3D, Action, Adventure, Andrew Stanton, Comic, Epic, Exploitation, Fantasia, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Romance, Sci-Fi, Serie B, Thriller, Vacacion

John Carter

Es curioso pero si me pongo a pensarlo bien, Edgar Rice Burroughs es uno de mis grandes héroes. Por un lado era capaz de fascinar a mis abuelos con Tarzan, luego a mis tíos y mi con sus fantasías sobre Barsoom para luego en la universidad a través de un gran maestro, como lo es David Izquierdo en Anatomía Artística, aprenderme todos los músculos, todos los huesos y como dibujar todas las partes del cuerpo con su libro de cómo dibujar a Tarzan.

De chiquito me encantaban las aventuras de ciencia ficción. No era el más fanático pero tenía estos libros de aerografía con los paisajes más fantásticos de los paisajes de Burroughs y los cuidaba con mucho recelo. Luego con el tiempo los fui olvidando y pasé a leer más sobre Asterix, Mortadelo y Filemón, Batman, Spider-Man hasta simplemente olvidar por completo estas historias. Incluso no caí en cuenta de John Carter en cine y ¡menos en IMAX! Me arrepiento muchísimo.

Andrew Stanton gran escritor y director de Pixar, ha ganado dos Oscar por Finding Nemo y WALL·E pero es el pilar creativo desde Toy Story hasta Toy Story 3 y eso envuelve muchas grandes piezas animadas dentro de la compañía. De la misma forma en que muchos animadores en el pasado han querido buscar su espacio en la acción hollywoodense, Stanton aceptó un ofrecimiento de Disney para dirigir su primera gran peli de acción y aventuras afuera de las mesas de luz y el 3D. El reto era pasar al celuloide la serie Barsoom de Edgar Rice Burroughs mediante dos historias básicas, A Princess of Mars y John Carter of Mars -que no fue escrita precisamente por Burroughs sino por su hijo-. Para este motivo se le unieron al equipo de escritura Mark Andrews y nada más ni nada menos que el señor Michael Chabon (The Mysteries of Pittsburgh, Wonder Boys), uno de mis autores favoritos contemporáneos.

¿Qué pudo haber salido mal?
¿Por qué John Carter le fue tan mal en taquilla y tan mal con la crítica?

Revisando la peli, es una historia sencilla para niños con mucha fantasía y aventuras, vaqueros, marcianos, adrenalina y buen ritmo. Además las actuaciones de Taylor Kitsch y Lynn Collins estuvieron a la altura del gran reparto que redondean Samantha Morton, Willem Dafoe, Mark Strong, Ciarán Hinds y Bryan Cranston entre muchos más. Nunca puede uno definir la fórmula secreta para saber qué va a ser exitoso o no, o qué le va a gustar a un niño y qué otra cosa va a odiar. He presenciado adefesios estructurales llenos de personajes estereotipados y parece encantarle a este público. Por mi parte estuve muy emocionado, acababa de hacer un largo viaje por los desiertos de Nevada y Utah para luego reconocerlos en la pantalla de mi computador. Fue éxtasis. La fotografía es impecable y amigos me dijeron que en IMAX fue espectacular.

No lo entiendo. Hay teorías de mala promoción, otras de conspiración y boicot contra Stanton para que no se alejara de la familia Pixar y aunque todo suena tan desfachatado el director después de este gran paso en falso, vuelve arrepentido y dócil a escribir Monsters University, la segunda parte de Monsters Inc. y a escribir-dirigir Finding Nemo 2. De lo que si se puede estar claro es que Stanton no supo manejar una pieza de alto presupuesto y buscó consejos donde no debía, errores que le costaron caro a la producción, al estudio y, finalmente, terminaron prolongando una fecha de salida que termina por apagar la expectativa del público. En el balance, John Carter queda confinada como otra cinta de ciencia ficción que no vió los laureles del éxito.

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Too Big to Fail

Para poder ver Too Big to Fail de Curtis Hanson es recomendable primero que le echen una ojeadita a Zeitgeist o Inside Job. Hanson es un gran director de cine y de adaptaciones literarias por excelencia; me encantó por primera vez con L.A. Confidential -muy nominada en los Oscar y que incluso ganó mejor guión y mejor actriz para Kim Basinger– después por cosas de la vida leía Wonder Boys de Michael Chabon y el director logró una excelente versión de la novela.

Too Big to Fail es una producción de HBO para TV, basada en la novela del mismo nombre de con un reparto de locura que va desde William Hurt hasta Billy Crudup o Paul Giamatti y que relacionamos en el blog porque aunque no ganó nada en los recientes Emmy fue nominada en casi todas las categorías, dándole un revuelo impresionante y que aprovechamos para recordarles que la cadena la está rotando fuertemente este mes.

Hanson no se va con rodeos en esta peli, por eso es importante documentarse un poco antes. Queda bastante claro en Inside Job todas las sucias jugadas de los banqueros, corredores de bolsa, economistas y miembros del gobierno mismo que en una alianza macabra, no vista desde los años de Rockefeller a principio del siglo XX -y que condujo a la gran depresión de los años 20’s en Estados Unidos-; empezando por Alan Greenspan que en ese entonces fue nombrado Presidente de la Reserva Federal comienza una campaña en contra de las restricciones a los bancos y sus transacciones. Se orquestó de la manera más vil posible un juego donde los bancos prestaban plata, a los inversionistas, los corredores tomaban esa plata y conscientemente la ponían en negocios de alto riesgo, donde tanto ellos como los grandes inversionistas aseguraban su plata con altas pólizas y, finalmente, mediante terrorismo bancario los mismos corredores se encargaban de hacer colapsar dichos negocios para recoger las dividendos de las grandes pólizas.

Esto dejó como gran perjudicados a los pequeños inversionistas. El grueso de la clase media y clase media baja de norteamericanos que de buena fe invirtieron no sólo en acciones sino en vivienda e hipotecas. Los economistas, cómplices en el maquiavélico juego, llegaron con sus teorías a ratificar las buenas gestiones del mercado y a echarle la culpa a la burbuja inmobiliaria. Inside Job demuestra con hechos como al gobierno le tocó untarse las manos para salvar a estos criminales que simplemente rotaron de puestos, abandonando sus sillas presidenciales para ocupar puestos en el gobierno o prestigiosas posiciones académicas.

Too Big to Fail atiende, tal vez para mí, el caso más grave, el de Henry Paulson. Un banquero importante que lideraba las acciones de uno de los cuatro bancos más importantes de Norteamérica y del mundo entero, Goldman Sachs. Paulson completamente untado de esta miel de codicia y malversaciones siente el apocalipsis de su banco y pide ayuda al gobierno y a sus camaradas banqueros. Vende sus acciones en el punto más alto posible, logra salvar su pescuezo y como si fuera poco el gobierno Bush lo pone al frente de la Secretaria del Tesoro -algo así como el Ministerio de Hacienda– donde continúa o perpetúa el juego para sus amigos. El colapso de los bancos y las acciones anti-capitalistas de nacionalizar los bancos con inyección de capital y regulaciones internas no se dejan esperar. Su chivo expiatorio es Richard Fuld (James Woods), presidente de Lehman Brothers que al igual que Paulson o Lloyd Blankfein -en Goldman Sachs-, John Thain -en Merrill Lynch– o John J. Mack -en Morgan Stanley-, juega a tratar de salvarse en el mismo juego, con las mismas reglas de todos y pierde su cabeza. El gobierno lo deja morir aparentando una inexistente justicia capitalista hacia las malas acciones financieras, mientras con la otra mano trata de tapar el hoyo de AIG, la aseguradora de los bancos que al final fue la que se chupó todos los desperdicios tóxicos inmobiliarios del mercado.

El artificio es bien complejo. Fueron cuatro bancos los que prácticamente se repartieron los dividendos de Estados Unidos a los ojos perplejos del gobierno y este no pudo hacer nada gracias a los movimientos del susodicho honorable Alan Greenspan. El chistecito casi colapsa la economía mundial y a pesar de su casi inmimente hundimiento, la banca años después sale airosa a decir que fueron «demasiado grandes para fallar». Una descarada corrupción que ni el presidente más progresista, la encarnación del cambio y la esperanza -como lo fue Barack Obama para sus electores- ha podido modificar. Obama creyente de sus ideales aterrizó en un puesto donde lo único que pudo hacer fue acceder a ponerse los hilos de la marioneta en la que se convirtió. Permitió la continuidad del juego banquero y más recientemente otorgó incluso un veto político y racista al pueblo palestino en contra de sus deseos frente a la ONU de ejercer su derecho natural como nación, una clara contradicción de su campaña y de sus principios.

Comparada con los filmes nombrados que hablan de la corrupción bancaria como Zeitgeist o Inside Job, Too Big to Fail es una buena peli -por lo menos muy superior a la burla de Casino Jack que sólo trató de frivolizar el crimen y la corrupción a la que habían llegado estos corredores.

Nota personal. Marcelo Zarvos a quién relacionamos en The Beaver por su excelente composición musical, en esta ocasión también nos trae un excelente desempeño. Una orquestación maravillosa y una ambientación impecable durante toda la pieza.

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Blindness

Blindness

Fernando Meirelles es un excelente director que primero nos trajo Cidade de Deus en 2002, con una magńifica estética y una historia increíble. Antes había dirigido y producido varios proyectos para televisión y otros largometrajes pero lo vinimos a reconocer hasta su quinta peli. Después confirmó de qué está hecho y realizó una conmovedora Constant Gardener en 2005 y que le valió varias nominaciones y un Oscar para su actriz principal, Rachel Weisz.

Tres años después, y luego de hacer de nuevo televisión, nos deleita con Blindness una peli basada en el libro de José Saramago, Ensayo sobre la ceguera.

Debo confesar que hasta hace muy poco me leí algo de Saramago, ya unos habían desertado su novela que me pareció cautivante, llena de vértigo, morbo y una extraordinaria narración. Desarrollarla en cine era todo un reto.

Pocos, en serio, pocos proyectos resultan verdaderamente gratificantes cuando pasan del libro al celuloide. Se me vienen a la cabeza tan sólo cinco de los que he leído; Curtis Hanson con Wonder Boys de 2000 basado en la novela de Michael Chabon, David Fincher con Fight Club de 1999 basado en la novela de Chuck Palahniuk, Stephen Daldry con The Hours de 2002 basado en la novela Michael Cunninghan, Mary Harron con American Psyco basado en la novela de Bret Easton Ellis y Tommy Lee Wallace con It basado en la novela de Stephen King (que es una tenebrosa producción para televisión).

El gran problema con un libro es que uno como lector se imagina todo muy específicamente, los espacios son muy luminosos o muy oscuros y los personajes son muy bajitos o muy gorditos pero nunca son los que le ponen a uno enfrente de la pantalla que incluso hablan muy diferente de lo que uno alguna vez se imaginó.

Teniendo esto en la cabeza Saramago nunca le puso nombre propio a ninguno de sus personajes, eran simplemente seres humanos con profesiones o características especiales. Después de sufrir su decadencia, es lo único que les queda: Su humanidad. Y el reto entonces se extiende a Mark Ruffalo que hace del doctor, a Julianne Moore que hace de la esposa del doctor, Alice Braga que hace de la mujer de gafas oscuras, Danny Glover que hace del tuerto del radio o Gael García Bernal que hace del rey del pabellón 3; el reto es que todos ellos no son sólo seres humanos son artistas reconocidos que deben desprenderse de su fama y hacerse humildes, mundanos, instintivos, animales, desconocidos.

Creo que es un producto acertado, fue muy fiel a la obra en su planteamiento, en su nudo y en su desenlace. Si uno cierra los ojos se alcanza a imaginar las líneas originales de Saramago. Me encantó la calidad del reparto que encarnó una población cosmopolita donde desde el primer ciego un japonés de fuertes y arraigadas costumbres se vuelven gratas sorpresas. Hubo instantes en la novela que me encantaron por su morbosidad, me llevaron al límite de mis instintos y quería disfrutarlos gráficamente en la peli. La putrefacción de los corredores, las telas que dejaban entrever los acaecidos pechos de las mujeres e incluso su violación por parte de los integrantes del pabellón 3 fueron momentos verdaderamente geniales. Eso sumado a descripciones de mendicidad, en la ciudad, los cortos donde se muestran los accidentes, los perros devorando cadáveres y todo el concepto de inframundo en el que se volvió esa nación hacen de la peli una desgarradora parábola.

Sin embargo, las imágenes de la ceguera blanca, la música, los pequeños detalles e incluso las mujeres bañando sus senos al aire libre con agua lluvia son tan bonitas que uno al final como espectador vive constantemente contrastes que evaluan la moralidad del ser humano yendo y viniendo entre horrores y belleza.

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