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Wrath of the Titans


Cuando estaba escribiendo The Grey no encontraba la entrada de Wrath of the Titans. Me pasó exactamente lo mismo con John Carter y la había olvidado.

No hay mucho que decir igual. Clash of the Titans logró una taquilla modesta pero considerable que les permitió soñar con una secuela. El sudafricano Jonathan Liebesman tomó las riendas y aunque lo hizo bastante mejor que Louis Leterrier la franquicia no desborda esa misma fascinación de las pelis de los 80’s.

La continuidad con la primera parte es prácticamente inexistente. Pero curiosamente eso no está mal, al contrario, nos hace olvidarnos de ese desastre y empezar de ceros. Wrath of the Titans es una peli sobre la mitología griega en tiempos de fantasía, caballos voladores, monstruos y supersticiones. Su protagonista es Perseo (Sam Worthington) reconocido héroe o semidios que descabezó a la Medusa con astucia usando su escudo como espejo. Esta historia de Liebesman es posterior a este evento y a la destrucción del Kraken. Es un tiempo donde Perseo ha hecho las pases con su padre, Zeus (Liam Neeson), luta la muerte de su esposa Io (Gemma Arterton), cria a su hijo Heleo -que aunque es hijo de Io la mitología dicta que es hijo realmente de Andromeda (Rosamund Pike)-. La historia continúa afirmando que Hades (Ralph Fiennes) se sigue sintiendo menospreciado en el Olimpo, su ira alimentada por Ares (Édgar Ramírez, hijo de Zeus quien también lo desprecia como padre) lo enceguece y comete sendos errores, como la muerte de su hermano Poseidón (Danny Huston), el emprisionamiento de Zeus o la liberación de su padre Crono. Perseo se une a Andrómeda y a Agenor (Toby Kebbell, hijo de Poseidón) para ir en busca de Hefesto (Bill Nighy) creador del laberinto que alberga la prisión de su padre pero al llegar a su destino, la bestia ya está liberada y el siguiente nivel de pelea es monumental.

El reparto es aún más increíble que su primera parte, la grandiosidad de las escenas se logra sentir muy bien en la pantalla (los que la vieron en IMAX y 3D dicen que es tan vertiginosa que la gente se salía enferma del teatro en las escenas de acción, incluso mareadas o dispuestas a vomitar 🙂 esto habla muy bien de las escenas de acción). La cinta fue filmada en RealD (no el formato adaptado que tuvo Clash of the Titans) pero no fue filmada en IMAX sino adaptada a este formato.

Esta segunda parte es mejor pero no logró su cometido. Mientras Clash of the Titans hizo un total a nivel mundial de $163,214,888 dólares, Wrath of the Titans apenas alcanza raspando la mitad $83,670,083 dólares y usó un quinto más de presupuesto, lo cual de tajo corta el camino para una tercera parte (a menos que se haga con bajo presupuesto y volvamos a los modelos stop-motion que tanto nos encantaron en el pasado). El daño que le hizo la primera parte fue fundamental y los productores de la franquicia no alcanzaron a vislumbrar la caída; otra hubiera sido la historia si el orden de las producciones hubiera sido al revés.

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Action, Exploitation, Folk, Hollywood, Joe Carnahan, Miguel Vaca, Movie, Suspense, Thriller, Vacacion

The Grey

The Grey es la última peli de Joe Carnahan, joven director que se ha hecho su fama gracias a Smokin’ Aces, Narc y The A-Team. Todas cintas de explotación, con algo de drama y mucha acción. La están rotando en nuestra cartelera local y aunque Liam Neeson después de Taken, Wrath of the Titans/Clash of the Titans o Unknown nos provee mucha incertidumbre sobre la calidad de sus proyectos, The Grey con Carnahan asegura entretenimiento.

La pieza inicia con un discurso de un mercenario a sueldo muy común, reflexionando sobre su pasado y con mucho remordimiento sobre sus pecados. Una profunda culpa lo sobrecoge cuando recuerda a su esposa a quien le dedica una carta. Carnahan nos explica que su trabajo es cuidar a unos trabajadores en una planta de extración petrolífera en un ambiente inhóspito de Alaska matando lobos que puedan atacar a los trabajadores y que en el vuelo de embarque para transportarlos de regreso ocurre un siniestro que termina con la aeronave esparcida en medio de la nada, rodeada de sólo nieve.

Liam Neeson, repite con el director (ya había trabajado en The A-Team como Anibal Smith), se vuelve el líder de este grupo de sobrevivientes que buscan resguardarse del frío, el hambre y una manada de lobos que los ha encontrado.

Me gustó el humor manejado planteando que no va a ser una historia de zombis, hombres-lobo o demás temas sobrenaturales a los que nos ha acostumbrado últimamente Hollywood. Tampoco es Alive una típica historia de supervivencia donde cada uno está preocupado por saber quién es el siguiente en morir. Es una peli sencilla de terror muy bien elaborado. Las escenas de tensión y suspenso son escalofriantes, pero como historia de resistencia y conservación, rápidamente se entiende la lógica de que el grupo se va ir deteriorando y disminuyendo en número. Como tal se vuelve monótona y se siente que el tema y la forma de explorar las motivaciones de los protagonistas ya lo habíamos visto antes en otras cintas más exitosas como The Edge de Lee Tamahori con Anthony Hopkins y Alec Baldwin. Me gusta el giro que le da esta cinta al final de la historia para definir el rebaño, su líder, las amenazas y las acciones a tomar para que persistan como grupo unido. Dicho giro termina diferenciándola de The Edge y El Oso pero no la salva. Me divertí viéndola pero es supremamente predecible, lo que le va quitando ritmo y termina siendo un poco aburrida.

Carnahan es un gran director. Me encantaron las escenas melancólicas como retrospectivas del personaje de Liam Neeson y me sorprendió mucho su forma de combinarlas con la realidad con figuras muy cercanas al estilo de Michel Gondry. La fotografía de Masanobu Takayanagi en esas tomas y en las caminatas mientras el grupo de Neeson es perseguido es espectacular y muy bien trabajada. También me encantó la mezcla de sonido (Keith Elliott), la música original (Marc Streitenfeld) y todo el montaje de Roger Barton y Jason Hellmann que finalmente hacen que la cinta sea refinada en ciertas partes de la historia y se vean como chispazos de genialidad y buen entretenimiento.

Estos momentos se destacan muy bien en cine pero no deja de ser una cinta para un domingo de desparche.

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