Adventure, Animation, Epic, Exploitation, Fantasia, Hollywood, Miguel Vaca, Sci-Fi, Serie B, Stop Motion, Vacacion

Ray Harryhausen (1920-2013)

Ray-Harryhausen

Cinematógrafo, director de efectos especiales, animador, escritor, productor y realizador son títulos de cargos que en otrora una persona se encarbaba sola en producciones de bajo presupuesto. Ahora bien, ver conjugados estas labores en una megaproducción, hoy en día o antes, no sólo es una locura sino que es muy raro verlo bien ejecutado.

Ray Harryhausen desempeño estos cargos y fue reconocido por La Academia por ellos. Sin embargo, el maestro californiano de la animación cuadro-a-cuadro (stop-motion animation) nos abandona hoy a sus 92 años, en Londres.

Mighty Joe Young -que ganó Oscar por efectos especiales-, The 7th Voyage of Sinbad, Jason and the Argonauts (1963) y Clash of the Titans (1981) son tan sólo un par de ejemplos de su legado.

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Action, Brit, Comedy, Exploitation, Hollywood, John Moore, Miguel Vaca, Movie, Serie B, Thriller, Vacacion, World

A Good Day to Die Hard

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Los amantes -ni siquiera me refiero a los fanáticos- de Die Hard podrán reconocer fácilmente que Bruce Willis es intensamente divertido en la mayoría de sus cintas, con apenas un par de excepciones. Pero también se debe reconocer que así como son entretenidas las cintas donde Willis participa, Hollywood se ha encargado de explotar la esencia del personaje creado por Roderick Thorp (autor de la novela original) y John McTiernan (director de Die Hard) de todas las formas posibles, de tal forma que casi todos sus filmes tienen la esencia viva de John McClane. Falta echar un vistazo rápido a The Last Boy Scout, The Last Man Stand, Sin City, RED y recientemente Surrogates para darse cuenta. Pero si uno se fija en otras producciones más alejadas del género de acción también uno puede encontrar rastros de McClane en Pulp Fiction, Twelve Monkeys, The Fifth Element y porqué no, también un poco en The Sixth Sense.

La última tendencia en Hollywood puede ser aún más criminal y no se si Willis y McClane estén preparados. La industria en su búsqueda de «rompe-taquillas» ha explotado todos los géneros que se hicieron famosos en el pasado y los ha reencauchado o incluso los ha relanzado. En el primer proceso hemos visto grandes desastres con A Nightmare On Elm Street, Clash of the Titans, Total Recall, Psyco y pronto sin muchas esperanzas llega RoboCop; en el segundo proceso se han intentado revivir las franquicias, y en serio los ejemplos no son agradables Indiana Jones, The Texas Chainsaw Massacre, Halloween, Rambo, Rocky, se tiene pensado Lethal Weapon y ahora Die Hard.

McTiernan probó que un ciudadano decidido, sin mucho que perder pero si mucho que ganar y casi desarmado se puede enfrentar a un gran villano, no importa cuántas veces intente acabarlo o esté seguro de aniquilarlo. Por su parte, Willis se apropió de McClane con su desdén para resolver los problemas, la destreza para disparar lo que le pongan en frente y no llorar si le toca caminar sobre vidrio picado, ahora McClane está un poco más agrio y sus líneas de diálogo dejaron de ser aquellas empáticas, envueltas en un monólogo autorecriminatorio para volverse exclamaciones de una sola línea más parecido a Stallone o Schwarzenegger.

A Good Day to Die Hard es dirigida moderadamente por el irlandés John Moore que hace un buen trabajo con la acción. Es agradable sentir continuidad con Mary Elizabeth Winsted -pero gracias a ella me hizo mucha falta Bonnie Bedelia (Holly)-. No es la mejor de toda la franquicia, sin embargo, tampoco es la peor, es más que todo un homenaje a Die Hard en sus 25 años y al renacimiento de la franquicia; aparece el helicóptero, los vidrios sobre el piso y el villano, que incluso muere como Alan Rickman -mi queja es que la figura antagónica no desarrolla fuerza y tiene un giro raro con Alik (Radivoje Bukvic) que desorienta al fanático-. Yulila Snigir es un hermoso elemento pero me pareció artificial en el contexto, Moore se confundió, pensó que esto era un Bond y creo que cometió un error grande con esa pequeña ligereza. El juego de antagónicos está bien pensado y mantiene la tensión durante la cinta, no pasa lo mismo por el lado de los buenos. McClane siempre está acompañado de un compañero gracioso que es contagiado por la valentía de Willis y termina salvándole el pellejo en un par de ocasiones. En A Good Day to Die Hard, Willis parece ser ese compañero, pero va y vuelve en el rol poderoso de McClane y es donde la cinta se siente más inconsistente.

El giro en Rusia es divertido pero demasiado grande y sin necesidad. Volver, o no, a las bases que McTiernan estableció será lo que al final definirá si la franquicia sobrevive: Manténganlo sencillo, entretenido, acorralen a McClane y háganlo difícil de matar esa es la clave.

Nota personal. Este es mi Top 5 en Die Hard

1. Die Hard
2. Die Hard: With a Vengeance
3. Die Hard 2
4. A Good Day to Die Hard
5. Live Free or Die Hard

¡Feliz cumpleaños 25 John McClane! Es muy posible que este sea mi disfraz de 31 de octubre 😉

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Wrath of the Titans


Cuando estaba escribiendo The Grey no encontraba la entrada de Wrath of the Titans. Me pasó exactamente lo mismo con John Carter y la había olvidado.

No hay mucho que decir igual. Clash of the Titans logró una taquilla modesta pero considerable que les permitió soñar con una secuela. El sudafricano Jonathan Liebesman tomó las riendas y aunque lo hizo bastante mejor que Louis Leterrier la franquicia no desborda esa misma fascinación de las pelis de los 80’s.

La continuidad con la primera parte es prácticamente inexistente. Pero curiosamente eso no está mal, al contrario, nos hace olvidarnos de ese desastre y empezar de ceros. Wrath of the Titans es una peli sobre la mitología griega en tiempos de fantasía, caballos voladores, monstruos y supersticiones. Su protagonista es Perseo (Sam Worthington) reconocido héroe o semidios que descabezó a la Medusa con astucia usando su escudo como espejo. Esta historia de Liebesman es posterior a este evento y a la destrucción del Kraken. Es un tiempo donde Perseo ha hecho las pases con su padre, Zeus (Liam Neeson), luta la muerte de su esposa Io (Gemma Arterton), cria a su hijo Heleo -que aunque es hijo de Io la mitología dicta que es hijo realmente de Andromeda (Rosamund Pike)-. La historia continúa afirmando que Hades (Ralph Fiennes) se sigue sintiendo menospreciado en el Olimpo, su ira alimentada por Ares (Édgar Ramírez, hijo de Zeus quien también lo desprecia como padre) lo enceguece y comete sendos errores, como la muerte de su hermano Poseidón (Danny Huston), el emprisionamiento de Zeus o la liberación de su padre Crono. Perseo se une a Andrómeda y a Agenor (Toby Kebbell, hijo de Poseidón) para ir en busca de Hefesto (Bill Nighy) creador del laberinto que alberga la prisión de su padre pero al llegar a su destino, la bestia ya está liberada y el siguiente nivel de pelea es monumental.

El reparto es aún más increíble que su primera parte, la grandiosidad de las escenas se logra sentir muy bien en la pantalla (los que la vieron en IMAX y 3D dicen que es tan vertiginosa que la gente se salía enferma del teatro en las escenas de acción, incluso mareadas o dispuestas a vomitar 🙂 esto habla muy bien de las escenas de acción). La cinta fue filmada en RealD (no el formato adaptado que tuvo Clash of the Titans) pero no fue filmada en IMAX sino adaptada a este formato.

Esta segunda parte es mejor pero no logró su cometido. Mientras Clash of the Titans hizo un total a nivel mundial de $163,214,888 dólares, Wrath of the Titans apenas alcanza raspando la mitad $83,670,083 dólares y usó un quinto más de presupuesto, lo cual de tajo corta el camino para una tercera parte (a menos que se haga con bajo presupuesto y volvamos a los modelos stop-motion que tanto nos encantaron en el pasado). El daño que le hizo la primera parte fue fundamental y los productores de la franquicia no alcanzaron a vislumbrar la caída; otra hubiera sido la historia si el orden de las producciones hubiera sido al revés.

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The Grey

The Grey es la última peli de Joe Carnahan, joven director que se ha hecho su fama gracias a Smokin’ Aces, Narc y The A-Team. Todas cintas de explotación, con algo de drama y mucha acción. La están rotando en nuestra cartelera local y aunque Liam Neeson después de Taken, Wrath of the Titans/Clash of the Titans o Unknown nos provee mucha incertidumbre sobre la calidad de sus proyectos, The Grey con Carnahan asegura entretenimiento.

La pieza inicia con un discurso de un mercenario a sueldo muy común, reflexionando sobre su pasado y con mucho remordimiento sobre sus pecados. Una profunda culpa lo sobrecoge cuando recuerda a su esposa a quien le dedica una carta. Carnahan nos explica que su trabajo es cuidar a unos trabajadores en una planta de extración petrolífera en un ambiente inhóspito de Alaska matando lobos que puedan atacar a los trabajadores y que en el vuelo de embarque para transportarlos de regreso ocurre un siniestro que termina con la aeronave esparcida en medio de la nada, rodeada de sólo nieve.

Liam Neeson, repite con el director (ya había trabajado en The A-Team como Anibal Smith), se vuelve el líder de este grupo de sobrevivientes que buscan resguardarse del frío, el hambre y una manada de lobos que los ha encontrado.

Me gustó el humor manejado planteando que no va a ser una historia de zombis, hombres-lobo o demás temas sobrenaturales a los que nos ha acostumbrado últimamente Hollywood. Tampoco es Alive una típica historia de supervivencia donde cada uno está preocupado por saber quién es el siguiente en morir. Es una peli sencilla de terror muy bien elaborado. Las escenas de tensión y suspenso son escalofriantes, pero como historia de resistencia y conservación, rápidamente se entiende la lógica de que el grupo se va ir deteriorando y disminuyendo en número. Como tal se vuelve monótona y se siente que el tema y la forma de explorar las motivaciones de los protagonistas ya lo habíamos visto antes en otras cintas más exitosas como The Edge de Lee Tamahori con Anthony Hopkins y Alec Baldwin. Me gusta el giro que le da esta cinta al final de la historia para definir el rebaño, su líder, las amenazas y las acciones a tomar para que persistan como grupo unido. Dicho giro termina diferenciándola de The Edge y El Oso pero no la salva. Me divertí viéndola pero es supremamente predecible, lo que le va quitando ritmo y termina siendo un poco aburrida.

Carnahan es un gran director. Me encantaron las escenas melancólicas como retrospectivas del personaje de Liam Neeson y me sorprendió mucho su forma de combinarlas con la realidad con figuras muy cercanas al estilo de Michel Gondry. La fotografía de Masanobu Takayanagi en esas tomas y en las caminatas mientras el grupo de Neeson es perseguido es espectacular y muy bien trabajada. También me encantó la mezcla de sonido (Keith Elliott), la música original (Marc Streitenfeld) y todo el montaje de Roger Barton y Jason Hellmann que finalmente hacen que la cinta sea refinada en ciertas partes de la historia y se vean como chispazos de genialidad y buen entretenimiento.

Estos momentos se destacan muy bien en cine pero no deja de ser una cinta para un domingo de desparche.

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Valhalla Rising

Así como por mucho tiempo busqué Bronson del danés Nicolas Winding Refn porque tenía unas muy buenas críticas sobre la actuación de Tom Hardy, así mismo estuve intrigado por mucho tiempo por Valhalla Rising, una peli que tuvo una excelente recepción y que contrastó las actuaciones de Mads Mikkelsen en Flammen & Citronen, la desafortunada Clash of the Titans y nuestra querida Casino Royale. Un actor que encierra un aura enigmática y a la vez siniestra que Winding Refn explota a la perfección en este thriller épico.

Tres pilares se forjan con precisión para que esta pieza sea sobresaliente: El primero a mi parecer es el montaje, lleno de fundidos, cortes fuertes a imágenes posproducidas con un rojo inquietante y, en general, un ritmo tensionante responsabilidad de Matthew Newman un elemento clave en el equipo del realizador; el segundo es la fotografía que es densa, contrastada y saturada exquisitamente, el duelo entre el rojo y el azul se hace evidente en su trabajo y de nuevo una tensión casi maniquea en este divertimmiento creado por Morten Søborg; el tercer pilar mi favorito, la música compuesta por Peter Kyed y Peter Peter que igualmente en el enfrentamiento de dualidades nos presentan por un lado una especie de opereta rockera y por el otro una ambientación orquestada con coros aterradores, un elemento acentuador de los momentos críticos o de los momentos más desconcertantes.

Imagino, me pasó en un instante de la peli, que es normal que uno se pregunté qué carajos quiere decir el director aquí y llegué a pensar que era un acto pretencioso de mostrarse intelectual con planos sofisticados y un ritmo lento en la historia. Mikkelsen es una especie de esclavo vikingo que es expuesto a peleas a muerte por tierras de latifundistas en juego. Tiene una terrible fama y es normal ceder, entre ellos, esta preciada pieza regularmente, sin embargo en un descuido se libera y emprende una travesía con un niño y unos cruzados hacia la fama y la fortuna de Las Cruzadas. Su destino está echado y al parecer este esclavo es consciente de ello cuando son abrazados por una misteriosa niebla que los dirige hacia una nueva tierra, su Nueva Jerusalem.

Me pareció una peli bastante compleja de decifrar tuve que averiguar primero que es Valhalla y encontré que viene de la mitología noruega como Valhöll “Valle de los asesinados”. Un lugar majestuoso creado por Odín donde estos seres son conducidos por las Valquirias o las Freyas hacia sus destinos finales. Me encantó ese regusto, ese deje de la peli en esta última afirmación, un sentido basado únicamente en el folclor que de otra manera la hace una peli promedio y presumida.

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Clash of the Titans

¡Malditos sean los dioses!

No hay nada que hacer los recuerdos de la peli original, de Desmond Davis en 1981, son mucho más divertidos que la versión 2010 de Louis Leterrier (creo que yo vi la original en 1985 cuando ya había salido de carteleras y la empezaron a rotar en TV). Me encantaban las figuritas animadas en stop motion, muchos de los personajes eran más dramáticos e incluso mucho más intimidantes (por ejemplo Medusa), toda el diseño de producción y en general la ambientación a cargo de Frank White era más interesante.

La versión 2010 presenta una producción más espectacular, con desarrollos de 3D impresionantes y sonido digital que ayuda a que sea bastante entretenida. El Kraken, los escorpiones, las brujas y los monstruos esos de magia negra son demasiado más chéveres en esta versión. El diseño de producción (Martin Laing), la fotografía, las cámaras (Peter Menzies Jr.) son realmente deslumbrantes. Sin embargo la historia sigue teniendo vacíos, resúmenes forzados, saltos narrativos y poco desarrollo de sus personajes. La música es un acompañante y no una verdadera protagonista creo que le faltó mucha fuerza… ¡Y sí! ¡El buhíto mecánico de la versión original si aparece!

La experiencia que tuve fue en una sala 3D y aunque la peli no fue filmada con tecnología realD, sentándose uno adelante logra tener una sensación divertida, pero tranquilamente uno puede verla en 35MM normal y yo creó que tampoco es que se pierda mucho.

Esta es una peli que toca verla en cine, no aguanta TV. Sobretodo obligada para aquellos que vieron la versión original, las actuaciones son realmente de paso, destacado Ralph Fiennes como Hades sobre Liam Neeson, Jason Flemyng, Sam Worthington, Mads Mikkelsen, Alexa Davalos, Gemma Arterton o Danny Huston. Pero en general muy sobreactuados.

Los dejo con el afiche original 😉

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Amadeus

Debo decir que el cine de época es un item importante en la capacitación del ojo crítico pero no necesariamente es el tipo de cine entretenido que uno busca en una sala de cine. Muy posiblemente, haya gente que le encante este género y respeto su opinión, yo por ejemplo puedo decir que hay un par que me vuelven loco como Clash of the Titans de Desmond Davies, Age of Innocence de Scorsese o Spartacus de Stanley Kubrick.

Repito, no son las más fáciles pero hay que verlas. Este fin de semana hice el ejercicio con la clásica Amadeus, peli de 1984 dirigida por Milos Forman y me fue muy bien. La primerza vez me la vi en cine y recuerdo la pasé muy bien, recuerdo haber estado muy pendiente de la música, tanto que incluso, tengo en mi poder la banda sonora en acetato y creo que fue un bien al que me hice cuando mi abuelita la vió y quedó también fascinada. ¿Dónde uno escucha eso en estos momentos digitales y de alta tecnología? Ni idea. Pero ahí la tengo y ansío el momento de hacerlo.

La versión que me vi es bastante interesante porque le permite ver la peli con el audio original o cuadrar la peli para que sólo se escuche la banda sonora. Qué locura! No sólo es un elemento importante en la peli es la protagonista principal de toda la pieza. El Requiem es impresionante y la Flauta Mágica recuerda mi niñez cuando interpretabamos estas peizas de variedades súper divertidas.

La obra está basada en la éxitosa novela de Peter Shaffer quien además hizo el guión para la peli y se aborda mediante la perspectiva de Antonio Salieri, un músico que vive a la sombra de Mozart toda su vida pero corrompido por su poder le hace la vida imposible, lo tortura e incluso se asume que lo aniquila.

Lejos de buscar verdades en esta hipótesis, lo que quiero decir es que esta peli le significó el segundo Oscar de La Academia a Forman, el primero había sido con One Flew Over the Cuckoo’s Nest en 1975 y fue galardonada con ocho premios más incluyendo mejor película, mejor actor secundario para F. Murray Abraham, vestuario, guión adaptado, sonido, vestuario y maquillaje. Lo cual es totalmente justificado porque la factura es impecable. Tom Hulce fue nominado como mejor actor pero perdió contra su compañero de obra, el mismísimo Abraham que hace una interpretación formidable como antagónico y oscuro personaje dentro de la historia quien se encargó de analizar la evolución del músico como una cata de vinos que de manera pedagógica explicaba la genialidad de Mozart.

Mi segunda percepción de la obra porque me motivó a averiguar un poco más de la teoría de su música, el interés de los alemanes por generar teoría alrededor y ser súper respetuosos con el protocolo melódico de Johann Sebastian Bach quien de alguna forma fue el motor de esa corriente occidental que le permitió tocar para cuatro, cinco y seis instrumentos y que le permitió a Mozart escribir las óperas y conciertos que se atrevió a hacer para un intrumentos y toda una orquesta. Sin embargo, me dejó un sin sabor el entender que su labor patrocinada por el rey de Austria de alguna forma delimitó su crecimiento, que su mecenas dominaba su creatividad y que de alguna forma era un músico comercial en la época así haya muerto pobre, genio y figura. Me sorprendió entender que, por el contrario, Ludwig van Beethoven se arriesgó mucho más y logró trasgredir su época hasta el punto de llamársele loco o irracional discapacitado para después un siglo después ser comprendido por colegas que en verdad develaron la genialidad dodecafónica de sus teorías.

Chévere. Recomendable totalmente, ojalá bien despiertos y muy atentos.

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