futuro como víctimas de la tecnología y el progreso. Dentro del currículo de Dick en el cine se encuentran la maravillosa novela Do Androids Dream of Electric Sheep? que dió origen a Blade Runner de Ridley Scott en 1982, los cuentos We Can Remember It For You Wholesale para Total Recall, Second Variety para Screamers de 1995, The Impostor para Impostor de 2001 y Minority Report para la megaproducción Minority Report de Steven Spielberg en 2002. Más recientemente otra de sus novelas se hizo peli y fue A Scanner Darkly para A Scanner Darkly de Richard Linklater en 2006.

Muchas de estas obras me las leí por un par de amigos en la universidad que devoraban textos de ciencia ficción y Dick definitivamente tiene un estilo particular de describir la paranoia como algo tan cercano y amenazante en el futuro que leerlo da pavor pero terminar sus obras una indescriptible satisfacción. Casualmente, We Can Remember It For You Wholesale me pareció muy buen cuento y creo que Verhoeven logra capturar su escencia muy bien.

A la peli le fue muy bien, logró Oscar por mejor logro en efectos especiales (cuando este premio era un reconocimiento especial e incluso le ganó a monstruos como Dick Tracy, Back to the Future III y Ghost) y además fue nominada por mejor edición de sonido y edición de sonido. Es difícil de comprender que una peli de Serie B, o incluso una peli de ciencia ficción, sea calificada sobresalientemente para una persona que no aprecia el género, sin embargo, es un acto de genialidad lograr lo que logró Verhoeven en 1990. Por eso es de no creer que una peli como District 9 está haciendo el recorrido del emperador con su reciente nominación en los Oscar a mejor película, basada simplemente en una buena historia de ciencia ficción típica de una Serie B.

Nota personal: Cuando la ví por primera vez con mi papá en cine, el viejo dijo: “Oiga no me vuelva a traer a ver estas vainas” y lo dijo porque en el fondo le impresionaron los efectos especiales y que básicamente no podía dormirse 😛

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