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Into the Abyss

En 1999 Werner Herzog realiza el documental Mein liebster Feind – Klaus Kinski, un homenaje a su actor fetiche y su última peli en alemán. Después fue adoptado por Toronto y su Festival de Cine para unirse a la industria y empezar a desarrollar un gran número de piezas cinematográficas, entre muchas más Grizzly Man, Rescue Dawn, The Bad Lieutenant, Cave of Forgotten Dreams. Para el amante de Herzog esta movida fue lo más importante que hizo el director a finales de los 90’s, porque consiguió un buen balance en el número de producciones y la industria le permitió seguir siendo honesto con su estilo. Otra hubiera sido la historia si Hollywood lo hubiera cobijado.

Dedicado mayormente a documentales, Into the Abyss pertenece a ese paradigma. Está estructurado como un método científico en un prólogo donde plantea su hipótesis, cinco capítulos donde desarrolla su idea y un epílogo donde concluye. Into the Abyss, A Tale of Death, a Tale of Life es una postura sincera de Herzog en contra de la pena de muerte. En su prólogo presenta a Michael James Perry y es claro en decirle que su simpatía/antipatía hacia él es independiente a su sensación de que lo que está sucediendo es completamente inadmisible y que está en contra de la pena capital.

Perry y su cómplice Jason Burkett son responsables de tres muertes causadas por el robo de un Camaro rojo en el medio oeste estadounidense. Perry le echa la culpa a Burkett, Burkett a Perry, la policía a ambos y los familiares que ciegos en su dolor no quieren saber de culpables, quieren ver morir a alguien en su sed de venganza. Mientras se nos presenta el caso, las escenas son ambientadas con cuerdas y una partitura realmente espeluznante para dejarnos sin aliento al finalizar su primer capítulo The Crime donde el sinsabor es la cuestión que nos deja rondando en la cabeza de porqué podría existir la posibilidad de un crimen como estos. Los siguientes capítulos The Dark Side of Conroe, Time and Emptiness y A Glimmer of Hope se expone la poca educación de los texanos, su profundo fanatismo religioso y la putrefacción social donde los ciudadanos del común se ven envueltos en crímenes y delitos dentro de su rutina diaria.

Antes de cerrar su caso Herzog nos deja muy claro que el problema es la falta de educación en Texas, lo ignorantes que son sus ciudadanos y la gran incapacidad del estado texano para resolverlo. Su frustración toma el camino más fácil y exhorta a las víctimas al odio, la introspección y la venganza. Y lo redondea en su capítulo Protocol of Death donde describe las acciones en un proceso de ejecución y como un capitán de la policía, encargado de ejecutar la pena sobre varios reos se sintió incapaz de continuar sus labores, renunciando incluso a su pensión. Los familiares de las víctimas enceguecidas y llenas de odio liberaban sus culpas frente a un hombre que las perdonaba en el cadalso. Dichas palabras retumbarían en sus mentes por lo irracional de su sentido, “…porqué me perdona ese asesino” y carcomerían su conciencia posteriormente.

En el epílogo, suceden varios eventos desconcertantes. El primero es que un padre llora frente al jurado, suplica por la vida de su hijo y este es condenado a cadena perpetua, su cómplice igualmente responsable no tiene un padre que llore por él y es condenado a muerte. El sistema no puede lidiar con la ignorancia de sus ciudadanos y en vez de enfrentar el problema toma la salida más fácil sacándolos mecánicamente de la ecuación y los que estén en contra son chantajeados como el caso del capitán de policía que fue forzado a seguir en su trabajo a costa de su pensión o manipulados como los familiares cuyas morales son retorcidas para que acepten la condena a manera de venganza. Sea cual fuere el caso Herzog explora lo que para mi son juguetes rotos. Seres humanos vacíos, desconsolados que se sientan a detallar una fotografía, que enmarcan una camiseta, que esquivan la realidad observando o pájaros.

Si cuando una sociedad encuentra que la única solución para sus problemas son las cárceles o sus instituciones mentales Jacque Fresco (Future by Design, Zeitgeist) afirma que esa posición es estar lejos de la civilización, Herzog declara que la pena capital para todas las partes es una abominación que destruye conciencias y entidades, obvio más allá de tomar la vida de una persona sádicamente -recuerden que los condenados al camino de la muerte pierden sus motivaciones, su energía y su mente les juega una tortura con esa cuenta regresiva que no escapa de sus pensamientos.

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Actor, Exploitation, Hollywood, Indie, J.C. Chandor, Miguel Vaca, Movie, Suspense, Thriller, Vacacion

Margin Call

Esta es otra nueva historia de Hollywood sobre la crisis de la primera década de 2000 en Estados Unidos, esta vez a la cabeza de Zachary Quinto como productor-protagonista y un reparto de lujo encabezado por Kevin Spacey, Paul Bettany, Jeremy Irons, Stanley Tucci y la reaparición de Demi Moore.

Ganó Spirit como mejor ópera prima y mejor reparto, además de varias nominaciones como ópera prima en Toronto y Ohio o mejor guión en La Academia de Hollywood.

Aunque Margin Call es una excelente pieza cinematográfica que refleja otra arista de la desfachatez en la toma de decisiones de la gente de poder en Wall Street y que demuestra que la forma de resolver sus problemas es aún más abominable, lo más grave es que Estados Unidos es experto en bajarle el calibre a la situación saturando el tema en los medios de comunicación y llenando de apatía al ciudadano del común.

¿De qué nos sirve ser conscientes de la verdad en Zeitgeist, Inside Job o incluso Too Big to Fail?

Margin Call logra el reconocimiento en los círculos especializados y así en los medios de comunicación como estas dos últimas piezas cinematográficas pero al final el objetivo y la crítica es la misma que Casino Jack and the United States of Money. Wall Street se zafó hace rato de la responsabilidad y por ahora es una gran anécdota. Lo peor es que nuestros dirigentes ya lo están aprendiendo y el descaro, como hemos visto en los últimos titulares, está llegando a niveles agobiantes y súper preocupantes.

Margin Call es una gran cinta argumental, con un reparto excelente y una narrativa intrigante. Estuvo en salas de proyección (sorprendentemente). Su escritor y director J.C. Chandor no sólo se llevó en muchas ocasiones ovaciones por su factura y su guión, se catapultó inmediatamente como una figura de renombre en la industria.

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Biopic, Drama, Folk, HBO, Hollywood, Miguel Vaca, Movie, Thriller, TV, Vacacion

Too Big to Fail

Para poder ver Too Big to Fail de Curtis Hanson es recomendable primero que le echen una ojeadita a Zeitgeist o Inside Job. Hanson es un gran director de cine y de adaptaciones literarias por excelencia; me encantó por primera vez con L.A. Confidential -muy nominada en los Oscar y que incluso ganó mejor guión y mejor actriz para Kim Basinger– después por cosas de la vida leía Wonder Boys de Michael Chabon y el director logró una excelente versión de la novela.

Too Big to Fail es una producción de HBO para TV, basada en la novela del mismo nombre de con un reparto de locura que va desde William Hurt hasta Billy Crudup o Paul Giamatti y que relacionamos en el blog porque aunque no ganó nada en los recientes Emmy fue nominada en casi todas las categorías, dándole un revuelo impresionante y que aprovechamos para recordarles que la cadena la está rotando fuertemente este mes.

Hanson no se va con rodeos en esta peli, por eso es importante documentarse un poco antes. Queda bastante claro en Inside Job todas las sucias jugadas de los banqueros, corredores de bolsa, economistas y miembros del gobierno mismo que en una alianza macabra, no vista desde los años de Rockefeller a principio del siglo XX -y que condujo a la gran depresión de los años 20’s en Estados Unidos-; empezando por Alan Greenspan que en ese entonces fue nombrado Presidente de la Reserva Federal comienza una campaña en contra de las restricciones a los bancos y sus transacciones. Se orquestó de la manera más vil posible un juego donde los bancos prestaban plata, a los inversionistas, los corredores tomaban esa plata y conscientemente la ponían en negocios de alto riesgo, donde tanto ellos como los grandes inversionistas aseguraban su plata con altas pólizas y, finalmente, mediante terrorismo bancario los mismos corredores se encargaban de hacer colapsar dichos negocios para recoger las dividendos de las grandes pólizas.

Esto dejó como gran perjudicados a los pequeños inversionistas. El grueso de la clase media y clase media baja de norteamericanos que de buena fe invirtieron no sólo en acciones sino en vivienda e hipotecas. Los economistas, cómplices en el maquiavélico juego, llegaron con sus teorías a ratificar las buenas gestiones del mercado y a echarle la culpa a la burbuja inmobiliaria. Inside Job demuestra con hechos como al gobierno le tocó untarse las manos para salvar a estos criminales que simplemente rotaron de puestos, abandonando sus sillas presidenciales para ocupar puestos en el gobierno o prestigiosas posiciones académicas.

Too Big to Fail atiende, tal vez para mí, el caso más grave, el de Henry Paulson. Un banquero importante que lideraba las acciones de uno de los cuatro bancos más importantes de Norteamérica y del mundo entero, Goldman Sachs. Paulson completamente untado de esta miel de codicia y malversaciones siente el apocalipsis de su banco y pide ayuda al gobierno y a sus camaradas banqueros. Vende sus acciones en el punto más alto posible, logra salvar su pescuezo y como si fuera poco el gobierno Bush lo pone al frente de la Secretaria del Tesoro -algo así como el Ministerio de Hacienda– donde continúa o perpetúa el juego para sus amigos. El colapso de los bancos y las acciones anti-capitalistas de nacionalizar los bancos con inyección de capital y regulaciones internas no se dejan esperar. Su chivo expiatorio es Richard Fuld (James Woods), presidente de Lehman Brothers que al igual que Paulson o Lloyd Blankfein -en Goldman Sachs-, John Thain -en Merrill Lynch– o John J. Mack -en Morgan Stanley-, juega a tratar de salvarse en el mismo juego, con las mismas reglas de todos y pierde su cabeza. El gobierno lo deja morir aparentando una inexistente justicia capitalista hacia las malas acciones financieras, mientras con la otra mano trata de tapar el hoyo de AIG, la aseguradora de los bancos que al final fue la que se chupó todos los desperdicios tóxicos inmobiliarios del mercado.

El artificio es bien complejo. Fueron cuatro bancos los que prácticamente se repartieron los dividendos de Estados Unidos a los ojos perplejos del gobierno y este no pudo hacer nada gracias a los movimientos del susodicho honorable Alan Greenspan. El chistecito casi colapsa la economía mundial y a pesar de su casi inmimente hundimiento, la banca años después sale airosa a decir que fueron «demasiado grandes para fallar». Una descarada corrupción que ni el presidente más progresista, la encarnación del cambio y la esperanza -como lo fue Barack Obama para sus electores- ha podido modificar. Obama creyente de sus ideales aterrizó en un puesto donde lo único que pudo hacer fue acceder a ponerse los hilos de la marioneta en la que se convirtió. Permitió la continuidad del juego banquero y más recientemente otorgó incluso un veto político y racista al pueblo palestino en contra de sus deseos frente a la ONU de ejercer su derecho natural como nación, una clara contradicción de su campaña y de sus principios.

Comparada con los filmes nombrados que hablan de la corrupción bancaria como Zeitgeist o Inside Job, Too Big to Fail es una buena peli -por lo menos muy superior a la burla de Casino Jack que sólo trató de frivolizar el crimen y la corrupción a la que habían llegado estos corredores.

Nota personal. Marcelo Zarvos a quién relacionamos en The Beaver por su excelente composición musical, en esta ocasión también nos trae un excelente desempeño. Una orquestación maravillosa y una ambientación impecable durante toda la pieza.

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Auteur, Davis Guggenheim, Documentary, Emo, Hollywood, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Sci-Fi, TV, Vacacion

An Inconvenient Truth

Davis Guggenheim es un director de TV que se mueve tranquilamente entre el documental y la serie para lanzarse al celuloide un par de veces. Una de esas veces que se decidió a hacer una peli para cine fue acompañando a Al Gore en su An Inconvenient Truth, un documental que lo llevó a su primer Oscar pero que al parecer no es tan bueno como si verdadera obra maestra Waiting for “Superman’.

El documental habla de las eternas discusiones entre lo bueno y lo malo de este planeta con o sin nuestra existencia. La verdad desconfío de todas las verdades que supuestamente nos está comunicando Gore en su animada exposición porque si algo aprendimos en Zeitgeist y todo Su Movimiento es que tipejos como Gore o mejor de la calaña de Gore son los encargados del entretenimiento mientras las crudas verdades suceden detrás de su parafernalia. Jacque Fresco y su Proyecto Venus nos advierten de todas las calamidades, estafas, engaños y demás bajezas que los políticos ocasionan, son ellos y nadie más que ellos los responsables de las atrocidades del mundo gracias a su eterno instinto de marionetas de los grandes poderes.

Si, el señor Gore perdió la votación como presidente de los Estados Unidos y nada más que frente al macabro y más incompetente de todos: George Walker Bush. Pero no fue él mismo quién optó por callar en vez de llegar hasta el punto más profundo de la verdad. Este personaje con todas las herramientas del partido, con todo el patrocinio del electorado, con todo el poder de la justicia no fue quien dijo que en honor y respeto a la democracia acataba la decisión tomada por La Corte pero que no la compartía. Obviamente una salida honrosa y heroica para el pueblo norteamericano pero que a la postre agudizó todos los problemas, sociales, políticos, económicos de la nación. ¿Acaso no es más criminal, el que condescendientemente apoya la barbarie?

No se, en el documental se trata de salvar llamando a ese falso heroísmo que acabamos de nombrar, en una actitud quejumbrosa y lastimera que más que acorde al hilo conductor de la pieza se ve como una pataleta del niño que perdió las elecciones por el otro niño que era dueño del balón. Y así, armando su perfil activista trata de meternos en un falso cuento donde él es la figura ecológica del mundo, el ente más respetado de Estados Unidos a nivel de tecnologías verdes y energías saludables, si eso fuera cierto su documental no sería más duro y más propositivo con las causas, las consecuencias y las posibles soluciones del calentamiento global. A través de conjeturas, silogismos y falsos juicios, usando lo que más sabe usar, la labia, una de las herramientas descritas por Fresco como los verdaderos puñales del político trata de meternos en unos cuentos de ciencia ficción increíbles. Si el mundo se está calentando, si hay demasiada población, hay demasiada contaminación pero se enfrasca en una solución simplista e inmediatista que necesariamente es la solución, la solución a todos los problemas está en la tecnología y sus tecnócratas. Ellos ya tienen resuelto como disminuir los tornados que se están originando en el golfo donde se creó y potenció Katrina, ellos ya saben como reducir el efecto invernadero aprendiendo de los volcanes y sus contaminantes erupciones a la estratosfera, ellos ya saben que el problema del calentamiento no son los carros, sino el ganado y nuestro abominable consumo lo que si no saben y es ciencia ficción son las profecías maquiavélicas que profesa Gore como verdades irrefutables.

Hay que tener mucho cuidado con este documental, ni es tan bueno, ni es tan verdadero. Los que quieran aprender de soluciones de soluciones de verdad pueden visitar todos los enlaces de The Venus Project, el Movimiento Zeitgeist o si no quieren ser tan activos pueden documentarse con Super Freakonomics que es un libro divertido de la derecha refutando enteramente la posición de Gore como abanderado de sus propias ideas (bueno no precisamente él sino el ideal que él representa).

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Alex Gibney, Auteur, Biopic, Comedy, Documentary, Epic, Folk, George Hickenlooper, Hollywood, Indie, Melodrama, Miguel Vaca, Movie, Storytelling, Vacacion

Casino Jack and the United States of Money

George Hickenlooper es un director con un largo prontuario pero no muy conocido a nivel comercial debido a que ha estado más del lado documental que de los largometrajes o las series de TV. Ha dirigido dos o tres pelis, tal vez cuatro, pero todas muy independientes. Uno de sus filmes, sin embargo, lo tenemos en referencia, Factory Girl en 2006 por el buen desempeño de Sienna Miller interpretando a Edie Sedgwick y Guy Pearce como Andy Warhol. La peli trata de cómo esta chica de la suburbia se envuelve en este proyecto artístico de La Factoría de Warhol y cómo sucumbe ante las drogas y el alcohol alrededor de los artistas. En realidad, el director es muy honesto con lo que le gusta hacer y esta peli aunque no es un documental, es una biopic que podríamos absolver como docudrama.

La intención de esta entrada, sin embargo, es olvidarnos de su peli Casino Jack muy a pesar que Kevin Spacey fuera nominado en los Globo de Oro que estuviera acompañado de Barry Pepper, Kelly Preston o Jon Lovitz. El porqué sin muchos rodeos es porque es: Basura (con “B” mayúscula y en negrita). Una peli que trata de frivolizar lo asqueroso que son los norteamericanos de derecha, llenos de avaricia y corrupción.

Pero si logramos olvidar esta pesadilla, uno se puede dar mañas para encontrar Casino Jack and the United States of Money muchísimo más recomendable. Un documental de Alex Gibney que no es que sea más serio pero acierta con más diligencia a puntos álgidos como el fanatismo extremo de las juventudes republicanas de los 80’s que se encaminanban en misiones a través del mundo apoyando movimientos radicales en ambientes comunistas como Nicaragua, Afganistán o Angola violando descaradamente las soberanías nacionales empuñando la bandera de «Los Guerreros de la Libertad»; o lo descarado de como Jack Abramoff se volvió judío ortodoxo para crear la perfecta fachada de la honradez y poder vincular la religión en la política; o aún más cínico el que más me encanta, ¿se acuerdan de Red Scorpion? Esta basura propagandística de 1988 (confieso que mis once años de edad, Dolph Lundgren era todo un idolo para mi) fue una producción de Jack Abramoff explorando el sueño más puro de sus intereses mercenarios.

A medida que avanza el documental, se siente estar de nuevo frente a Inside Job, o Zeitgeist donde descaradamente un grupo de delincuentes de cuello blanco, cometen fechorías a la luz del escrutinio público y era bien visto porque todos los sobornos llegaban a tiempo a los interesados y todos los empleados del gobierno recibían su cheque al final de la semana (con empleados del gobierno Gibney se refiere a senadores, gobernadores, secretarios de estado y el más noble de todos El Presidente de esa desastrosa nación). Estados Unidos vive una crisis moral, pero no es actual, ese país ha vivido en su fango por decadas, por siglos, criando ganado de avaricia que llena sus cámaras de represantes y el nuevo modelo de empleador, el cabildero o «lobbyist» es un ser tan siniestro que sus fundamentos éticos le permiten no sólo sobornar o generar situaciones laborales lamentables, en el caso de Abramoff lograr que Las Islas Marianas se convirtieran, así como Red Scorpion lo fue, en su pequeño experimento de libre comercio, libre capitalismo, libre mercado y el resultado fuera un lugar en el mundo donde la esclavitud era de nuevo pan de todos los días, donde los vecindarios eran cabarets para los senadores investigadores y donde las estadías se hacían en un hotel cinco estrellas con su propio «golf course». Lo más desatroso del capitalismo salvaje, la ignominia en toda su expresión.

Lo triste es que estos cabilderos están manejando las elecciones, las campañas, las políticas y ¿aún creen que la democracia es el poder del pueblo para gobernar? La democracia es la herramienta mejor vendida por occidente para enajenarnos con corrupción, aristocracia o incluso las estrictas castas donde la gran mayoría serán esclavos, parias y el resto en posiciones de comodidad ascendiendo vertiginosamente en la pirámide donde el dios ya no es hindú o egipcio, es dinero.

Entonces para dejarlo de nuevo claro, Jack Abramoff es un descarado corrupto de pobre moral, que se hizo de una imagen correcta mediante su religión judía ortodoxa y sus creencias políticamente aceptadas en su conservatismo exacerbado que logró que toda esa nación comiera de su mano arrodillada a su falta de principios y por eso lo que más me molesta tanto en la peli de George Hickenlooper como en el documental de Alex Gibney es que tanto Jack Abramoff o Kevin Spacey (interpretándolo a él mismo) se muestren con una risa socarrona infringiendo una maldad ingenua y no la putrefacción de un sistema abiertamente corrupto, es como si dijeran “ooops, me cogieron pero ya pronto me libraré y estaré bien porque así son los Estados Unidos del Dinero“. Me quedo con la frase del documental que dice que Jack Abramoff no hubiera ascendido y brillado si el mismo sistema no hubiera estado corrupto.

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Zeitgeist

Zeitgeist es una serie de documentales miedosos elaborados por Peter Joseph, un activista y realizador independiente estadounidense que escribe, produce, dirige y distribuye de manera gratuita sus documentales. Son tres pelis hasta ahora Zeitgeist: The Movie, Zeitgeist: Addendum y Zeitgeist: Moving Forward. Me parece más divertido hablar de los tres al tiempo que ponerme a discernir sobre cada una de las pelis y de pronto empezar a decir lo mismo muchas veces.

Sin tantos recursos como Inside Job, Zeitgeist en un discurso bastante estructurado que primero explora la manipulación judeo-cristiana de la religión como motor esclavista de la población para después mostrarnos los acontecimientos del 11 de Septiembre como un símil político para poder justificar guerras, controlar la opinión pública, crecer industrialmente e incluso como vimos en Inside Job crear un ambiente que quitara atención de toda la profunda crisis económica que se avecinaba. Tienen en común los dos documentales que cuando se habla de crisis económica se habla de todo menos de crisis en los bolsillos de los banqueros. En Zeitgeist se explora incluso más profundo esta situación y se habla de una conspiración engendrada mucho más atrás del nacimiento de la nación más poderosa del mundo, mucho más allá del imperialismo capitalista de Estados Unidos donde un puñado de familias no conformes con sus riquezas se repartieron el país y se propusieron repartir el mundo.

Estas familias han estado presentes de manera activa en las cuatro guerras importantes del mundo en su contemporaneidad, la primera guerra mundial, la segunda, Vietnam y Medio Oriente (que incluye la invasión a Afganistán e Iraq). Sus intereses son tan corruptos que se demuestra como influyeron para que hubiese guerra en un principio y como apoyaban paralelamente ambos frentes de choque con la única intención de colectar más y más deuda, más y más poder. Todo eso sin contar la constante influencia en la debilitación de los sistemas políticos de Latinoamérica y el mundo que estaban en contradicción con sus intereses.

Ahora bien, hablar del 11 de septiembre en Estados Unidos es tabú. El dolor que este fenómeno causó en las mentes norteamericanas es devastador. Sin embargo Joseph se atreve a compilar la suficiente cantidad de estudios, de expertos y de material audiovisual para demostrar que los atentados fueron premeditados, pero no por facciones aisladas en el medio oriente sino por grupos dentro del mismo país que necesitaban manipular la opinión pública para crear una guerra absurda que no tenía justificación alguna. Desde la forma en que colapsaron las torres 1, 2 y 7 del World Trade Center, el seguimiento que hizo el gobierno a falsas pistas, el ocultamiento deliberado de otras que debieron ser públicas pasando por las muy poco feacientes que si se hicieron públicas y fueron completamente desmentidas por expertos hasta la muy dura afirmación que el gobierno a todo nivel estaba enterado de lo que iba a suceder y como estaban preparados para confundir al resto, por ejemplo Dick Cheney, vicepresidente de la nación, estaba a cargo de la fuerza áerea en un simulacro con aviones merodeando los edificios metropolitanos, al mismo tiempo que eran atacadas las torres. Los autores intelectuales contrario a lo que yo pensaba no tienen siquiera partido o visión política, simplemente este puñado de familias tienen un plan delicadamente estructurado y maquiavelicamente preparado donde no hay mucho que podamos hacer. Desde el control de los medios de comunicación, hasta ser los dueños de la tecnología, la educación y el progreso, son una fuerza implacable que van a repartirse el mundo de forma descarada en frente de nuestros propios ojos.

En el pasado, la religión judeo-cristiana se adaptó a las creencias populares, se apoderó de los mitos egipcios, persas, sirios y conquistó miles de mentes gracias a Constantino que perdía poder en el Imperio Romano y necesitaba algún ardid que le permitiera dominar esa población. El resultado fue el Vaticano que gobernó toda la Edad Media con miedo, dogmas y ocultismo. El símil se adapta perfectamente al uso del terror como ente movilizador, como motor de manipulación y como justificación máxima de sus hechos perpetrados. Esta sociedad no tendrá fin hasta que no lleguemos al mínimo de nuestros recursos y cuando la crisis económica llegue a tal límite que será ineludible una solución diferente a una economía basada en los recursos y no en el dinero.

En la primera parte se llama a la concienciación de las masas sobre la manipulación gubernamental perpetrada por los bancos y las familias banqueras de todo el mundo. Un llamado que puede ser de alguna forma una voz en el desierto, un grito en el vacío, porque las amenazas de estos monstruos están tan avanzadas que parece que no se puede hacer nada. Peter Joseph afirma que el tiempo de la revolución es ahora, pero cuál es el lema, cuál va a ser la motivación, una verdadera revolución implica movilización, disciplina, exhortación de las masas a organizadamente responder a la afrenta. Somos esclavos de lo que ellos mismos nos propusieron y nosotros mismos nos pusimos las cadenas de esa servidumbre.

En la segunda parte ya hay una respuesta, la consolidación del dinero moneda como establecimiento de nuestra soberanía como nación, es un espejismo, un acto de magia donde generamos capital del aire reconocido por un ente arbitrario y el cual genera deuda a quien lo quiera poseer. Esa deuda se paga con trabajo y mientras en la esclavitud del siglo XVIII el patrono debía proveer sustento, alimento, ropa y techo, en la esclavitud actual el patrono no ofrece ninguna de estas bondades por el contrario si no paga la deuda de la casa esta es embargada o si uno no se alimenta tranquilamente se puede morir de hambre. Entonces, la respuesta es que los políticos están puestos en el poder del pueblo sólo como opio para sus votantes, no son capaces de resolver un sólo problema porque no están capacitados para hacerlo y es tan ineficiente su listado de requerimientos que el mismo ocio, el mismo poder los corrompe y los degenera. El siguiente paso debería una sociedad holística dependiente de los recursos, procurando su bienestar y evaluando la mejor forma de usarlos, una sociedad regida por tecnócratas y cientificos bajo energías sostenibles y limpias. Eso es el Proyecto Venus de eso se trata el Movimiento Zeitgeist.

La tercera parte menos mal fue el epílogo, no hay más obstáculos. Es la muerte del capitalismo a manos del sentido común. No más guerras orquestadas para mantener los intereses bancarios y financieros de unos pocos. Boicot directo a los bancos más corruptos y más codiciosos. No más el trabajo por el trabajo como método esclavista, producto de la deuda como mecanismo directo de control de estos grupos sobre el resto de la población. No más uso de energías limitadas, si al uso e investigación de energías limpias, sostenibles, eficientes e ilimitadas. No más desensibilización. Todos somos seres humanos, la pobreza ha matado más seres humanos que todas las guerras del mundo juntas y su capacidad mortífera aumenta día tras día.

Finalmente, la primera parte era demasiado escabrosa y creo que el mismo Joseph cayó en cuenta de su error. Las segundas partes fueron mas optimistas. El sentido común salió a relucir y aunque densas como ellos sólos, estos tres documentales deberían ser vistos más que como una excelente pieza audiovisual como un producto académico para que no nos estén diciendo después: «Se lo dijimos».

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